En el arranque de la Serie Mundial, Astros, que dejaron en el camino a los Medias Rojas de Boston en seis trepidantes partidos, enfrentarán a partir de este martes, en Houston, a los Bravos de Atlanta, que eliminaron a los últimos campeones, los Dodgers de Los Ángeles.

Desde los Yankees tricampeones de 1998, 1999 y 2000, ningún equipo ha podido repetir título de Serie Mundial. Los Astros despacharon primero a los Medias Blancas de Chicago en cuatro juegos (3-1, contienda al mejor de cinco) y luego a los poderosos Medias Rojas (4-2), ronda en la que brillaron y sonaron los bates por todos los costados con amplios marcadores.

Houston, que está en el Clásico de Otoño por tercera vez en cinco temporadas, cuenta con una poderosa máquina de batear y producir carreras que lidera el cubano Yordan Álvarez, Jugador Más Valioso (MVP) de la Serie de Campeonato por ser aporte ofensivo en los tres últimos juegos contra Boston al pegar trece hits (de ellos tres dobletes, un triple y un jonrón, con cinco carreras impulsadas y cinco anotadas); José Altuve, Michael Brantley, Carlos Correa, Alex Bregman, Yuliesky Gurriel, Kyle Tucker. Además sobresale el trabajo en la receptoría y el cuidado de las bases de Martín Maldonado.

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Los Bravos eliminaron a los Cerveceros de Milwaukee, con tres triunfos y una derrota, y a los Dodgers en seis encuentros, cuatro de ellos con marcadores cortos y cerrados.

Mucho tuvo que ver en el adiós de los favoritos Dodgers el desastroso manejo de los pícheres que hizo el mánager Dave Roberts. En un juego que terminó perdiendo usó a nueve lanzadores, en otro puso para abrir a un relevista. Luego llamó al estelar Julio Urías como relevista, cuando los bates rivales estaban calientes. Y después de ese error, cuando lo puso a abrir, al mexicano lo reventaron a palos. Roberts causó un desorden y cometió muchas equivocaciones.

Atlanta cuenta con una gran ofensiva con figuras como Freddie Freeman, Ozzie Albies, Austin Riley y Joc Pederson. Pero hay más. En julio pasado, como equipo sufrieron un bajón, entre otras razones, por la grave lesión de su estrella Ronald Acuña Jr., que se desgarró el ligamento cruzado anterior. Empezaron a recuperarse en la tabla de la División Este de la Liga Nacional a partir de agosto, cuando enviaron a Pablo Sandoval a los Indios de Cleveland y recibieron a Eddie Rosario. El boricua se convirtió en la pieza estelar ante los Dodgers, tanto que fue elegido MVP de la Serie de Campeonato al sumar 14 hits y registrar un promedio de bateo de .560, con tres jonrones (pegó el que metió a Atlanta a la Serie Mundial en el juego 6), nueve remolcadas y una base robada.

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Los Bravos no estaban en la Serie Mundial desde 1999, año de cuya década contaron con tremendo cuerpo de lanzadores que componían Gred Maddux, Tom Glavine y John Smoltz, gracias al que también jugaron por el título máximo de 1995, cuando se coronaron, y 1996. Ahora tienen buenos serpentineros y, aunque no están al mismo nivel de los mencionados, hacen bien su tarea.

Serán duelos muy cerrados los que nos esperan en esta disputa al mejor de siete. Los Bravos tienen gran defensa y los Astros cuentan con el resurgir de lanzadores que se crecieron en la parte decisiva ante Medias Rojas; se destacaron Framber Valdez y Luis García.

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Los timoneles son dos veteranos muy respetados: Dusty Baker, de Houston, y Brian Snitker, de Atlanta. Ambos fundamentan sus decisiones en estadísticas sencillas, pero no se dejan llevar por la moderna sabermetría, que entrega mucha información, pero deja de lado el factor humano y la inspiración de los peloteros.

Nadie puede predecir el ganador, pero ideas más claras se tendrán cuando se vea el comportamiento de los equipos en los juegos iniciales. El factor que desequilibraría el duelo puede estar en la capacidad de los bateadores para descifrar la velocidad, lanzamientos y rotación de los pícheres rivales.

En esta etapa cualquier descuido o envío equivocado puede significar un gran ponche o un enorme cuadrangular. Bienvenidos a la Serie Mundial, la mejor etapa de las Grandes Ligas a la que han clasificado dos extraordinarios equipos. (O)