Bajo el concepto de que no representa “fomento al deporte” se ha decidido eliminar el presupuesto de la Unidad Educativa Fedeguayas, con lo que quedarán sin estudio más de 140 alumnos-deportistas. Este centro de la Federación Deportiva del Guayas es pionero en la formación integral con alto nivel de desarrollo intelectual, físico y técnico. Algunos de sus estudiantes han ganado concursos de conocimientos, elaboración de proyectos e investigación. Muchos son integrantes de selecciones de la provincia y el país y han ganado múltiples competencias.

En sus aulas se forjan jóvenes con talento para la actividad física y demuestran que bien se pueden acoplar estudios y deporte. El grado que se obtiene en el bachillerato es de Promotores en Recreación y Deportes, especialización que tanta falta hace en el sistema deportivo nacional. Entre otros aspectos, los graduados de Fedeguayas pueden ejecutar planes de recreación. La quinta promoción, del actual curso lectivo, incorporó 20 bachilleres y de esta unidad educativa han surgido atletas en toda la extensión de la palabra y han entregado muchas alegrías al país, tal como ocurrió en los Juegos Panamericanos Junior de Cali 2021, en noviembre y diciembre pasados.

En ese torneo brillaron César López, en gimnasia artística, y Diego Piguave, en tenis de mesa; ambos consiguieron medallas de bronce. Sobresalieron Bella Paredes, en levantamiento de pesas, y Mell Mina, en taekwondo, con preseas de oro y bronce, respectivamente. Para los III Juegos Sudamericanos de la Juventud que se cumplirán en Rosario, Argentina, hasta el momento hay tres clasificados: Yang Lama, en judo; Vicky León, en lucha; y Diego Piguave, en tenis de mesa. Ellos se encuentran en campamentos de entrenamiento en Europa. Lo que pretenden hacer con la escuela de Fedeguayas es terrible. Su éxito es comprobable. La pregunta es ¿esto es o no fomento a la actividad física?

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El Ministerio del Deporte los ha dejado sin presupuesto con la excusa de que deberían estar bajo el mando del Ministerio de Educación. Con esta postura no se podría contar con los distintos médicos que apoyan a los atletas de alta competencia y deberían pasar al Ministerio de Salud. Y los contadores y administradores de las organizaciones deberían estar bajo el control del Ministerio de Finanzas. Este colegio de Fedeguayas funciona desde el 2009, cuando la Dirección Provincial de Educación del Guayas les otorgó los permisos del caso, y en junio debería cumplir catorce periodos lectivos de acción fecunda y forjadora, pero intentan desaparecerlo.

Esta pretensión debió de surgir de la recomendación de algún burócrata que no entiende la importancia formadora, no sabe de principios y valores, y solo utiliza las tijeras para cortar presupuestos. En cambio, se gastan muchos más recursos del Estado en otros rubros que poco o nada contribuyen a la formación integral de niños y jóvenes ecuatorianos.

El afán de desaparecer a la escuela de Fedeguayas nos hace recordar cuando llegó un funcionario desde la capital y de un solo corte desapareció el deporte del Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, cuna de tantos deportistas que dieron gloria a ese establecimiento en casi todas las disciplinas. La lista de vicentinos que se convirtieron en figuras del deporte de la ciudad, de la provincia y del país es enorme y faltaría espacio para mencionarlos.

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Estamos en la obligación moral de denunciar estos temas para no tener un cargo de conciencia. Hay que impedir que se anule una de las tareas más nobles, que es la de educar y formar mediante el conocimiento y la práctica formal y organizada de la actividad física. Son muy pocas las instituciones nacionales dedicadas al deporte que perduran y las que sobreviven tienen muchas dificultades.

Hacemos un llamado al ministro Sebastián Palacios para que no convalide este error. No se puede eliminar este motor que activa deportiva y académicamente a un amplio sector de la juventud. (O)