Existe, aparentemente, entre una porción del periodismo deportivo nacional una especie de acuerdo tácito: no reconocer nunca que un futbolista ecuatoriano fracasó en el extranjero (en los casos en que hubo fracasos). No importa si en el exterior un jugador fue despedido de su club por fingir que tenía síntomas de COVID-19 para no entrenar.

No se admite como fiasco que una dirigencia cese de manera fulminante a un tricolor porque este se ‘exhibió’ consumiendo bebidas alcohólicas en un video publicado en redes sociales . Tampoco es un descalabro si de forma habitual se permanece en la banca de suplentes durante varios torneos. Y que un delantero haya anotado apenas un gol en tres temporadas no es visto como un chasco.

El ‘manto protector’ se extiende ahora a los entrenadores que salen del balompié de Ecuador para dirigir en otros países. El español Miguel Ángel Ramírez (Independiente del Valle) no dio buenos resultados en el Inter de Porto Alegre. El colombiano Santiago Escobar (Universidad Católica) tuvo una pobre campaña en la Universidad de Chile. Y el último caso, en orden cronológico, es el del argentino Fabián Bustos (Barcelona SC), quien rápido se fue a pique en el Santos FC.

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“En Brasil no tienen paciencia”, se repite en Ecuador -donde “sí tiene mercado”, se afirma- para excusar a Bustos. ¿Qué se exigiría si al mando de Barcelona SC o de Emelec en trece partidos un DT solo pudiera presumir de una victoria? ¿Se recomendaría su renovación si los eléctricos o canarios fueran eliminados de un torneo internacional por un rival de Venezuela? Al margen de que si en Brasil hay o no escasa tolerancia ante los malos resultados, la prensa de ese país realizó una análisis de las causas que propiciaron que Bustos fuera destituido como estratega del Santos FC.

“Luego de 132 días en el cargo, el técnico Fabián Bustos fue despedido del Santos FC. Resistió incluso con una sola victoria en doce partidos, una goleada en el clásico con Corinthians y una secuencia de siete partidos sin ganar en su estadio. Sin embargo, tras la eliminación ante Deportivo Táchira, en Vila Belmiro, llegó la cuenta”. dice este sábado el diario Lance, de Sao Paulo, en una extensa nota titulada ‘El tras cámaras que deja Bustos al comando del Santos’.

Antes de renovar como adiestrador torero para el 2022 la dirigencia amarilla tenía reparos respecto a la continuidad de Bustos. “Después del partido con Flamengo dije que no tenía dudas en renovar (con el DT argentino) por dos años más, pero que después sí las tuve”, dijo en enero anterior Carlos Alfaro Moreno, un mes y medio antes de la partida de Bustos al Santos FC. Aceptó el presidente barcelonista que se conversó con Guillermo Almada para una eventual sustitución, pero “pulimos diferencias de criterio con Bustos” y este se quedó.

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Descontento de jugadores

El Santos FC no tuvo dudas para contratar al cordobés de 53 años. “El técnico llegó a Brasil con la confianza de casi todo el Comité Directivo del club”, recuerda Lance. Pero “pasaron los días y empezaron a aparecer problemas. Bustos siempre fue un entrenador intenso y, en ocasiones, considerado terco. Pese a ello, Bustos no fue ‘quemado’ por el plantel. El día a día del club fue bueno, a pesar del descontento en algunos aspectos por parte de los jugadores”.

Bustos sufrió una serie de malos resultados y después de perder con Flamengo, antes de los dos juegos con el venezolano Deportivo Táchira, por los octavos de final de la Copa Sudamericana, se lo consideraba un “entrenador despedido”, dice Lance.

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Enojo dirigencial

Para el rotativo paulista la directiva del Santos FC dio señales de hartazgo antes del adiós en la Sudamericana. “Parte de la Comisión Gestora empezó a enfadarse con tantas excusas (de Bustos) en las ruedas de prensa. Hubo claros errores del arbitraje contra Santos, de hecho, pero comenzó a convertirse en un argumento en todos los partidos. El discurso de ‘aún con la derrota, jugamos de igual a igual’ tampoco fue suficiente.

Para Lance “los dos partidos ante el Táchira dejaron mucho que desear”, y complementa Gazeta Esportiva que fue “un vejamen” que los llaneros echaran de la Copa al Santos. Bustos “no resistió una secuencia de malos resultados”, afirma el análisis de Gazeta Esportiva.

Continúa la evaluación del periódico: “Un factor que pesó en la destitución de Bustos fue la derrota por 4-0 ante el Corinthians, por la Copa do Brasil, la semana pasada. Pero la gota de agua que derramó el vaso fue la eliminación tempranera en la Sudamericana. Santos FC solo necesitaba ganar al Táchira en casa para avanzar a cuartos de final, pero no pudo. Nada más terminar el partido, varios jugadores protestaron contra el entrenador”.

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Gazeta Esportiva hace un recuento: “El equipo Peixe tiene solo una victoria en los últimos trece juegos. Contratado a fines de febrero (pasado), Bustos deja el cargo luego de 30 partidos, de los cuales Santos FC ganó nueve, empató 13 y perdió ocho. Además, hubo 38 goles marcados y 34 recibidos”. (D)