El anuncio oficial de la creación de una Superliga europea ha provocado un terremoto en el mundo del fútbol. Ya hay doce equipos inscritos en esta mastodóntica competición, seis de ellos pertenecientes a la Premier League: Manchester United, Arsenal, Chelsea, Tottenham, Manchester City y Liverpool. Es decir, todo el Big-Six.

El resto de equipos implicados son Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Inter de Milan, AC Milan y Juventus. La reacción de la UEFA y de las principales federaciones y ligas ha sido inmediata. Se amenaza a los equipos implicados a no poder participar en partidos internacionales ni domésticos y el aviso se extiende a sus jugadores.

La publicación hace unos meses por The Times, en exclusiva, del dosier de 18 folios que sienta las bases de la SuperLiga pretendida por los principales clubes de Europa, y que apoya decididamente Florentino, da las verdaderas claves del proyecto. Y una pista muy sólida del porqué del interés del presidente del Madrid, ya que, entre los 350 millones ($ 421 millones) por cabeza que se aseguran los quince clubes fundadores y los 3.500 millones ($ 4.212 millones) que se reparten entre ellos (caben a 233) para infraestructuras, también de inicio, se puede afirmar que la entidad blanca se asegura unos ingresos inmediatos de 583 millones ($ 701 millones) y que, por tanto, equivaldrían a pagar de una tacada la reforma del Bernabéu, para la que se pidió un crédito de 570 millones ($ 686 millones). Son los mismos ingresos iniciales que se asegurarían Atlético y Barcelona.

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Estos son los detalles más importantes de aquel dosier filtrado y que explican el interés de esos clubes que pretenden dar el paso de crear la Superliga.

$ 421 millones para empezar a hablar

Esa es la cantidad que se asegura, según el documento, cada uno de los quince clubes fundadores, entre los que habría seis clubes de Inglaterra, tres de España, tres de Italia… y entre los que en principio iba a haber dos de Alemania y uno, el PSG, de Francia. Sin embargo, los alemanes y el PSG de momento no han dado el paso. Además de esos quince clubes fijos, habría otras cinco plazas a las que se accedería por méritos deportivos. Estas últimas son las únicas que irían cambiando año tras año.

$ 4.212 millones más para mejorar infraestructuras

Desvelaba el documento aportado hace meses por The Times que la entidad JP Morgan Chase está dispuesta a dar otros $ 4.212 millones de entrada, para impulsar el proyecto de la Superliga, a repartir entre los quince clubes fijos ($ 280 millones para cada uno), que serviría para financiar “reformas en las instalaciones” o “restituir parte de los ingresos perdidos por la crisis del COVID”.

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Sistema de competición (más partidos)

La idea inicial planteada en el dosier desvelado en su momento es jugar entre semana y seguir participando en las ligas nacionales. Para la Superliga se formarían dos grandes grupos de diez equipos cada uno, para jugar en casa y fuera entre todos. Los tres primeros de cada grupo pasarían directamente a cuartos de final (a doble partido, como las semifinales), mientras que los que terminen en cuarta posición se enfrentarían en una repesca contra los quintos para determinar los otros dos cuartofinalistas. La final sería a un partido. Por tanto, se jugarían en total de 18 a 23 partidos (ahora, ganando la Champions, se juegan 13).

Más poder para los grandes

La competición asegura unos ingresos por televisión mucho más elevados de los que ahora aporta la Champions, más aún para los quince clubes fundadores que para los cinco que accederían por méritos deportivos, y además la Superliga daría derecho a esos quince clubes a mostrar cuatro partidos al mundo a través de sus plataformas digitales propias (webs, televisiones, redes sociales…). Esto aumentaría más aún dichos ingresos.

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La postura del Real Madrid

Florentino dejó ya clara la postura del Madrid en la última Asamblea del club, cuando dijo a sus compromisarios: “Sin todos estos cambios el fútbol no habría podido ser lo que es hoy (en referencia a la creación de la Copa de Europa, en la que el club blanco participó activamente), pero necesitamos un nuevo cambio. El fútbol tiene que hacer frente a este nuevo tiempo. Y así estará el Madrid buscando, como dice Infantino, la defensa de los aficionados. Los propios aficionados se encuentran con una saturación del calendario que lo hace todo muy difícil, incluso identificar la competición que se está jugando. Hay jugadores que se lesionan por esta saturación. La reforma del fútbol no puede esperar y hay que afrontarla. Tenemos la responsabilidad de luchar por este cambio. Las nuevas generaciones consumen más contenidos. Deben de mejorar la competitividad y la calidad”.

De momento, parece que los clubes implicados están decididos a dar el paso y la UEFA y las federaciones, así como las principales ligas, a pelearlo con dureza. (D)