Ecuador debe ser uno de los pocos países del mundo en el que se expresa a diario, de modo especial en el periodismo deportivo, un odio irracional al pasado. Esta conducta es muy similar a lo que en psiquiatría se conoce como gerontofobia. Los periodistas nacionales de la ‘generación TikTok’ exhiben un rechazo morboso a todo lo antiguo, niegan todo vestigio de gloria u honor que haya nacido en el ayer, e intentan derribar todos los reconocimientos u homenajes realizados.

Moisés Caicedo, tasado en $123 millones ¿Cuánto costaría Alberto Spencer hoy?

Beatriz Meyer Rodríguez, prestigiosa comunicadora y novelista mexicana, escribió el 5 de enero anterior, en el portal Hipócrita Lector, una interesante columna titulada ‘La música oculta’, y dice en su introducción: “En estos tiempos es frecuente escuchar a jóvenes –hombres y mujeres– decir, sin el menor asomo de pena, no haber oído la música de los Beatles, la voz de Edith Piaf, Caruso o cualquier compositor o intérprete de tiempos pasados. Ignorancia disfrazada de gerontofobia. Como si todo lo anterior a su nacimiento oliera a rancio”. En el periodismo del deporte de Ecuador pasa igual, querida Beatriz.

Pelé y Alberto Spencer: ¿en qué se parecían? El análisis de un periodista francés en 1966

La negación del valor de la historia se asienta en la ignorancia y la escasa sensibilidad que ella produce en espíritus intelectual y moralmente mínimos. De allí nace la resistencia a investigar, leer e interpretar el valor de los hechos humanos. Es un acto de arrogancia y soberbia el que constatamos con alarmante frecuencia en radio y televisión (casi nunca en la prensa escrita, porque para aparecer en ella hay que saber escribir) con el que se pretende aniquilar aquello que un día nos llenó de orgullo: la hazaña de Lima, los títulos alcanzados por Pancho Segura Cano y el reluciente papel de Alberto Spencer en el fútbol mundial, por ejemplo. Lo hacen con vehemencia e incurren en descalificaciones oprobiosas con lenguaje soez, lo que parece haberse convertido en una costumbre de la ‘generación TikTok’.

Publicidad

Alberto Spencer, 50 años de su último gol en Copa Libertadores y el trofeo no lleva su nombre

A cada rato aparece un bicho raro sosteniendo que la información acerca de Alberto Spencer es falsa. Otro audaz afirma que Spencer no existe. ¿Qué podemos hacer los que cultivamos la historia del deporte con celo y meticulosidad?: restregar en las narices de esta subespecie sus detritus, como se hace con algunos gatos. Hay toneladas de elogios y homenajes para Spencer desde que irrumpió internacionalmente en 1960. Ningún jugador ecuatoriano resiste la comparación, en cuanto a trascendencia universal, con Alberto Spencer Herrera.

La familia Spencer participará en un homenaje al legendario Alberto Spencer en el preámbulo de la final de Copa Libertadores

Durante 17 años hizo en Ecuador, Sudamérica y el mundo lo más difícil: llenar de goles las redes de cada cancha del planeta donde jugó. Llegó a Uruguay desde el Everest porteño con 22 años y en su partido de debut con la divisa de Peñarol le hizo tres goles al Atlanta argentino. Pronto se convirtió en un símbolo del gol por su exquisitez, velocidad y eficacia. Jugó en su carrera 662 partidos y marcó 446 goles. Fue bicampeón de la Copa Intercontinental con Peñarol, tres veces de la Libertadores, ocho veces monarca de Uruguay, una vez campeón de Ecuador con Barcelona SC.

Alberto Spencer, Antonio Valencia, y Álex Aguinaga ‘juegan’ en la selección de Ecuador de todos los tiempos; Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol elabora un ‘Dream Team’

Es el máximo artillero de la Copa Libertadores, con 54 anotaciones en 87 partidos. ¿Quieren más los ‘gatos engreídos’ del periodismo criollo? El tomo número 15 de la Gran Enciclopedia del Fútbol, de editorial Océano, se llama ‘Equipos que han hecho historia’.

