A la atleta esmeraldeña Marizol Landázuri se la puede considerar, quizás, la más cercana al corredor Álex Quiñónez, asesinado el pasado 22 de octubre, tanto que empezaron juntos en la actividad y ella conoce de gente allegada al velocista que le quedó debiendo mucho dinero. Pide que le cancelen a la familia del desaparecido deportista; caso contrario, dará a conocer nombres.

La corredora en la posta 4 x 100 de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 describe lo que sintió cuando supo del deceso de su amigo, compañero y hermano, como ella le decía. “Cuando me llegó la noticia sobre el fallecimiento de Álex (Quiñónez), dejé todo lo mío. Se había ido mi hermano y me dolió mucho porque estoy fuera del país (en República Dominicana). Hablé con la mamá y me dijo: ‘Mi loca, la estoy esperando’. Le respondí: ‘Tía, usted sabe lo mucho que me duele esto, no puedo estar ahí porque estoy lejos, no puedo ir este momento’. Y me dijo: ‘Yo sé la amistad que usted tenía, yo sé lo que significaba Álex para usted y sé que si no está aquí es porque en realidad no puede venir’”.

Algo que le impactó a Marizol fue mirar a su Negro en el ataúd. “La mamá de Álex me indicó que muy pocas personas habían visto el cadáver, porque no quería que lo miraran como estaba (destrozado el rostro), pues deseaba que la gente lo recuerde como la persona alegre que era, el muchacho humilde. Le pedí que me dejara verlo, porque no estaba allá en Esmeraldas, me abrió el féretro y me desplomé, me vinieron 50.000 cosas a la cabeza, repasé la vida entera cuando empezamos nuestra carrera, éramos niños de 11 años él y yo de 9, fue algo confuso para mí ese instante”.

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El mensaje que le queda a la atleta esmeraldeña luego de la partida de su amigo Álex Quiñónez es: “A veces no vale la pena estar haciendo tantas cosas. Envolviéndose en problemas y situaciones, al final tienes que vivir tu vida como quieres. Sí, nos vamos a preparar académicamente, físicamente, mentalmente para un mañana, pero si te mueres eso queda ahí; entonces tienes que hacer todo lo que quieras hacer por si hay un mañana. Hay que prepararse académicamente, físicamente, mentalmente para que el día que te llegue tu partida, hayas hecho todo lo que quisiste”.

Marizol indica que el destino pudo ser otro. “Álex pudo haber planeado algo para el siguiente día que lo asesinaron y al final murió. Esas cosas son solo de Dios, nadie lo sabe y por eso digo: prepárate por si hay un mañana. Tanto uno lucha, tantas cosas haces y la vida, el sistema, el destino te sorprende así. Al final nos desesperamos por nada, peleamos o hacemos un problema por nada, estamos, existimos y no nos damos cuenta que la vida es lo más importante”.

En su trato con Álex, Marizol dice que habló de todo. “No me arrepiento de nada de las cosas que hablamos con él, todo lo dijimos. Incluso el último día que estuvimos en Tokio y cuando le dieron la noticia de que no podía competir porque no lo ubicaron para hacerle el examen de doping, y que la gente no entiende, subí a su habitación, nos miramos, nos abrazamos, lloramos y le dije: ‘Hermano, tú saliste de aquí (deporte) y esto le puede pasar a cualquiera y me respondió, ‘me siento triste porque no podré competir, pensaba darle una alegría a Ecuador, quería subirme al podio olímpico y lo único que podemos fijarnos es darle otro ciclo más (4 años)’. Llorando le dije sobre un retiro y entre risas me dijo: ‘Negra, no nos podemos retirar porque no tenemos nada’. Esa fue la última vez que hablé con el personalmente”.

