El miércoles anterior la Comisión Especializada del Derecho a la Salud de la Asamblea Nacional se reunió para tratar las observaciones y objeciones hechas al primer informe sobre el proyecto de nueva Ley del Deporte, cuerpo legal que pretende borrar la vergüenza universal que constituye la ley actual, elaborada por una burocracia funcional a la megalomanía del correísmo. Lo hemos dicho tantas veces en esta columna: el propósito de la Ley del Deporte que rige hoy fue poner esta noble actividad al servicio de una casta gubernamental que buscaba controlar y manipular todos los sectores de la sociedad ecuatoriana.

Los voluntarios que regían las instituciones deportivas fueron desplazados violentamente para sustituirlos por militantes del partido en el poder. Representantes de ministerios pasaron a integrar los directorios de las federaciones provinciales. Las ecuatorianas por deporte sufrieron la embestida brutal de un ministro que las intervino ilegalmente, sus directivos fueron cesados y los interventores oficiales fueron parte activa para captar el Comité Olímpico Ecuatoriano, cuyo presidente fue forzado a renunciar. El proyecto de nueva Ley del Deporte que cursa en la Asamblea reconoce lo que hemos denunciado hasta la saciedad. En la exposición de motivos señala: “Es imprescindible anotar que desde el 11 de agosto de 2010 el deporte ecuatoriano se rige bajo las normas de la Ley del Deporte, Educación Física y Recreación, que no concuerda con los mandatos de nuestra Constitución, ultrajando derechos constituidos que conllevan a deteriorar los cimientos básicos del deporte nacional (…) y al mismo tiempo eliminar lo más valioso y productivo del deporte en el mundo, como es el Voluntariado Deportivo y la autonomía de los organismos dedicados a este propósito”.

Más adelante agrega: “La intervención de la política gubernamental en los primeros años de vigencia de esta Ley, copó en todos los niveles los cargos deportivos en las entidades que son parte del Sistema Deportivo Nacional, irrespetando el artículo 382 de la Constitución de la República. Se desarrolló en esta época una devastadora intervención en todos los organismos deportivos del país para eliminar a los activistas del voluntariado”. ¿Recuerdan ustedes cuál fue el brazo ejecutor de esta maniobra violatoria de la Constitución, típica del autoritarismo y el abuso? Pues nada menos que el entonces ministro del Deporte, el exarquero José Francisco Cevallos, entonces obediente soldado de la Revolución Ciudadana y más tarde turista del morenismo. En las redes sociales aparece hoy haciendo propaganda de una candidatura y ofreciendo restaurar el ministerio para recoger sus pasos.

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La intervención política en los organismos deportivos tuvo notable injerencia en las federaciones deportivas provinciales. El nuevo proyecto de ley lo recuerda así: “Se introdujo en la Ley vigente el Capítulo I Sección V con el título ‘Del régimen de Democratización y Participación’ referente a la conformación de los Directorios de las Federaciones Deportivas Provinciales y que precisamente destrozaban la Democracia y la Participación, pues la Democracia es un sistema favorable a la intervención de la ciudadanía en el Gobierno y el predominio de esta en sus decisiones. En este caso se elimina la participación de los gestores deportivos en la administración de estas federaciones dando paso a tres representantes del Poder Ejecutivo y a un representante de los Gobiernos Autónomos Descentralizados, es decir, se elimina la participación de la ciudadanía en estos directorios, propiciando una inapropiada intervención con mayoría del Estado en los organismos de libre asociación”. ¿Quieren otro ejercicio de memoria? ¿Saben cómo llegó Pierina Correa Delgado a la presidencia de la Federación Deportiva del Guayas? Apenas dictada la Ley politizante a la hermana del entonces dueño del país se le ocurrió aspirar a la presidencia de la hasta ese momento gloriosa entidad guayasense. Lo contamos en una columna del 19 de enero de 2019 (‘¿Hasta cuándo soportamos a la Nueva Era?’). Apelamos entonces al testimonio de la propia expresidenta. En una entrevista publicada en Expreso la exvoleibolista, ante la pregunta de si su hermano Rafael intervino en su elección en Fedeguayas, confesó: “Hablé con él. Le consulté y le expliqué cómo lo quería hacer. A mi hermano le dije: ‘Hay esta propuesta, me parece un campo interesante. Soy deportista, he pasado por las duras y las maduras y he visto cómo Guayas ha perdido la hegemonía en el deporte a nivel nacional’. Y el periodista repregunta ‘¿Qué le dijo el presidente?’. Y ella responde: ‘Él generalmente escucha y no se pronuncia inmediatamente. Delegó al ministro del Deporte (José Francisco Cevallos) y al gobernador (del Guayas, Roberto Cuero) para que trabajaran en eso”. Para facilitar la tarea de Cevallos y Cuero se hizo nombrar representante del Ministerio de Salud ante la asamblea federativa.

Y tan bien trabajaron Cevallos y Cuero que Pierina Correa fue elegida para provocar luego un perverso tsunami deportivo que terminó con el prestigio de la Federación, hasta que, presionada por los medios de comunicación, la Secretaría del Deporte decidió intervenir a Fedeguayas, bajo el argumento de poner en peligro los escenarios federativos que, para entonces, ya estaban en ruinas. De la intervención no ha quedado nada. No se sabe si los interventores informaron algo sobre la gestión de la ‘Nueva Era’, pues la Secretaría del Deporte no ha informado nada.

El nuevo proyecto tiene innovaciones importantes y algunas imperfecciones que deben corregirse. Varias han sido propuestas por unos pocos organismos deportivos. La mayoría ha guardado silencio por estar muy cómodos con la ley que les regaló los cargos y por carecer de capacidad para proponer alguna objeción. En la Asamblea hay un movimiento tendiente a obstaculizar la discusión del proyecto en el pleno. Representantes de Alianza PAIS y de la Revolución Ciudadana buscan hacer mayoría para que no se trate en este periodo legislativo y quede para el que sigue. Cuando se abra el nuevo ciclo de sesiones de la Asamblea Nacional Pierina Correa, la autora del desastre en Fedeguayas, y Roberto Cuero, gestor de la llegada de aquella a la presidencia de la devastada Federación, estarán a cargo de torpedear al proyecto para que vaya al archivo y que siga rigiendo la Ley actual.

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La Asamblea está en la obligación moral de apurar el tratamiento de la nueva ley en el pleno, luego de subsanar observaciones válidas como las del papel de las asociaciones provinciales por deporte en las federaciones ecuatorianas. En la Exposición de Motivos del proyecto en curso los miembros de la Comisión proponente revelan su preocupación en este tema: “No se puede perder tiempo para liberar al deporte ecuatoriano de este peso que impide su desarrollo, que contiene normas inicuas y contradictorias que obstaculizan gravemente esta actividad”.

La segunda vuelta electoral también será decisiva para el deporte ecuatoriano, pues nos tocará escoger entre la libre asociación sin intromisión gubernamental y el respeto a la autonomía del deporte, o la permanencia de los políticos ignaros en los cargos deportivos, desplazando a los voluntarios eruditos. En tanto, Cevallos inundó las redes con su propósito de volver a ser ministro del Deporte (cargo que ya no existe). Y se me ocurre preguntar: ¿Qué pasó con la tan cacareada auditoría forense con la que se iba a señalar a los responsables de la tragedia financiera de Barcelona? ¿Seguirá el directorio manteniéndola bajo siete llaves? ¿Cuál es el temor de hacer públicos los resultados? (O)