Guillermo Álvarez relató a radio Caracol que su nieto Nicolás Espitia jugaba el jueves pasado en una de las piscinas de la instalación, cuando la gente gritó que un niño era tragado por el conducto.

“Empecé a gritar por el jefe de Seguridad y no había nadie y él se fue por el hueco como un pescadito”, dijo el abuelo.

Álvarez y testigos coincidieron en que la carencia de una rejilla en uno de los tubos del sistema de circulación de agua de la piscina permitió que el niño fuera succionado y pereciera ahogado.

Publicidad

Un testigo describió que Espitia nadaba   cerca de la boca de succión  que lo tomó por las piernitas y la succión era tan potente que lo chupó.