El partido correspondiente a la tercera fecha de la Ligue 1 francesa Niza-Olympique de Marsella fue interrumpido por el árbitro luego de una invasión de campo de algunos aficionados locales, el domingo.

El incidente comenzó en el minuto 75 cuando el jugador del Marsella Dimitri Payet devolvió a la tribuna de aficionados del Niza una de las botellas de plástico que le lanzaban cada vez que sacaba un córner.

Los aficionados descendieron al césped para amenazar al 10 marsellés, antes de que el árbitro enviase a los 22 jugadores a vestuarios. El resultado era de 1-0 para el Niza.

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La Liga de Fútbol Profesional (LFP) había decidido que el Niza-Marsella se reanudara pero el OM no quiso volver al campo “por la seguridad de los jugadores, que habían sido agredidos con una invasión del campo”, precisó en un comunicado el principal del Marsella, Pablo Longoria.

El presidente del OM aseguró que el árbitro habría preferido que el encuentro se suspendiera definitivamente porque consideraba que la seguridad seguía sin estar garantizada “pero la Liga decidió, por una cuestión de orden público, reanudar el partido”. “No era aceptable para nosotros”, argumentó.

El problema es que su equipo (que iba perdiendo 1-0 en el momento de los incidentes) corre el riesgo de ser castigado por no haber querido volver al terreno de juego con un resultado de 0-3.

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Será la comisión de disciplina de la LFP la que se pronuncie sobre eso, como también sobre las posibles sanciones contra el Niza, que por su parte reprochó la actitud del OM.

Según la versión del presidente del Niza, Jean-Pierre Rivère, el árbitro dudaba sobre si había que volver a jugar o no, pero “los servicios de seguridad le afirmaron que no había problema. Todo el mundo decidió reanudar el partido: el prefecto, los responsables del servicio de orden”.

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Por eso no entendió la reacción del Marsella, ya que él mismo había ido a las tribunas y los aficionados le garantizaron que no se repetirían los incidentes: “Todo el mundo dijo que todo iría bien. Los marselleses no quisieron”.

En el conflicto intervino este lunes el alcalde de Marsella, Benoît Payen, que en declaraciones a la emisora France Info anunció que iba a telefonear a la ministra de Deportes para decirle que no le parece bien la decisión de la LFP de que el partido se jugara pese a los altercados que se habían producido.

“La Liga debería haber interrumpido definitivamente el partido, anularlo y volver a empezar”, indicó Payan, que estimó que la reanudación no era “conforme con el espíritu del deporte” y fue una decisión “inaceptable”.

Según el medio RMC Sport, tres jugadores del Marseille han sufrido lesiones durante los altercados con los ultras del Niza. El más perjudicado fue Luan Peres, que, según RMC Sport, tiene una fuerte lesión en el cuello. (D)

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