Mundial, Eliminatorias, Champions, Libertadores, el muy relevante congreso de la FIFA en Catar a fines de marzo, la disputa FIFA vs. UEFA/Conmebol… Y en medio de todo ello, la pandemia protagonizando un inesperado papel estelar. El 2022, que apenas tiene unas horas de vida, promete una agitación excepcional. Vale empezar por el juego, que debe estar siempre delante de todo.

Los más y los menos del 2021

Bomba: Nace la Liga de Naciones UEFA-Conmebol

* Intensidad. Es la palabra de moda en el universo de la número cinco. Primero fueron los conceptos de PRESIÓN y POSESIÓN, que llegaron y se instalaron cómodamente en la sala del futbol para no irse más. En el interín, fueron afianzándose otros preceptos menores como presión alta, achicar la cancha defendiendo y agrandarla atacando, volver rápido pasando todos detrás de la línea de la pelota para recuperar, atacar con los laterales y una docena de etcéteras que implantan los técnicos y se diseminan por el mapamundi. Hoy, la premisa de todo equipo es tener INTENSIDAD, o sea presionar, movilizarse, subir, bajar, marcar, destaparse… Todo con el mayor grado de energía y continuidad que el físico y la mente permitan. Mantener un ritmo elevado los 97 / 98 minutos que dura el juego. Eso es, desde el punto de vista táctico, lo que se enfatizará. Y lo que veremos en este bebé llamado 2022. “Ser intensos” es, más allá de todas las premisas habladas y aprendidas, el reclamo que los entrenadores hacen a sus futbolistas.

* Mundial. Por primera vez en la historia lo hospedará una nación árabe. También como versión inicial se jugará a final del año y no en la mitad (21 de noviembre a 18 de diciembre). Y el marco será el brevísimo Catar, de apenitas 11.586 km2. Nunca hubo un anfitrión tan diminuto. Se podrá ir hasta a tres partidos en un mismo día dada la cercanía de las sedes. ¿Candidatos…? Los de siempre: Alemania y Brasil. A quienes debe agregarse el campeón vigente, Francia, que cuenta con cantidad de grandes futbolistas como Lloris, Kanté, Mbappé, Koundé, Varane, Pavard, Kimpembé, a los que ahora se suma Benzema. Luego, Dios dirá… Tal vez arrimen España e Inglaterra, Bélgica. Y veremos qué puede decir Argentina, mejorada con relación a lo de Rusia 2018. ¿Revelaciones…? Estados Unidos y Dinamarca.

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* Maleficio. ¿Podrá Sudamérica reconquistar el título mundial después de veinte años…? Sería balsámico para nuestro balompié regional. Y no sólo eso, obraría como un relanzamiento y una motivación excepcional, incluso elevaría la cotización de los cracks de aquí. El Brasil de Tite es muy potente y difícil de vencer; el más indicado para la proeza. En Rusia lo despachó Bélgica, aunque sin merecerlo. Esta vez el estratega gaúcho y sus garotos intentarán no cometer ni un mínimo error. ¿La mala…? Neymar será cuatro años y medio más veterano. ¿La buena…? Le apareció Raphinha, el zurdo del Leeds, una carta brava con creatividad y gol. Y tiene a una estrella naciente de dimensiones gigantes: Vinicius.

* Drama. El que enfrentan Italia y Portugal. Uno de los dos -o ambos- quedarán fuera de la fiesta en Catar. Deben eliminarse en el repechaje europeo. Aunque ya saben que es algo posible, será un golpe de nocáut para quien quede eliminado. Si es Italia, sumará dos Mundiales seguidos afuera. Increíble. Sobre todo, después de ganar con bastante brillo la Eurocopa. Si es Portugal, marcará el adiós definitivo de Cristiano Ronaldo de las copas del Mundo. ¿Cuál de los dos tiene mejores jugadores para ganar el repechaje…? Claramente, Portugal: Rui Patricio, Pepe, Nuno Mendes, Ruben Días, João Cancelo, Bernardo Silva, Bruno Fernandes, Diogo Jota, João Felix, Cristiano…

* Pulseada. El 31 de marzo tendrá lugar en Doha, Catar, el 72° congreso de la FIFA, donde Gianni Infantino buscará reafirmar su intención de hacer un Mundial cada dos años. Esto, en el medio de la tirantísima relación FIFA-UEFA/Conmebol. El presidente de la casa de Zúrich debe conseguir la aprobación (“Ya tenemos los votos”, cacareó), no obstante, está apurado pues ese ciclo bienal empezaría en 2028 y ni siquiera se ha elegido sede siquiera. En noviembre, un par de días antes del inicio del Mundial, habría otro congreso.

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* Cielo o infierno. Sin duda, el 29 de marzo será de gloria o drama en varios países de América del Sur. Ese día terminará la clasificación hacia Catar y seguramente hasta ahí habrá pelea palo y palo. Hay siete contendientes luchando por dos cupos y medio. Colombia ya descontaba ganar los tres puntos ante Venezuela ese 29, pero ahora está Pekerman en la Vinotinto y su rendimiento se optimizará. Una cita llena de morbo por la historia de amor que envolvió a Pekerman con Colombia. Dos acompañarán directamente a Brasil y Argentina, otro deberá esperar hasta junio para enfrentar al quinto de Asia (que puede ser Australia, ¡ojo…!). Será un martes negro o un feriado nacional.

* Pandemia. En un año cargadísimo de compromisos, el Covid podría jugar un rol fundamental en los torneos. Actualmente hay equipos con diez o doce contagiados. Y el virus no parece que vaya a retirarse a fines de noviembre, cuando empiece el Mundial. ¿Qué pasa si en lo mejor de su actuación uno de los favoritos debe prescindir de cinco de sus figuras…? Puede alterar el curso de la competencia. En Catar, los futbolistas serán aislados y cuidados como astronautas. Un contagio puede llevar a una docena y acaba con las chances de cualquier selección.

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* Pérdida. Noruega quedó fuera de la carrera y el fútbol se perderá en el Mundial la agresividad y los goles de Erling Haaland, una de las dos superestrellas actuales junto con Mbappé, quien llega en óptimo momento y sueña con dar doblete. La pregunta: ¿Kylian irá a Catar como jugador del Real Madrid…? Su marcha o no del PSG será una de las bombas del año. Lewandowski tratará de hacer buena a Polonia en el repechaje europeo. Pero cuidado, Polonia no es el Bayern Munich y a Lewa le pasa lo que a todos: es un matador fantástico, aunque si no está bien rodeado, su pólvora se humedece. Y la tiene bravísima: primero, Polonia-Rusia. Si pasa, frente a Suecia o República Checa. (O)