Brasil y Argentina no solo se regalaron la clasificación al Mundial como presente de fin de año, además se garantizan ser cabezas de serie en Catar 2022. Como Hamilton y Verstappen, se cortaron solos. Los de Tite lo lograron en apenas doce partidos, seis antes del final. Los de Scaloni en trece. Ambos como invictos. Ahora tienen un año exacto para preparar a conciencia su participación en el supertorneo. No obstante, el gran ganador de la doble fecha eliminatoria ha sido Ecuador. Al final de la 12.ª jornada, la tricolor aventajaba por un punto a Colombia y Uruguay, el martes lo estiró a 6 y 7, respectivamente. Y en goles les sacó un campo de ventaja, con lo cual podría decirse que en realidad les lleva 7 y 8. Muy difícil un aprovechamiento superior por la combinación de resultados. Y de rendimientos. Desbrocemos…

Autoridad. Es la palabra que mejor define el triunfo y la actuación ecuatoriana en Chile. Fue histórica, sí, por ser la primera victoria en tierra araucana; también decisiva para escaparse en la tabla, pero sobresalen las formas, la jerarquía para ir, plantarse con ambición, arrancar ganando y seguir buscando hasta redondear la faena. Todo lo trabajoso y árido que fue ganarle a Venezuela se revirtió en Santiago. Actuación grande por el rival, la serenidad mental y la suficiencia futbolística. No fue meter un golcito y defenderlo. Salió a gobernar el partido, lo que habla de la personalidad de estos jugadores. El técnico puede mandarlos, pero si no les da…

Consolidación. De varios elementos con inmenso potencial y futuro. Ya hablamos de Piero Hincapié, 19 años, líder y crack, una de las más auspiciosas apariciones de Sudamérica. Ya se asentó definitivamente Moisés Caicedo (20), que mostró ante la Roja las virtudes de los volantes completos: marca, acompañamiento en la gestación y llegada para definir en el arco rival. De Pervis Estupiñán (23) todo un general de la banda izquierda, de área a área. Le sobra físico y vocación para adueñarse de toda la franja, cumplir en defensa y escalar siempre con peligro; no sube por indicación del entrenador, sino para lastimar con internadas, centros o remates. Como en su precioso golazo de arranque. Lo anima su espíritu ofensivo. Byron Castillo (23), un Mini Cooper por la raya derecha, desborda entusiasmo y posee una rara simbiosis: quita y juega con igual efectividad. Otro que se manda al ataque con acierto, Félix Torres (24). Entre él e Hincapié sentaron a Arboleda, que parecía tener el puesto escriturado. Michael Estrada (25), que en Chile estuvo torcido para el arco, pero que es un castigo para los defensas, siempre llega a posición de gol y es difícil dominarlo. Y varias veces hemos gastado elogios en Gonzalo Plata (21), otra agradable realidad, quizás el de fútbol más estético. Incluso Jhegson Méndez (24), a quien Gustavo Alfaro ha relegado un poco últimamente, pero que integra este grupo que marca la feliz renovación de la selección ecuatoriana. Quizás en las próximas fechas debamos incluir a Jeremy Sarmiento. Se le advierte osadía y gambeta; debe confirmar aptitudes. Pero ya se ganó la titularidad a los ojos del técnico. Incluso está la clase de Cuco Angulo esperando más oportunidades. Y no nos olvidamos de Angelo Preciado. Van a llegar en una edad perfecta al Mundial, con amplio recorrido y el carácter forjado. Ellos seguirán la guía de Gruezo, Mena, Enner Valencia, Domínguez.

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Niveles. La tabla de posiciones de la Eliminatoria describe con precisión quirúrgica los niveles futbolísticos del continente hoy. Brasil-Argentina en un primer escalón, sin dudas. Y Ecuador detrás. Puede que obedezca a una camada feliz, pero circunstancial. Ha pasado en todos los países: Uruguay cuando sacó a Suárez, Forlan, Cavani, Godín, Muslera… Chile con Vidal, Alexis, Medel, Isla, Aránguiz… Colombia con Falcao, James, Yepes, Cuadrado, Ospina y antes con Valderrama, Asprilla, Rincón, el Tren Valencia… Paraguay con Chilavert, Celso Ayala, Gamarra, Santa Cruz… Bolivia con Etcheverry, Melgar, Baldivieso, Platini Sánchez… Sin embargo, la parábola ascendente de Ecuador comenzó en 1989 con Dusan Draskovic y, con altibajos, se mantiene con la flecha hacia arriba. Esta sería su cuarta Copa del Mundo, ha tenido éxito en clubes y en selección, con mayores y en juveniles. Mejoró su biotipo, la mentalidad, la profesionalidad. Y le aparecen talentos. Nos lo decía la semana anterior Reinaldo Rueda en charla privada: “El crecimiento de Ecuador es notable, en todos los órdenes, los clubes, la infraestructura, los jugadores, hasta la masa muscular uno les nota que es diferente a otros”. Ojalá se mantenga en el tiempo. Convertirse en referente lleva décadas.

Terrible. Con tres puntos, acaso con dos de los últimos doce que se disputen, Ecuador puede sellar su pasaporte al Mundial. La diferencia de goles le da ventaja adicional. No es cuestión de relajarse, claro, pero puede acometer la recta final sin crisis ni histerias. “Estamos con confianza, no confiados”, una iluminada frase de Ricardo Gareca, DT de Perú, antes de esta doble jornada. Debe hacerla suya Ecuador de cara a lo que resta. El resto entrará en una lucha dramática: hay seis aspirantes para un cupo y medio: Colombia (17 y -1), Perú (17 y -5), Chile (16 y -1), Uruguay (16 y -7), Bolivia (15 y -8), Paraguay (13 y -9). Casi todos se cruzan en enero o en marzo. Salvo Perú y Bolivia como local, los otros están en un pozo de juego. Uruguay perdió cuatro partidos oficiales consecutivos por primera vez en 120 años de selección. Colombia alcanzó un récord de cinco partidos sin goles. Paraguay no ha convertido en ocho de sus catorce presentaciones (pavoroso). Chile tampoco convence. El menos malo se hará de un boleto.

Moisés Caicedo (c), de Ecuador, celebra su gol contra Chile. Foto: EFE

Seguridad. Cuando todavía Perú marchaba octavo, Gareca dijo en conferencia de prensa que veía bien a su selección y que estaba “seguro de pelear un lugar en la clasificación hasta el últimos instante”. Llamó la atención la seguridad con que lo dijo. Sabía de lo que hablaba. Perú es el otro gran vencedor en esta fecha doble: ganó los dos partidos (3-0 a Bolivia, 2-1 a Venezuela) y se prendió. Ahora depende de sí mismo. Lo avala el buen funcionamiento del conjunto, que sus hombres entienden a la perfección la idea del estratega y varias individualidades que están brillando como Cueva, Lapadula, Sergio Peña, Gallese, Carrillo, Renato Tapia, Yotún… Saben a qué juegan, son futbolistas de buen pie y les están sonriendo el gol. Hay mucha ilusión en ese campamento. Atención con Perú… (O)