Héctor Baldassi, exréferi internacional argentino, llegó a Ecuador con la misión de fortalecer el arbitraje en el fútbol nacional, envuelto en polémicas esta temporada debido a yerros que han ganado protagonismo por sobre el juego. Según el profesional de 55 años, quien en su récord tiene el haber pitado en el Mundial de Sudáfrica 2010 y la final de vuelta de la Copa Libertadores 2008, no basta con trabajar en la personalidad de los jueces, si bien sí hay que observar los aspectos personales. En diálogo con EL UNIVERSO, el excolegiado adelantó detalles de su función como asesor de la Comisión Nacional de Árbitros (CNA) de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y sus objetivos de cara al 2022.

¿Hay un plan específico para iniciar este nuevo proyecto en conjunto con CNA y FEF?

El plan se va a ir dando a medida que vayan transcurriendo los días. Siempre hay que trabajar en los aspectos personales de los árbitros. Lo importante es hacerlo de manera individual, no todos tienen la misma personalidad y empatía. Hay que detectar los defectos y las virtudes de cada uno, mejorar la credibilidad.

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Hay jugadores que se han quejado de que el trato de los árbitros para con ellos en ocasiones conlleva insultos y demás lenguaje ofensivo, ¿es una actitud correcta por parte de los réferis?

No es correcto. Si los jugadores lo dicen, fehacientemente que lo demuestren. El árbitro tiene que manejar con respeto. Si eso ocurre, es una gravedad.

¿Con trabajar la personalidad basta para que los jueces apliquen mejor las reglas?

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No. Es un conjunto de cosas. Hay que hacer una combinación de circunstancias que le permitan al árbitro tener un trámite normal de control de juego, y esto le permitirá llevar el partido por un carril normal en la toma de decisiones.

Hay resultados que se han decidido por errores de árbitros y los jueces deben haberse percatado de aquello luego. ¿Eso les genera mayor presión?

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Un árbitro cuando sale a la cancha debe tomar decisiones, aproximadamente 500. Si se han decidido partidos por errores, es coyuntural. Hay errores con potencia, lo que tenemos que hacer es que esa brecha se reduzca al mínimo. Hay errores por pérdida de concentración también que pueden darse por factores externos.

¿Cómo puede ser efectivo su trabajo con los referís si el presidente del gremio nacional de árbitros, Luis Muentes, dijo en diciembre que existen jueces ‘sinvergüenzas’?

Lo que ha hecho la FEF es darle a la CNA una organización integrada por exárbitros y todos quienes la conforman están en la misma sintonía de saber que lo principal son los valores y la moral. Sobre la denuncia que hizo el gremio, si tiene pruebas, que las traiga. Se investigará.

Usted recordaba en su presentación en la FEF el caso de Iván Zamorano, exdelantero y capitán de Chile, cuando este respetó su decisión en un partido de Eliminatorias y les ordenó a los compañeros dejar de reclamar, ¿cómo se logra esa sinergia entre jugador-árbitro?

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Es muy particular. Ahí está el trabajo, el conocer a profundidad la personalidad del árbitro. El psicólogo también tiene que entrar a trabajar.

Se habla de traer el VAR a Ecuador, pero la realidad económica no lo permite. Ante una eventual llegada de esta herramienta, ¿se debería priorizar un mejor desempeño de los réferis?

Siempre se va a mejorar. En esta profesión mejoras día a día. El árbitro va acumulando partidos, aciertos, y va ganando confianza. El VAR es algo que la Federación debe estar estudiando, el mundo del fútbol se juega con VAR y llegó para quedarse.

¿Es necesario unificar los criterios arbitrales? Suele ocurrir que los árbitros juzgan diferente una misma acción.

Lo importante es tener uniformidad en los criterios dentro de un mismo partido. Pero en el fútbol también existen jugadas grises donde la interpretación del árbitro es la valedera y tal vez para ustedes (prensa especializada) es otro análisis.

Es un hecho que hay técnicos y jugadores que no confían en los árbitros y parece muy difícil que estén de acuerdo con las decisiones de estos, ¿cuánto influye nuestra cultura?

Hay que preguntarles por qué no están de acuerdo. No voy a entrar en polémica, pero muchas veces toman al árbitro como mecanismo de culpa. Es más fácil tomar la figura del árbitro y echarle la culpa de un error y no hacer autocrítica. Eso pasa en todos lados, no es una idiosincrasia del ecuatoriano.

¿Incluir la psicología en el arbitraje está dentro de sus planes?

Claro. Es una parte fundamental porque la psicología te va a dar, a través de tu expresión corporal o tu gestualidad, seguridad. Y la irradias para el resto; pero eso también se trabaja.

¿Sería favorable, o viable, que para el campeonato ecuatoriano que es manejado por la Liga Profesional se cree una Comisión de Arbitraje independiente de la Federación?

No, creo que la Federación es la que tiene que tener a los árbitros porque es el organismo que está ligado a Conmebol y FIFA. La Liga Profesional organiza el torneo (series A y B) y le pide a la Federación los árbitros, que es la que capacita, asciende y trabaja con los árbitros.

¿La presión externa, entendida como críticas, influye en el rendimiento del árbitro?

Habría que preguntarles. Yo lo que les pregunto es si tienen redes sociales o consumen periodismo. A veces puede influir y otras veces no; todo recae en la personalidad.

¿Hasta cuándo es su vínculo con la Federación?

Yo vengo a colaborar porque yo siento esta profesión y quiero devolverle al arbitraje lo que también me dio a mí. Hoy han confiado en mí y voy a estar ayudándolos siempre desde el lugar que me toque. Ojalá pronto tengan el camino allanado y vayan solos. Pueden ser cuatro, cinco o seis meses. En enero vamos a tener una pretemporada fuerte para planificar el torneo 2022 con más fortaleza. (D)