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Marizol recuerda que siempre estaba pendiente de su amigo. “Le escribí el 10 de octubre para preguntarle cuándo iba a Quito para entrenar, porque ya me había dicho que el 10 se iba, aunque el grupo ya estaba en la pista desde el 6 de octubre. Me respondió que sí iba a ir, justificó su ausencia y me prometió que la próxima semana iría y fue la última vez que me comuniqué con él. Ahora espero que se haga justicia y que todo lo que él hizo por su país, la gente lo aprecie, sobre todo lo bueno que pasó en su vida deportiva caiga sobre sus hijos”.

Deudas por cobrar

Cuando Marizol se refiere de que hablaba de todo con Álex, recalca: “Todo lo que tenía que decirme, me lo dijo, había muchas cosas que solo él y yo sabíamos. Espero que las personas del sistema le cancelen lo que le corresponde pagarle a él lo que se ganó en la pista. Deseo que ahora que él se murió no digan que como ya no está, ya no hay dinero para darle. Además, todas esas personas que le quedaron debiendo dinero, y que es muchísimo, se den cuenta de que Álex dejó tres niños pequeños y que las madres necesitan el dinero para criarlos, para que ellos tengan una buena educación”.

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“Me hubiera gustado ir con Álex a cobrarle a mucha gente que le debía. Él era tan humilde, tan humano y yo le decía: ‘Negro, al final es tu dinero, tú eres el que entrena para correr duro, pero cobra tu dinero’. Ahora sus hijos, la mamá, la familia necesitan sostenerse y les hace falta ese dinero. Siempre le recordaba a Álex que cobre su plata porque tiene hijos y él justificaba a sus deudores, pero yo le insistía que les cobre. Hay muchísima gente que le debía plata y yo sé muchas cosas, que me las guardo. Asumo en mi ignorancia que la gente le va a pagar a las madres de las niñas para que esas pequeñas puedan tener una buena educación. Me duele mucho eso y voy a esperar un tiempito, voy a hablar con los niños para ver si ciertas personas les han pagado, entonces si no se han acercado yo diré quiénes son”.

“Álex era una persona humilde, un ser humano caritativo, bondadoso, para enojarse tenía que ser algo muy, pero muy grave; aun así se reía de lo que le pasaba. En el 2019 cuando se fue al Mundial Doha, torneo al que yo no fui porque estaba lesionada, me dijo que iba a estar solo, le contesté: ‘Toca. ¿Qué podemos hacer?’ Me preguntó cómo lo había visto y le dije: ‘Anda y trae esa medalla’. ‘Será de bronce, porque está duro, pero no difícil’. Y me indicó: ‘Sí, hermana, voy con fe, voy con Dios y lo voy a hacer bien’. Así fue, ganó el bronce y a su regreso celebramos”, recuerda Marizol.

Sobre el inicio de ambos, la hoy señora Landázuri, indica: “Con Álex salimos de familias muy pobres, donde si se desayunaba, no se almorzaba, ni se merendaba, comíamos lo que había, nuestros padres se esforzaban para alimentarnos con lo que había. Entrenábamos 20 niños y nos repartíamos dos botellas de agua de 25 centavos, así nos criamos, con muchas necesidades”. Lo recuerda así la corredora que fue descubierta por los DT Jorge Casierra y Roberto Erazo.

Marizol critica a quienes publican fotos del desaparecido velocista con ellos. “Ahora hay gente que saca fotos con Álex de hace muchos años atrás, ¿por qué no ponían fotos con él cuando más los necesitaba o no tenía éxito?”.

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Finalmente, la esmeraldeña confiesa que su amigo pensaba en el retiro. “En el 2019, cuando él participaba en la Liga Diamante, hicimos una videollamada y me dijo que estaba cansado, pero que debía seguir por sus hijos, por su familia y se puso a llorar. Fue a calentar y en la noche, cuando volvimos a hablar, me confesó que por primera vez había llorado en el partidor, que se sentía mal, que tenía mucha tristeza; pero al final reconoció lo que era capaz de hacer en la pista y le dije que ese era él, único cuando se sube al partidor es un campeón”. (D)