“Lo más difícil es hacer gol, todo lo demás se puede arreglar”, acuñó, ya como entrenador, Juan Ramón Carrasco, aquel uruguayo que le entraba brillante a la bola. Cierto, defender es menos complicado, por eso un lateral se consigue a préstamo por 30.000 dólares y un goleador vale millones. Aunque todas las funciones del juego son importantes, el gol es la más preciada. Goal, en inglés, es “objetivo”, o sea, la finalidad de este juego-industria-pasión-entretenimiento. Gustavo Alfaro debe pensar hoy parecido a Carrasco.

‘Enner Valencia es nuestro capitán y seguirá teniendo la confianza de todos’: las reacciones en la selección de Ecuador ante la falta de gol contra Japón

Ecuador tiene un formidable sistema defensivo, reflejado en que no recibió goles en los cinco amistosos en estos cuatro meses. Y tres de esos rivales son mundialistas. Ganó dos de esos compromisos y, por desarrollo del juego y situaciones propicias, mereció imponerse en otros dos (versus Arabia Saudita y Japón). La satisfactoria conclusión es que Ecuador compite bien contra todos, incluso establece superioridades. Tal vez hubiese sido óptimo enfrentar a alguna selección europea, pero todas estas ocuparon sus fechas FIFA con la Liga de Naciones. No obstante, queda claro que hay técnico, hay individualidades y hay equipo. Ecuador no va al Mundial como en 2002, con el traje de benjamín, a ver cómo era eso, ahora llega con aspiraciones y el pecho inflado.

Pero ronda la inquietante carencia de gol. En los 9 partidos disputados este 2022 -4 por Eliminatoria y 5 preparatorios- marcó apenas 6 goles, a un promedio de 0,67 por juego. Mísero. Ecuador no solo deberá vencer en el debut a Qatar si pretende pasar de ronda, también necesitará doblegar a Holanda o Senegal. Y nadie gana 0,67 a cero. Se necesita hacer red. De esos seis mínimos goles, solo uno fue anotado por un delantero en jugada: Michael Estrada a Perú (golazo por su notable control con el empeine derecho). Tres llegaron de penal: Enner Valencia a Argentina, Jordy Caicedo a Paraguay y a Cabo Verde. Los restantes, uno de Félix Torres de cabeza a Brasil y el de Pervis Estupiñán a Nigeria. O sea, dos defensores hicieron más goles en acciones con pelota en movimiento que los tres atacantes.

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El golero japonés Daniel Schmidt le atajó un penal el martes al ecuatoriano Enner Valencia. Foto: EFE

Esto indica que no hay un problema estructural sino individual. Y a 52 días del estreno en el Mundial no se puede salir a buscar goleadores por la calle. Son estos y no hay más. Tampoco habrá nuevos ensayos. Puede que se les abra el arco estando en Qatar, pero no existen garantías. Estrada ha marcado 8 goles en 35 partidos con la Tri (0,23 % por presentación), Enner 35 en 74 (0,47). Valencia, el goleador histórico de la Selección, llegará con 33 años a la Copa del Mundo. Aunque se lo ve impecable físicamente, ya no tiene, desde luego, el pique corto indispensable para el rebotero de área, como lo tenía en 2012, al debutar con la camiseta amarilla. Lo esperanzador es que se lo ve siempre ambicioso en las dieciocho yardas.

Carlos Bianchi, multicampeón con Vélez y Boca, reflexionaba: “Antes de empezar un campeonato yo debo saber con qué cantidad de goles puedo contar. Si no tengo un gran goleador que marque treinta, me deben sumar los otros. Diez u once goles que anoten cada uno de los punteros, ocho o nueve alguno de los volantes, un zaguero que haga cinco… Porque para ser campeón se necesita una cantidad determinada de goles. Sin gol no se puede”.

Bien. Si los delanteros tienen mojada la estadística, quizás el remedio sea poner dos adelante y no uno -o Enner o Estrada-. Es muy difícil que Gustavo Alfaro recurra ahora, cerca del viaje, a gente que no formó parte del proceso, no es su estilo, de modo que deberá encontrar fórmulas creativas con los que están. Ecuador cuenta con dos magníficos laterales-carrileros como Byron Castillo y Estupiñán, pero aún así no alcanza para engrosar el número de goles, aunque Pervis anotó ante Nigeria. Carlos Gruezo (1 gol), Alan Franco (1) y Jhegson Méndez (0) tienen casi nula participación goleadora. No pisan el área. Apenas un poco más Moisés Caicedo (2 goles en 25 encuentros), aunque no es significativo. Moisés ha estado últimamente muy circunscripto a tareas de contención. Todo ese mediocampo es artífice fundamental de la eficiencia defensiva del conjunto, pero no suma arriba. Gonzalo Plata y Romario Ibarra han demostrado argumentos técnicos sobrados, sin embargo, tampoco contribuyen con goles: 17 % de eficacia goleadora el primero, 12,5 % el segundo. Ese es el panorama.

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Tal vez sería necesario agregar un 10 puro, un Júnior Sornoza o, si no necesariamente él, sí alguien de sus características, con capacidad de armado, llegada y también una cuota de gol. ¿Hay más variantes por fuera de los convocados…? Huuummmm…

Lo que genera confianza son las llegadas a la casamata rival. Ante Arabia Saudita fueron siete situaciones clarísimas (una doble) que no lograron concretarse, la mayoría por el iluminado arquero Mohammed Al Owais, que tapó todas las goteras de su defensa. Y en el primer tiempo ante Japón, además del dominio territorial, Ecuador dispuso de varias ocasiones para convertir.

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Alfaro es un hombre inteligente y perspicaz, ya estará buscándole la vuelta al tema. Tranquiliza el compromiso de los jugadores y su entrega fenomenal. Ahora bien, no alcanza con ganarle a Qatar, porque es posible que también Holanda y Senegal lo hagan. Los puntos para clasificar deberán lograrse ante uno de estos dos, lo cual es más complicado. Holanda, conducido por Louis Van Gaal, tiene un presente casi perfecto: lleva 17 partidos invicto, con 13 victorias y 4 empates. Y con futbolistas como Van Dijk, Frenkie De Jong, Memphis Depay, Dumfries, De Ligt, Malacia, Bergjwin, Klaasen, Ake, Gakpo… Recientemente ha vencido nada menos que a Bélgica (1-0 y 4-0), a Polonia (2-0), a Dinamarca (4-2), a Gales 3-2 y 2-1, empató con Alemania (1-1). Cinco selecciones que estarán en Qatar. Y clasificó a la final de cuatro de la Liga de Naciones.

A su vez Senegal, reciente campeón africano, viene de derrotar a Bolivia 2-0 e igualar con Irán 1-1. El equipo de Koulibaly y Sané es una piedra, tiene veintisiete futbolistas en las mejores ligas de Europa, muchos de ellos en Francia, Alemania, Inglaterra y Francia. Es un poderío indudable. No es imposible, sí duro. Este martes jugaron nueve selecciones sudamericanas (solo Bolivia no logró concertar un amistoso). Seis de ellas ganaron, tres empataron, un augurio auspicioso de que puede ser un Mundial feliz para nuestro continente. (O)