“Barcelona debe hacer un buen trabajo y no puede caer en la desesperación, porque eso lo puede consumir y se va a aprovechar el Flamengo”, fue el consejo que envió el legendario ‘Tanque de Muisne’ Lupo Quiñónez, en diálogo con EL UNIVERSO, a los canarios para su encuentro de este miércoles (19:30) en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, por la semifinal de ida de la Copa Libertadores.
El recordado goleador de los clásicos del Astillero, con 13 tantos (10 con Emelec y 3 con los amarillos), destacó que este duelo le revive el recuerdo de hace 35 años cuando vencieron al Bangú en el mismo escenario por el Grupo 4 de la Libertadores.
Ese triunfo quedó registrado en la historia del balompié nacional porque, hasta ahora, es la única victoria de un equipo ecuatoriano en el mítico Maracaná.
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“Barcelona está acostumbrado a estos partidos y ¿cómo se ganan?: moliendo a golpes al rival, que en este caso es quitarle la pelota, desgastándolo. Poco a poco se lo lleva a las cuerdas, con contragolpes, para rematarlo. Hay que bloquearlo por todos los sectores de la cancha y en los primeros espacios que dejen por ahí entrar con todo para marcar. Así logramos vencer al Bangú”, resaltó el artillero que actuó desde 1984 a 1988 en la escuadra canaria. Fue campeón nacional en 1985 y 1987 y clasificó a la fase de semifinales de la Copa en 1986 y 1987.
Y agregó: “Si no se gana con lo futbolístico se debe ganar a lo Barcelona, que es a la mala, entrando fuerte y metiendo los goles. Este equipo actual tiene una buena base de jugadores con experiencia y jóvenes. Tienen los requisitos para hacer un buen partido y su técnico (el argentino Fabián Bustos) sabe lo que está en juego”.
También resaltó que ve a los canarios como favoritos para disputar su tercera final copera. “Yo lo veo peleando por el título. Aunque yo me formé en Emelec, en Barcelona aprendí cómo se deben aguantar y defender en esta clase de partidos. Esa mítica garra se ha mantenido y se la sigue inculcando a los elementos que llegan. Tienen un presidente (Carlos Alfaro Moreno) que conoce ese mundo complejo que es Barcelona y seguramente deben hablar de eso, por eso han llegado tan lejos en este torneo”.
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Sobre el encuentro contra el Bangú del martes 15 de julio de 1986, el ‘Tanque de Muisne’ recordó: “Nosotros llegamos al Maracaná, una de las canchas más respetadas en Sudamérica, con la misión de ganar, no había de otra. La motivación y presión de la hinchada, y las ganas por pasar a la historia eran indescriptibles. Estábamos en la cancha que brilló Pelé, en su momento, y que deslumbraban en esa época el doctor Sócrates, Zico y otros monstruos que tenía la selección de Brasil. La obligación era salir airosos y lo conseguimos”.
Los amarillos formaron con Carlos Luis Morales; Flavio Perlaza, Hólger Quiñónez, Jimmy Montanero, Fausto Klínger; Toninho Vieira, Tulio Quinteros, Severino Vasconcelos; Ordóñez, Lupo, Juan Madruñero.
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Marinho abrió la cuenta a los 24 minutos. Vasconcelos igualó a los 75, tras pase de Luis Ordóñez. Pero a los 85, Ordóñez avanzó por la banda derecha y lanzó un pase para Lupo, quien dominó la pelota frente al arco y fue derribado por el guardameta Nardo, acción que el juez cobró como penal. Vasconcelos ejecutó la falta y decretó el 2-1 para Barcelona.
“Tras el pitazo final del árbitro no lo podíamos creer, para nosotros era la hazaña. Fue una satisfacción inmensa, nos abrazamos entre todos. No paró la celebración y fue más intensa cuando llegamos a Guayaquil; la gente nos siguió por la toda la ciudad. Es uno de los recuerdos que para mí parece que lo viví ayer. Toda esa pasión y cariño que hay por Barcelona nunca la puedes olvidar”, rememoró Quiñónez. (D)