Daniel Passarella, una gloria del fútbol argentino que se consagró dos veces campeón mundial (como capitán en 1978 y como miembro de la plantilla en 1986), quedó ayer cada vez más presionado por la justicia de su país que lo investiga por presunta administración fraudulenta durante su gestión como presidente de River Plate.

El domicilio y una oficina de Passarella fueron allanados por la justicia debido a una denuncia penal presentada por Rodolfo D’Onofrio, su sucesor.

“No se puede entrar en detalle sobre el contenido de la investigación; queremos saber qué pasó y cómo se administró el club en la gestión anterior. Aparecieron gastos sin fundamento, se encontraron pagos sin respaldo”, dijo el dirigente de River, Ignacio Villarroel.

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La denuncia apuntaría a conocer detalles de ventas de jugadores, y presuntas emisiones de cheques sin fondo y de gastos que no se habrían justificado entre el 2009 y el 2013.