Rafael Nadal celebrará sus 35 años el 3 de junio durante Roland Garros, donde de nuevo parte como gran favorito para lograr su 14º título y llevar a 21 el récord de Grand Slams, superando a Roger Federer. Pero advierte en una entrevista con la AFP que “nadie es invencible en ningún sitio”.

En la arcilla parece casi invencible, ¿qué deben hacer para vencerle en Roland Garros? ¿Deben inventar un nuevo tipo de juego, jugar el suyo o deben esperar que termine su carrera?

“Ojalá pudiera ser eso último (risas). Desgraciadamente no es así, invencible no es nadie en ningún sitio. Eso es la realidad. Yo este año he perdido en Montecarlo y he perdido en Madrid. Espero no perder aquí en Roland Garros. ¿Qué hay que hacer? Yo eso no lo voy a promover entre mis rivales. Yo me tengo que preocupar de qué debo hacer para que no me venzan. Me preocupo de qué hacer para que no venzan, los otros pensarán lo mismo desde la otra parte. Yo me centro en qué debo hacer para no perder”.

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En Roland Garros, ¿piensa en ganar su título número 14, su Grand Slam número 21 o en qué piensa?

“Yo estoy en París, recién llegado, y solo pienso en entrenar, en tener una buena toma de contacto con la pista y tener buenas sensaciones. A partir de ahí veremos qué se puede conseguir. Los objetivos aquí siempre son máximos, pero para conseguir objetivos máximos se logra desde el día a día, desde el trabajo diario. Espero luchar por algo importante”.

Va a cumplir 35 años en París y llega como máximo favorito, ¿lo hubiera imaginado en el pasado?

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“Hace diez años, no. Si me preguntas eso hace dos años, quizás sí. Hace diez años, con tantos problemas físicos, parecía difícil que mi carrera fuera lo larga que está siendo. He mantenido la ilusión, la pasión, mi físico pese a problemas. Aquí estoy, con la máxima ilusión de jugar Roland Garros, que es sitio muy especial para mí. Favorito o no favorito, importa poco. Importa jugar bien y el que juegue mejor es el que mayor opciones de éxito tendrá. Mi objetivo es ser el que juega mejor al tenis”.

De los 13 títulos en Roland Garros, ¿hay alguno más importante que otro?

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“Es difícil, es muy complicado elegir uno. En cada momento de mi carrera tuvo una importancia diferente, una vez porque era el primero, otra vez porque venía de una lesión muy importante, otra vez porque había perdido el año anterior, otro vez porque era el décimo, otra vez porque suponía empatar (con Federer) a 20 Grand Slam. Hay muchos motivos, no puedo elegir uno”.

¿Cuál es su mejor recuerdo y el peor?

“El peor quizás fue 2009, la derrota contra (Robin) Soderling, y también 2016, cuando me tengo que retirar por la lesión en la muñeca. Los peores recuerdos, sin duda. Los mejores, no sé, hay tantos que es difícil elegir uno después de tantos momentos bonitos que he vivido en París”.

¿Tiene sitios favoritos en el estadio?

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“Me gusta el vestuario, los momentos previos y posteriores a los partidos. La preparación, la concentración, mi ducha. Estoy cómodo con ello, los conozco bien. Me da seguridad estar centrado antes de los partidos en los lugares en los que he estado tantas veces en el pasado. Cuando uno sale a la pista central es verdad que es una sensación única”.

¿Qué recuerdo tiene de sus primeras sensaciones en la tierra batida de París?

“Al principio creo que jugué mejor en Montecarlo o en Roma que aquí en París, es la verdad. Este es un torneo en el que es más difícil tener buenas sensaciones, la pista es muy grande, son sensaciones diferentes a otro torneo. Uno quiere encontrar esas sensaciones cada año que vuelve. Claro que me sentí bien, la tierra batida es una superficie que conozco bien, en la que estoy cómodo y en la que me siento seguro de alguna manera. Roland Garros es la catedral de la tierra batida, nunca tuve malas sensaciones, pero sí es verdad que he tenido también sensaciones muy buenas en otros torneos en esta superficie”.

¿La tierra de aquí tiene algunas particularidades?

“Todos los lugares tienen particularidades. La pista de Roma no es igual a la de Barcelona. La tierra no es necesariamente la misma, pero siempre la tierra de Montecarlo se parece un poco más a la tierra de Roland Garros. Y cuando estás en climas diferentes, en pistas más grandes o pequeñas, hacen que las sensaciones sean muy distintas de unas a otras”.

Dentro de poco tendrá una estatua en Roland Garros...

“Quiero agradecer a la Federación Francesa (de Tenis), a Roland Garros, por haber querido poner una estatua mía en un sitio tan importante del deporte. También al presidente de la Federación Francesa actual y al anterior por promover este tema de la estatua. Agradecer el cariño y el apoyo. Aquí me siento en casa. Gracias a todos los trabajadores de Roland Garros, que me hacen sentir feliz, un compañero más, y cuando llego allí me hace una ilusión especial”.

¿Es raro tener una estatua cuando todavía sigue jugando?

“Raro no... al final es verdad que lo que se ha conseguido en París, aunque no me gusta hablar de ello, es algo muy, muy especial. Agradezco el gesto y lo entiendo, se ha conseguido algo que era muy difícil de imaginar por cualquiera”.

¿Qué piensa de las ideas de cambios en el tenis, como la de que los que defienden acortar los partidos?

“No lo sé, soy demasiado viejo para todo eso (sonríe). Es algo en lo que deben pensar las nuevas generaciones. Los jugadores no tenemos el conocimiento suficiente para poder opinar de estas cosas. Deben ser las audiencias, los fans, los máximos organismos los que deben decir qué es lo mejor para que el tenis siga siendo de los deportes más importantes. Los jugadores debemos jugar a tenis, hay otra gente más preparada que nosotros sobre cómo manejar el deporte”.

¿Un jugador siempre con golpes de derecha, cambiando la raqueta de mano, podría ser el futuro del tenis?

“Si hay alguien que tenga la capacidad de hacer esto con total naturalidad y hacerlo muy bien, está claro que es mejor tener dos derechas que una derecha y un revés. Eso teóricamente, prácticamente no lo sé. Yo no he inventado nada, he copiado cosas de muchos jugadores que me han gustado y algunas las he mejorado. Uno encuentra su estilo en las cosas que uno cree que le van a funcionar. Siempre digo que hay que copiar a los mejores, que es lo fácil. Y dentro de buscar modelos positivos, buscar tu propio estilo”.

¿Y qué ejemplos tenía cuando era niño?

“A Carlos Moyá, a Juan Carlos Ferrero, a Pete Sampras, a Andre Agassi, Thomas Muster, Boris Becker, (Richard) Krajicek, (Michael) Stich... Tenía muchos jugadores a los que ver y seguir por televisión”. (D)