El FC Barcelona pudo con la Juventus (3-0) y con la sombra de Leo Messi en el primer Trofeo Joan Gamper sin el argentino, añorado por una grada que coreó su nombre y por un vestuario que lo recordó en los parlamentos previos al partido.

Una vez rodó el balón, el primer gol del Barça llegó en el primer ataque azulgrana. Una triangulación en el minuto 3 entre Braithwaite, Demir y Memphis Depay la aprovechó el neerlandés para irrumpir solo por el centro de la defensa y batir con tino a Sczesny en el mano a mano.

Todo parecía alegría tras el tanto culé, con la afición, por fin de vuelta en el estadio, jaleando cada buena acción de sus jugadores, que se mostraban muy móviles, derrochando verticalidad y ganas de gustar.

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Todavía en ese arreón de felicidad, Dest se animó en el minuto 7 desde fuera del área, pero su disparo no encontró los palos del marco italiano.

El regocijo se olvidó rápido cuando en el minuto 10 la grada, que había pitado a Pjanic y a Umtiti en la presentación, coreó el nombre del gran ausente, Leo Messi, en homenaje al dorsal del argentino.

La Juventus aprovechó la melancolía para desperezarse con el balón y trenzar varias posesiones largas. Cristiano Ronaldo buscó coronar la mejora de su equipo al cuarto de hora de partido con un disparo sin ángulo que despejó algo apurado Neto.

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Lo peor del Barça se vio en las lentas transiciones defensivas, pero el poco temple de Morata evitó que dos contras fueran a más. Tampoco estuvo acertado Griezmann en el 20, ya que la posición de fuera de juego del francés en el momento de chutar invalidó el posterior gol de Demir, que había empujado el rechace.

El joven austríaco rozó de nuevo el gol en el minuto 29 gracias a una gran jugada individual que culminó con un disparo raso y seco, repelido por la bota izquierda de Sczesny.

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El portero polaco se salvó de encajar el segundo en el 37 a causa de un error arbitral. El asistente señaló un inexistente fuera de juego a Braitwhaite y rompió las ilusiones de Griezmann, que había conseguido batir la puerta transalpina.

Si entonces se salvó el Juventus, un minuto más tarde se salvó el Barça en un final loco del primer tiempo, al lograr Neto repeler dos intentos clarísimos desde dentro del área, uno de De Ligt y otro de Morata.

El español pudo empatar de nuevo dos minutos antes del entretiempo y de nuevo se topó con el portero azulgrana, que le negó el gol al final de un gran contraataque coral, como también hizo en el 45 a un lanzamiento de falta de Ronaldo.

La segunda mitad nació más fría, carrusel de cambios en la Juventus mediante, hasta que en el 50 el recién incorporado Chiesa volvió a probar a Neto, crecido tras sus buenas intervenciones del primer acto.

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El equipo turinés puso durante varios minutos en aprietos al Barcelona, sobre todo en salidas con velocidad y en saques de esquina, siempre rematados ante la defensa azulgrana.

Paradójicamente, el Barça dobló su ventaja en el minuto 57 desde el saque de esquina. Braitwhaite, todo convicción, envió a la red de un fortísimo cabezazo un centro de Memphis.

Llegada la hora de partido, Koeman movió el banquillo para hacer debutar a Emerson y dar entrada a Nico González y a Umtiti, abucheado con insistencia, mientras Allegri acabó de cambiar por completo el once.

El parón de los cambios vino bien a los azulgranas, decididos a retomar el control, y a la vez aplacó los ánimos del conjunto italiano.

Griezmann tomó el papel de protagonista y trató de involucrar tanto a los jóvenes como al debutante Emerson, nervioso en sus primeros compases como jugador del Barça.

El otro extremo azulgrana, Memphis Depay, dispuso de otra buena ocasión en el minuto 78 al empalar desde el punto de penalti un balón llovido de una serie de rebotes. El tiro, forzado, le salió al muñeco.

Cuando ya moría el partido y sonaban los ecos de nuevos cánticos a Messi, Riqui Puig puso, en la última jugada, el broche al Gamper con un tercer gol desde la frontal del área. (D)