Latinoamérica acude a los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín-2022 con objetivos modestos. La inmersión de alguno de sus 33 deportistas entre los veinte primeros de sus especialidades sería un éxito. La cita en China será del 4 al 20 de febrero.

En la anterior edición del evento, en Pyeongchang-2018, la mejor clasificación llegó con el 19º puesto de la chilena Stephanie Joffroy en skicross.

De los 34 participantes de la región en la cita surcoreana de hace cuatro años, solo cuatro estuvieron en el Top-20, ya que además de Joffroy, hubo tres vigésimos puestos en especialidades como patinaje y snowboard.

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Y la presente edición tendrá probablemente las mismas características. Latinoamérica ha mantenido las mismas cifras de participantes, con 33 en esta ocasión, pero sin que ninguno opte a las medallas, y entrar en el Top 10 sería una sorpresa.

En este reducido grupo está Sarah Escobar, quien será la primera mujer en representar a Ecuador en la cita olímpica, y lo hará en una de las pruebas más duras de los deportes de nieve: el Slalom Gigante de Esquí.

En esquí alpino, la especialidad reina de los deportes de invierno, con los argentinos y chilenos a la cabeza, entrar en el Top 20 sería un logro, aunque las dos últimas ediciones han mostrado que cuesta meterse en el Top 30.

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Argentina acude con seis deportistas, frente a los siete de Pyeongchang, con dos en esquí alpino, con Francesca Baruzzi como mayor baza, además de la representante de luge, Vero Ravenna, criada en Canadá, que fue vigésimocuarta en los Juegos de 2018.

El objetivo es mejorar los resultados de los Juegos anteriores y demostrar a los chicos más jóvenes que con esfuerzo se puede acceder a un evento tan importante como un Juego Olímpico”, afirmó a la AFP el vicepresidente de la Federación Argentina de Ski y Andinismo (FASA), Martín Begino, jefe de la delegación rioplatense en la cita china.

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Brasil y Argentina, las más numerosas

Argentina contará con la segunda delegación más numerosa, detrás de Brasil con diez representantes, aunque cuatro de ellos de bobsleigh.

Argentina, con su quinto puesto en bobsleigh en los en los Juegos de Saint Moritz de 1928 y Brasil con la novena plaza de Isabel Clark en Turín-2006 han sido los dos mejores puestos históricos de los países de la región.

“El tema de ganar una medalla es un tema difícil si solamente se trabaja con un actor que es el comité olímpico nacional y sin ayuda financiera del estado a las federaciones. Se esta trabajando en plan fomento y mejoramiento del deporte en el comité olímpico. Creo que el problema es estructural. Si todos los actores, me refiero a estado, deporte federado, comité olímpico y estructuras departamentales, no trabajan en conjunto, los resultados serán solo producto de una casualidad”, reconoce a la AFP Marco Luque, jefe de la delegación boliviana, que repite con los mismos representantes que tuvo en Pyeongchang, el esquiador alpino Simon Breitfus, nacido en Austria, y el esquiador de fondo Timo Gronlund, originario de Finlandia.

Los nacidos fuera de Latinoamérica

Este recurso a deportistas nacidos en el extranjero que tengan algún vínculo con el país se da en varios equipos. Ornella Oettl Reyes, nació en Alemania y representa a Perú al ser su madre de este país. Algo parecido ocurre con Sarah Escobar, nacida en Estados Unidos, cuyos padres son ecuatorianos.

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Escobar es una deportista histórica para el Ecuador, pues llevó con orgullo el tricolor nacional en la tercera edición de los Olímpicos de Invierno de la Juventud, realizados en Lausanne, Suiza, en el año 2020. Ahora le toca representar al país en la máxima categoría de esta modalidad deportiva, como sucesora de Klaus Jungbluth, que abrió el camino para los tricolores en PyeongChang 2018.

El austríaco Simon Breitfus ha pasado muchas temporadas en Bolivia, mientras que Timo Gronlund, representa a este país, debido a que su mujer es boliviana.

Es el mismo caso de México, con tres de sus cuatro participantes nacidos o criados en Estados Unidos o Canadá.

La esquiadora Sarah Schleper, que participó cuatro veces con Estados Unidos, acude a sus segundos Juegos defendiendo a México, tras su matrimonio con alguien de este país. Otro esquiador alpino, Rodolfo Dickson, ha vivido y hecho toda su carrera en Canadá, aunque nació en Puerto Vallarta. Tras ser adoptado por una familia del país norteamericano cuando tenía tres años.

También el mexicano Jon Soto, participante en esquí de fondo, ha pasado la mayor parte de su vida en Minnesota, donde sigue viviendo. En el caso de Puerto Rico, sus dos representantes tienen orígenes estadounidenses, William Flaherty, en eslalon y eslalon gigante, y Kellie Delka, en skeleton.

Pero entre todos los participantes latinoamericanos la que ha entrado ya en la historia es la brasileña Jaqueline Mourao, que se convertirá en la mujer latinoamericana con más presencias en Juegos Olímpicos, en su octavo evento.

Mourao, a sus 46 años, estará en sus quintos Juegos Olímpicos de invierno, en la especialidad de esquí de fondo, desde Turín-2006 hasta ahora, a las que hay que sumar tres presencias en los Juegos de verano, ya que participó en bicicleta de montaña en Atenas-2004, Pekín-2008 y Tokio-2020. (D)