Líderes indígenas y un ex astronauta dieron sus primeros pasos el martes sobre una pasarela de vidrio colocada a 1.200 metros sobre el Gran Cañón, que promete increíbles vistas a quienes se atrevan a recorrerla.

Buzz Aldrin, de 77 años y quien caminó en la luna en su época de astronauta, ingresó a la pasarela de 40 millones de dólares construida por un inversionista privado con el permiso de la tribu Hualapai, cuyas tierras ancestrales colindan con el remoto sudeste del cañón ubicado en Arizona.

El proyecto ha provocado controversia en la reserva Hualapai, donde los partidarios afirman que creará empleos valiosos pero los opositores lo consideran como una profanación de un paisaje sagrado.

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"Me sentí maravillado, no exactamente flotando en el aire (...) pero es una visión de esperanza para el futuro", sostuvo Aldrin, quien fue el segundo hombre en caminar en la luna.

Tras saludar a una multitud de alrededor de 1.000 turistas, dignatarios y miembros de la tribu Hualapai, Aldrin caminó alrededor de la pasarela transparente para reunirse con un grupo de líderes indígenas y niños que iban a su encuentro en la dirección contraria.

Los pocos pasos que dio Aldrin marcaron la inauguración oficial del proyecto, que se espera lleve este año a medio millón de visitantes al lugar, ubicado a unos 190 kilómetros de Las Vegas.

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La pasarela de acero con forma de herradura de caballo, recubierta con 90 toneladas de vidrio endurecido, se extiende a unos 21 metros del borde del cañón para entregar a los visitantes más osados una vista única sobre el Valle de Río Colorado.

El proyecto será inaugurado oficialmente el 28 de marzo a los turistas, quienes pagarán 25 dólares para recorrer el arco de vidrio.

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Los visitantes se reunieron alrededor del desfiladero para mirar al ex astronauta mientras salía de la pasarela.
"Va a estar en los libros de historia, pero no estoy seguro de que caminaré por ahí", dijo Joan Stewart, un editor de libros de Las Vegas que asistió a la inauguración.