La halterofilia es un deporte olímpico, también conocido como levantamiento de pesas o weightlifting, en el que el objetivo principal es levantar una barra desde el suelo hasta encima de la cabeza. Los atletas que lo practican se llaman halterófilos.

No todos los brazos son iguales, ni todos responden igual al mismo esfuerzo. En otras palabras, que alguien pueda levantar 50 kilos no significa que cualquier persona pueda. Si alguien pudo levantar eso en seis meses no implica que otro también lo logre en el mismo período. Es la primera ley de la fisiología: la adaptación muscular no solo depende del estímulo (el peso de la mancuerna y el programa de entrenamiento), sino también de la alimentación, el sueño y la genética, de acuerdo al experto Alejandro Muñoz, profesor del departamento de Motricidad Humana y Rendimiento Deportivo en la Universidad de Sevilla.

La halterofilia se compone de dos movimientos conocidos como arrancada o “snatch” y dos tiempos o “clean and jerk”:

Publicidad

  • Arrancada o “snatch”: este ejercicio es más rápido pero se levanta un peso generalmente inferior y consiste en tres partes principalmente: pull o tiro, movimiento en el que se sube la barra lo más alto posible, quick drop, momento en el que se extienden los brazos y posición de sentadilla, momento en el que el atleta se para con la barra en la cabeza.
  • Dos tiempos o “clean and jerk”: en este caso el movimiento es más lento que en la arrancada debido a que el atleta debe realizar una pausa con la barra en los hombros.

Hay un segundo factor a tener en cuenta en la halterofilia. Todas las fibras musculares del cuerpo se regeneran por el mismo procedimiento de romper y reconstruir, pero no todas son iguales.

“Están las de tipo I, también llamadas fibras lentas, aeróbicas o rojas. Se relacionan con la resistencia. Y están las de tipo II, blancas, anaeróbicas o rápidas”, explica Alejandro Muñoz.

Los científicos han demostrado que la capacidad de crecimiento de las fibras blancas es un 50% mayor que la de las rojas, y esa es la razón por la que casi todos los planes de entrenamiento para hipertrofiar se centren en las fibras blancas o rápidas, llevándolas al fallo muscular para que crezcan más. “El fallo muscular es ese punto en que el músculo ya no puede responder a la demanda de fuerza que le hacemos. A partir de ahí, todo lo que hagamos ya no aportará nada en términos de entrenamiento, salvo sobreentreno o lesión”.

Publicidad

En los Juegos Olímpicos o campeonatos internacionales, los competidores en la modalidad de arrancada suelen levantar de 41 a 68 kg por encima de su peso corporal y en la modalidad de dos tiempos, de 82 a 100 kg. El levantador que consiga levantar el mayor peso agregado en las dos modalidades gana la competición.

En estos Juegos Olímpicos de Tokio, las halterófilas ecuatorianas hicieron un gran papel. Neisi Dajomes consiguió medalla de oro, Tamara Salazar ganadora de plata y Angie Palacios, sexta con diploma olímpico.

Publicidad

En su actuación de oro, Dajomes fue la única de las ocho pesistas en la prueba que no falló intento alguno (seis en total, cada una). Sus registros en el arranque fueron 111 kg, 115 kg y 118 kg, en tanto que en cargada y envión marcó 135 kg, 140 kg y 145 kg. Para hacernos una idea de a cuánto equivalen esas cantidades, podemos decir que un mujer joven a los 18 años puede tener un promedio de peso de 53 kilogramos; es decir que en cada ejecución Neisi elevó algo más que el peso de dos mujeres jóvenes. (I)