Publicidad

Está dedicado al Arsenal, de Herbert Chapman; al FC Barcelona, de Ladislao Kubala: al Bayern Munich, de Franz Beckenbauer; Benfica, de Eusebio; Dínamo, de Lev Yashin; Honved, de Ferenc Puskas; Independiente, de Ricardo Bochini; Liverpool, de Kevin Keegan; Manchester United, de Bobby Charlton (nadie hablará jamás del Manchester United de Antonio Valencia), Real Madrid de Alfredo Di Stéfano y otras históricas formaciones. Con todos ellos el Peñarol de Albero Spencer (con el nombre de nuestro crack como etiqueta), que reinó en todo el planeta en los años 60. El anconeño fue estrella y sus goles adquirieron dimensión universal elevándolo a la cúspide de la fama.

Hace poco EL UNIVERSO reprodujo en un artículo escrito en 1966 por el periodista francés François Thebaud, director de la revista Miroir du Football, sobre de Spencer, tras su sensacional actuación ante Real Madrid en la final de vuelta de la Copa Intercontinental (antecedente del Mundial de Clubes), ganada por Peñarol: “Es el único jugador que me hace recordar, por sus cualidades y estilo, al formidable Pelé. Del gran brasileño tiene Spencer la misma desenvoltura, la potencia, las increíbles posibilidades de aceleramiento, el sentido que le permite esquivar golpes, la técnica sin fallas. También un extraordinario juego de cabeza. Su inteligencia para el fútbol colectivo es muy superior a la de Eusebio”.

Publicidad

Y para abundar en esto de la comparación de Spencer con Pelé reproduzcamos una anécdota contada por el expeñarolense Pablo Forlán (padre de Diego, el mejor jugador del Mundial 2010) y figura del Sao Paulo): “Cuando jugaba en Brasil me encontraba mucho con Pelé. Un día en un hotel, mientras hablábamos de fútbol y de todos los goles que él había hecho, me confesó: ‘Te voy a decir algo, Pablo, alguien que cabeceaba mejor que yo era Alberto Spencer. Yo cabeceaba bien, pero lo de él era espectacular. Lo hacía tanto con carrera como sin tomarla’”.

O la de Julio César Pasquato (Juvenal), legendario periodista de El Gráfico, quien dijo en esa revista que cuando Spencer se elevaba en el área y metía un testazo era un penal de cabeza que nunca erraba el gol. Frases impactantes de sus compañeros, como la del Pardo Julio César Abbadíe: “Hago tres carreras, dos centros, Spencer la mete y está el partido liquidado. Después no corro más”.

O la de Ernesto Cholo Ledesma: “A Alberto habría que hacerle un monumento en el Uruguay. Peñarol le tendría que hacer el monumento y no a otros como les hicieron. Porque ese se merece todo. Porque logramos todo porque lo teníamos a él. Esa es la verdad”.

La misma Gran Enciclopedia del Fútbol incluye a Spencer en el tomo ‘Los inmortales del fútbol’. Eso es y será siempre: un inmortal, leyenda, orgullo para todos los que no estamos afectados de ese microbio abominable del odio a la historia, hacia aquello que no vieron, pero opinan como jureros falsos. En el 2002 la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS) hizo un estudio de los mejores jugadores de América en el siglo XX. De entre miles de nombres Spencer ocupó el puesto 20. Lo antecedían Pelé, Diego Maradona, Di Stéfano, Garrincha, José Manuel Moreno, Juan Alberto Schiaffino, Zico, Arsenio Erico, Zizinho, Adolfo Pedernera, Tostao, Obdulio Varela, Omar Sívori y Didí. Junto al ecuatoriano, en la escala 20, estaban los uruguayos José Andrade (apodado La maravilla negra), campeón olímpico en 1924 y 1928 y mundial en 1930; y el Mago Héctor Scarone, con los mismos títulos.

Publicidad

Y asómbrense los ‘gatos’. Spencer está por encima de Mario Kempes, goleador del Mundial 1978; Ángel Labruna, Nilton Santos, Ronaldo, Romario, Falcao, Rivelino, Daniel Pasarella, Pedro Rocha, Carlos Alberto, Domingos da Guia y muchos más. ¿Qué tal? (O)