Empate en Düsseldorf en un partido de infarto entre Japón y Ecuador. Los porteros, figuras en los dos equipos, con penal parado a Valencia incluido. La Tricolor deja muchas dudas de cara al Mundial de Qatar, no habiendo logrado anotar ni un solo gol en los dos partidos que ha disputado. Schmidt manda un mensaje claro a España, no será fácil vencer a Japón.

Máximo respeto en Austria. Japón venía de golear a Estados Unidos en su anterior choque, demostrándole a Alfaro de lo que eran capaces los ‘samuráis’ con espacios. El profesor tomó nota del buen juego de sus rivales y sacó una táctica a la altura de sus rivales. La Tricolor salió muy enchufada al verde de Düsseldorf, con las líneas arriba para molestar todo lo posible a la zaga nipona. Japón no se amilanaba. El rival de España hizo gala de su orden táctico, siendo una máquina de física tras la pérdida de balón, saliendo con todo a defender las internadas de Ecuador.

Byron Castillo fue uno de los más peligrosos del partido, encontrando un carril libre por la derecha ante la pasividad defensiva de Mitoma y Nagatomo. Pronto comenzarían a llegar las oportunidades, siempre a rechace de la zaga y sendos golpeos de Estrada. Primero, con una volea sensacional que casi toma el impulso para colarse por la escuadra, pero al final se fue rozando el ángulo. Luego, con un tiro centrado que acabó en las manos de Schmidt. Japón estuvo muy sólido y tácticamente muy solvente, con repliegues rápidos tras pérdida. Ecuador se cocinaba el partido a fuego lento.

Publicidad

España, con Luis Enrique a la cabeza, debió tomar nota de la calidad del portero nacionalizado japonés. Si Taniguchi e Ito cometían pocos errores, Schmidt estaba ahí para solventar cualquier internada ecuatoriana. La más clara, sin embargo, fue para la Tri. Al borde del descanso, Ibarra se vistió de Maradona para regatear a tres defensores para probar al palo largo nipón, estrellándose en la propia madera. Japón respiraba, pero tuvo que volver a aparecer Schmidt para dejar las tablas en el descanso. En el descuento y de forma milagrosa, el arquero le sacó el gol a Estrada bajo los palos tras un cabezazo directo a la red.

Con el segundo round en juego, el partido se rompió por completo. Ecuador dejó el protagonismo total a Japón y los nipones no lo desaprovecharon. Una vez tras otra, los de Moriyasu comenzaban a sentirse frescos en Alemania. Buenas conducciones, pero sin gol para poner las cosas difíciles a la Tricolor. Galíndez demostraba una vez tras otra por qué era el arquero titular de una Ecuador falta de ganas. Minamino, Soma, Ueda… uno a uno fueron cayendo ante los guantes del portero.

Pasada la hora de partido, Alfaro comenzó a pedir una marcha más y los suyos no defraudaron. La Tricolor rondaba el arco de Schmidt, tirando centros que una vez tras otra sacaban Ito y Taniguchi. En este choque de titanes el más mínimo error se pagaría caro, y Japón tuvo que sufrirlo en sus carnes. A diez minutos del pitido final, Estrada cayó en el área tras una patada a destiempo de Taniguchi. El defensor, soberbio hasta ese momento, no podía creer la fatídica decisión y se encomendó a su portero para que salvara su error. Schmidt, en estado de gracia e iluminado durante la noche, se encargó de arruinar el partido a la Tricolor parándole con una palomita para la hemeroteca a Enner Valencia. Al minuto, el legendario delantero intentó resarcirse con un remate al palo, pero sin sabor a gloria. (D)