La exposición a la contaminación atmosférica antes del nacimiento puede repercutir en los bajos índices de coeficiente intelectual en la infancia, según las conclusiones de un grupo de investigadores que por primera vez asocian los dos factores y refuerzan la evidencia de que el neblumo es capaz de lesionar al cerebro en desarrollo.

El resultado se encuentra en un estudio de 249 niños de mujeres de la ciudad de Nueva York que en mochilas portaron monitores de la calidad del aire durante 48 horas en los últimos meses de embarazo.

Las mujeres vivían en los vecindarios del norte de Manhattan y del Bronx del Sur, habitados en su mayoría por personas con bajos ingresos. Tuvieron diversos niveles de exposición a las formas típicas de contaminación atmosférica urbana, principalmente de los gases expulsados por automóviles, autobuses y camiones.

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A los cinco años de edad, antes de comenzar los estudios, los niños pasaron por pruebas de Coeficiente Intelectual. Los que estuvieron a los mayores niveles de contaminación tuvieron en promedio cuatro o cinco puntos menos que los niños con una menor exposición.

Esa es una gran diferencia que permite ver que esa situación podría afectar el desempeño infantil en la escuela, dijo Frederica Perera, la autora principal del estudio y directora del Centro Columbia de Salud Ambiental de los Niños.

El pediatra Michael Msall, que labora en la Universidad de Chicago y que no participó en la investigación, consideró que el estudio no significa que los niños radicados en ciudades congestionadas  no van a aprender a leer, escribir y deletrear.

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Sin embargo, el estudio insinúa que no hay que vivir al lado de una fábrica humeante y enfrentar riesgos en la salud por la contaminación y que puede haber más peligros en la típica contaminación del aire en las ciudades de los que antes se creía, aclaró.

Cada vez sabemos más de la exposición a bajas concentraciones y sobre cómo las cosas que damos por hecho pueden no ser del todo apacibles, dijo.

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Aunque se requieren otras investigaciones para confirmar los nuevos resultados, los resultados insinúan que la exposición a la contaminación atmosférica antes del parto puede tener las mismas secuelas en el cerebro en crecimiento que la exposición al plomo, advirtió Patrick Breysse, especialista en salud ambiental de la escuela de salud pública John Hopkins.

Junto con otros perjuicios ambientales y las desventajas a los que están expuestos los niños en familias de bajos ingresos, los resultados podrían explicar por qué suelen tener más malos resultados académicos que sus pares de familias pudientes, indicó Breysse.

Esta es una observación profunda, dijo. Este documento va a abrir muchos ojos.

El estudio fue difundido el lunes en la edición de agosto de la publicación Pediatrics.

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En la red:
http://www.pediatrics.org