Mónica Amboya, de 34 años, cumplirá su sueño de estar en los Juegos Olímpicos. No será como atleta, sino como asistente de línea en fútbol. La riobambeña relata que, pese a sus títulos sudamericanos y panamericanos en atletismo, en pruebas de fondo y semifondo, no tiene una pensión vitalicia. En charla con este Diario habla de sus expectativas en Tokio, de sus vivencias en el arbitraje y de los buenos y malos ratos como atleta.

¿Cómo toma la designación de Conmebol para ir a Tokio?

Estoy muy alegre, muy contenta. Es una noticia que esperaba hace mucho tiempo porque era un sueño ir a los JJ. OO. No solo como árbitra, sino de mi vida, porque como deportista no lo pude alcanzar.

Publicidad

¿Qué funciones ha cumplido como árbitra de fútbol?

Pasé por todos los puestos, pero desde que recibí la escarapela internacional de FIFA (en enero del 2020) he actuado como asistente; aunque también a veces laboro como jueza central en las divisiones inferiores.

¿Hay algún partido complicado que le haya tocado dirigir?

Publicidad

Para mí los partidos de las ligas barriales y hasta los que son internacionales tienen la misma importancia, tienen esencia y tienen cosas diferentes. Cada partido tiene su particularidad.

¿Algún jugador le ha faltado el respeto por ser mujer?

Publicidad

No de forma directa; siempre me han respetado. Al principio me costó, porque ellos no tenían la confianza de que una mujer los dirija en una cancha.

¿Tras alguna decisión se percató de que cometió un error?

Una vez sí me equivoqué y trascendió en el marcador. Fue en la primera división, en el 2020, y eso me costó una suspensión de todo el torneo. Son cosas que pasan, uno es ser humano.

¿Es necesario usar el VAR?

Publicidad

Claro, tenemos dos segundos para analizar la jugada desde un ángulo. Con el VAR existen cuatro o cinco cámaras y si se cometió un error, se rectifica. Pero el VAR no debe hacer perder la esencia del arbitraje.

¿Cuál es su expectativa en los Juegos Olímpicos de Tokio?

Quiero disfrutar lo que Dios me ha dado, la bendición de ir a los Juegos. Deseo hacer lo mejor de mi trabajo y si me puedo quedar hasta la etapa final, bienvenido.

¿Hay diferencia entre dirigir un partido de clubes y otro de selecciones nacionales?

El fútbol es el mismo, la única diferencia es que hay masculino y femenino, aunque las distancias se han acortado. Pero el profesionalismo es el mismo, lo único que puede cambiar son las emociones del partido.

¿Cómo se ve en el futuro?

Me gustaría transmitir lo que he aprendido como atleta y árbitra. Me visualizo como dirigente para aportarle al deporte todo lo que aprendí.

¿A qué edad empezó usted como atleta en Riobamba?

A los 12 años, y a los 15 me gradué como árbitra profesional de fútbol. Hasta los 22 años cumplí las dos actividades, luego me decidí por el referato.

¿Por qué dejó el atletismo?

No tuve el apoyo para contar con un equipo multidisciplinario y no pude cumplir mi sueño de llegar a JJ. OO., que era para lo que se trabajaba como atleta.

¿Cuántas actuaciones tuvo como atleta a nivel internacional?

No sé el número exacto, pero fueron algunas y en todas las categorías (infantil, prejuvenil, juvenil y adultos). Antes la Ley del Deporte a uno le permitía competir en una categoría superior, hoy existe una limitación; estuve en los Juegos Nacionales de adultos (Esmeraldas 1996) siendo prejuvenil.

¿Cuántas medallas acumuló?

Fui campeona sudamericana en prejuvenil, juvenil y adultos; competí en el ciclo olímpico para Pekín 2008. No tengo una estadística exacta, pero creo que llegó a las 50 preseas.

¿Usted goza de alguna pensión vitalicia por sus triunfos?

No, y tengo varios títulos en Sudamericanos y Panamericanos. Los dirigentes no se preocupaban por uno. Dejé mis documentos en la Senader (Secretaría Nacional del Deporte) y nunca me respondieron.

¿Quiénes no la apoyaron?

No deseo nombrarlos, han pasado varios años. Tuve inconvenientes con muchos dirigentes y solo Nelson Serrano (presidente de la Federación Deportiva de Chimborazo), sin ser riobambeño, me ayudó en mi formación como atleta. A pesar de tener grandes triunfos para mi provincia y Ecuador, nunca conté con el apoyo para recibir mi pensión vitalicia.

¿Usted hizo el trámite?

Lo realicé personalmente. El trámite llegó a la Senader (hoy Secretaría del Deporte, que encabezaba Luis Tapia) en la presidencia de Lucio Gutiérrez. Siempre me dijeron que el presidente estaba a punto de firmarlo, pero nunca se concretó. Mi sorpresa es que compañeros del atletismo que han logrado menos que yo, ellos sí gozan de ese beneficio. (D)