Miller Salazar, presidente de Macará de Ambato, ha sido uno de los más severos críticos por los errores arbitrales en los últimos años, situación por la que no oculta su malestar e incomodidad.

Los celestes están en peligro de descender y son penúltimos en la tabla acumulada con 24 unidades y este lunes deberán ganar para soñar con la permanencia, pero no será fácil debido a que enfrenta a su clásico rival: Técnico Universitario.

Los guaytambos afrontan este compromiso con la motivación de derrotar, la fecha anterior, 0-1, en Quito, a Independiente del Valle, reciente campeón de la Copa Sudamericana.

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El pasado 20 de agosto, en Ambato, en el duelo con Aucas (1-1), sobre el final, Héctor Lautaro Chiriboga, quien fuera miembro del cuerpo técnico, golpeó en el rostro al árbitro Álex Cajas, tras reprocharle su actuación.

Esta acción le significó al exarquero ser sancionado con un año calendario y tres fechas de suspensión. De acuerdo al titular celeste, a partir de ese momento su escuadra ha sido la más “perjudicada” por los jueces.

“Estoy seguro que el puñete de Chiriboga nos está pasando factura. Macará es el equipo más perjudicado por el arbitraje”, dijo el titular ambateño en conversación con la radio Mach Deportes de Quito.

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Además expresó que el balompié nacional se maneja de acuerdo a “intereses” personales, por lo que pidió un “cambio”.

“No vamos a ir a favor de situaciones vergonzosas para el fútbol ecuatoriano, que se maneja en virtud de intereses personales y eso tiene que cambiar”, concluyó el directivo. (D)