La ilusión de las dos mayores figuras sudamericanas, el brasileño Neymar y el argentino Lionel Messi, de ganar por primera vez una Copa América debe abrirse paso en una saga de desaguisados que marcan al convulso torneo regional de 2021, confirmado solo tres días antes del comienzo.

Cancelaciones de sedes, denuncias judiciales, protestas sociales, sponsors que se bajan y sobre todo la pandemia del covid-19 que no da tregua en la región: en esa maraña de problemas intenta asomar tibiamente el fútbol. Y solo tres días antes de su inicio se confirmó que el torneo regional se jugará.

El Tribunal Supremo de Justicia de Brasil dio luz verde el jueves para que el gigante sudamericano sea anfitrión de la Copa América por segunda vez consecutiva, la anterior en 2019.

Publicidad

Las críticas de los futbolistas, incluido el plantel de Brasil, se hicieron sentir pero no pasaron a mayores.

Figuras sudamericanas como el uruguayo Luis Suárez, el colombiano Juan Guillermo Cuadrado o el argentino Sergio ‘Kun’ Agüero cuestionaron duramente el evento. A ese coro se unieron los entrenadores de Ecuador, Gustavo Alfaro; de Perú, Ricardo Gareca, y de Chile, Martín Lasarte.

Los jugadores de la Seleçao se sumaron al disconformismo alegando la delicada situación por la pandemia.

Publicidad

El gigante sudamericano es el segundo país con mayor número de fallecimientos por covid-19, acercándose al medio millón.

Antes de que la Copa América recayera nuevamente en Brasil, las defecciones como anfitriones de Colombia, a causa de un estallido social con más de 60 muertos, y Argentina, acechada por el recrudecimiento de la pandemia que ya causó en este país 83 mil fallecidos, hicieron peligrar nuevamente al evento. Ambos países también eran las sedes previstas de la postergada edición de 2020.

Publicidad

A último momento, el presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, aceptó el convite de la Conmebol, en medio de cuestionamientos que llegaron hasta el máximo tribunal de justicia de Brasil, que este jueves le dio luz verde a la realización del torneo regional.

Messi y Neymar, una deuda común

En ese clima que hasta ahora ha dejado escaso espacio al fútbol, Messi tiene una meta que a sus 34 años (los cumplirá el 24 de junio) le deja escaso margen de revancha. La Pulga se propone romper en el Maracaná el 10 de julio su racha negativa con la albiceleste de tres finales perdidas de Copa América (2007, 2015 y 2016), las dos últimas en los penales ante Chile.

También sería muy especial para el capitán albiceleste si logra levantar la Copa en el mítico estadio de Río de Janeiro, donde Argentina cayó en la final ante Alemania en el Mundial-2014.

Publicidad

La selección mayor albiceleste deberá enmendar muchos errores si pretende frenar la serie negativa de 28 años sin celebrar un título internacional y de paso quitarle a su adversario el invicto de títulos de Copa América que logró cada vez que jugó en su casa (1919, 1922, 1949, 1989 y 2019).

En esa difícil aventura, hallar el socio adecuado para Messi y evitar los crasos errores defensivos, son la prioridad entre los problemas a resolver para el DT Lionel Sacaloni.

Neymar, a diferencia de Messi sí atesora un título con su selección, aunque uno de menor cuantía: la Copa Confederaciones de 2013,

Pero aunque Neymar no jugó por lesión, Brasil fue de local campeón en la última Copa América en 2019, cosa que con Argentina no ocurre desde Ecuador-1993.

Profeta en su tierra

El anfitrión es el amplio favorito para revalidar el título otra vez en su emblemático patio. Con 9 coronas de Copa América, está tercero en el palmarés detrás de Argentina (14) y del líder Uruguay (15).

Pero la verdeamarilla lo tiene todo para sumar su décima estrella en 2021, porque es local y está un escalón o más por encima del resto de las selecciones del continente.

En la clasificatoria sudamericana a Catar-2022 es el superlíder con puntaje perfecto (18), seguido de lejos por Argentina (12), mostrando una gran superioridad.

El entrenador Tite ha consolidado un equipo con gran solidez defensiva y sin perder la frescura que le dan en ofensiva jugadores como Neymar, Gabriel Jesús o Gabriel Barbosa Gabigol.

Zona de comodidad

La Copa América es la zona de confort de Uruguay. Aunque está cursando una floja eliminatoria sudamericana con 8 puntos en 6 juegos, ello no significa que la Celeste no pueda con el máximo torneo del continente, cuyo palmarés lidera con 15 títulos.

En Brasil se reencontrará la mortífera dupla ofensiva de Luis Suárez y Edinson Cavani, quien no jugó los dos últimos partidos del premundial por suspensión, y ello aumenta en forma considerable el potencial del combinado uruguayo.

Rueda apostó fuerte

Las imágenes cuentan. Colombia terminó la última fecha del premundial, el martes, muy fortalecido tras lograr un empate agónico 2-2 con Argentina, después de ir en desventaja por 2-0.

El orientador Reinaldo Rueda se jugó todos sus ahorros al dejar afuera de la Copa América y del premundial al ídolo cafetero James Rodríguez, del Everton inglés. Y por ahora acertó. Pero tendrá poco margen para los errores y el crédito se le puede agotar rápidamente si no se afianza en la Copa América en Brasil.

Ecuador, de su lado, necesita mejorar la puntería porque es uno de los seleccionados que ha crecido en la región y puede presentar pelea en un torneo que casi siempre depara alguna sorpresa.

Campeón por primera vez en su país en 2015 y también en 2016, Chile ha entrado en zona de renovación. Su ‘generación dorada’, liderada por Arturo Vidal y Alexis Sánchez (ambos del Inter de Italia), aún tiene cosas para decir pero su nuevo entrenador, el uruguayo Martín Lasarte está en la difícil búsqueda del recambio de una camada que será irrepetible.

Perú, subcampeón en Brasil-2019, está asomando del pozo y se enfoca en utilizar el torneo continental como banco de pruebas para el premundial a Catar-2022.

El estratega de Perú, el argentino Ricardo Gareca, salvó su puesto con un triunfo de visita en Quito en la clasificatoria que le da aliento, pero su equipo está lejos de aquel que clasificó a Rusia-2018 después de 36 años sin ir a un mundial ni del que fue subcampeón en la Copa América de Brasil-2019.

Y como Rueda, Gareca también apostó fuerte al no citar al ídolo peruano Paolo Guerrero, máximo goleador de Copa América que sigue activo, con 14 tantos.

Paraguay añora su fama de fuerte competidor en Sudamérica desde hace una década, cuando fue subcampeón en la Copa de Argentina-2011 y jugó un memorable Mundial de Sudáfrica-2010, el último en el que participó, donde llegó hasta cuartos de final en su mejor performance histórica.

Bolivia y Venezuela, las cenicientas sudamericanas, amenazan pero no cumplen, se tambalean entre intentos de superación y dificultades ancestrales para competir. (D)