El béisbol de las Grandes Ligas llega a la mitad de la temporada, instancia que sirve para analizar y revisar cómo andan los equipos, que según sus necesidades aprovechan para reforzar sus líneas, y observar el rendimiento de beisbolistas. Actualmente el juego ha mostrado un repunte y atractivo gracias a las brillantes actuaciones de un grupo de jóvenes irreverentes y desenfadados que están rompiendo moldes y también estadísticas.

La temporada se inició con proyecciones y predicciones de que algunos clubes y peloteros tendrían rendimientos que provocan buenas noticias. Los Medias Rojas y los Gigantes de San Francisco siguen como los dos mejores. Los Yankees son una lágrima, los Astros bajaron a los Atléticos, los Dodgers parece que se recuperan y podrían darles alcance a los Gigantes, que son la gran sorpresa de la campaña.

Los rendimientos individuales son los que generan más atracciones, y el de mayor impacto es el japonés Shohei Ohtani, de los Angelitos (27 años), que tiene la rara combinación de ser excelente lanzador con alta velocidad, gran control, además de batear con contundencia y muy veloz al correr las bases.

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El béisbol profesional exige la máxima preocupación en solo una de sus distintas facetas. Los que se encargan del difícil accionar de lanzar deben dedicar todo el tiempo a prepararse, cuidar el brazo (que es su arma más valiosa), revisar las fortalezas y debilidades de los bateadores rivales y buscar la mejor forma de dominarlos. Pero Ohtani además tiene otra habilidad: la de ser toletero de mucho poder. Así lo dicen las estadísticas, tanto que en este momento es el líder de jonrones de toda la liga.

Por los riesgos de lesiones y bruscos descensos son muy pocas las ocasiones en que un mismo beisbolista puede juntar tan espectaculares actuaciones. Es sencillamente grandioso lo del japonés, y bordea —con el perdón de la historia— las estadísticas y el carisma de Babe Ruth, el más famoso de todos los tiempos. Lo que está por comprobarse es si podrá sostener estas atractivas producciones. ¿En dónde estará la estrella japonesa después de dos, cinco o diez años? El tiempo tiene la respuesta.

Otro jugador que causa admiración es el dominicano Fernando Tatis (22 años), de los Padres de San Diego, quien cada día rinde más. Por su contextura física está expuesto a lesiones musculares. Pero a la hora de batear es descomunal. Lo hemos visto sacar cuadrangulares con lanzamientos casi tocando el piso. Cuando hace contacto en la parte alta de la zona de strike, la pelota viaja muy lejos. Tiene problemas con el hombro izquierdo.

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Es muy rápido en las almohadillas y muy seguro defendiendo las paradas cortas. En los actuales momentos está entre los mayores productores de cuadrangulares. Cuando Tatis anunció que no iría al Festival de Jonrones para evitar fatigas, en ese mismo día despachó tres bambinazos.

El dominicano Vladimir Guerrero (22), primera base de Azulejos de Toronto, genera muchas emociones con sus kilométricos tablazos.

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Logró la mayor cantidad de votos para ser designado para el Juego de Estrellas. En estos momentos coquetea con la llamada Triple Corona (la gana el bateador que es de bateo, jonrones y carreras impulsadas). En estos momentos comanda el renglón en vueltas remolcadas, es segundo en cuadrangulares y tiene el mejor promedio de bateo.

El último en ganar este título fue Miguel Cabrera, en el 2012; y antes Carl Yastrzemski, en 1967. El venezolano Ronald Acuña (23 años) es un estelar jardinero de los Bravos de Atlanta y también está muy caliente con el madero: hasta el momento suma 22 tablazos de cuatro esquinas, 48 vueltas fletadas y 286 es su promedio de bateo. Desgraciadamente, una lesión en la rodilla, sufrida el pasado viernes, le puso fin a la temporada de Acuña en el 2021.

A todos estos talentosos beisbolistas, y a otros, se los podrá ver en acción en el retorno del Juego de Estrellas (no se jugó en el 2020), este martes 13 de julio, partido que inicialmente estaba programado para cumplirse en Atlanta, pero la MLB decidió trasladarlo al Coors Field de Denver, Colorado, estadio de los Rockies, como una muestra de rechazo a los cambios en la Ley Electoral en el estado de Georgia. (O)