El cubano Yordenis Ugás dio su mejor versión y logró la gran victoria de su carrera profesional al vencer el sábado por decisión unánime al legendario púgil filipino Manny Pacquiao para retener el título del peso wélter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

El combate pactado a 12 asaltos fue toda una exhibición de Ugás, de 35 años, medalla de bronce olímpico, que superó con su boxeo inteligente y técnico a un Pacquiao que no pudo con su peor enemigo, la edad.

Los jueces, aunque presenciaron un gran combate, muy igualado, hicieron un trabajo perfecto al dar a Ugás como el ganador que se mereció las puntuaciones de 115-113, 116-112 y 116-112, respectivamente.

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Ugás, con una estrategia perfecta, desgastó pacientemente a Pacquiao, negándole al veterano boxeador una victoria triunfal antes de que se presente a la presidencia de Filipinas, su país.

Pacquiao, a los 42 años, buscaba una gran victoria en el ring antes de postularse para su gran reto político, pero no pudo lograrlo porque enfrente tuvo a un rival que fue superior, que descifró mejor el boxeo y también con mayor poder físico al ser más joven.

El propio Pacquiao al concluir el combate celebrado en el T-Mobile Arena de Las Vegas admitió que no se adaptó lo suficientemente temprano en una pelea que al final siempre estuvo bajo control de Ugás, que ahora tiene marca de 27-4

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A pesar que conoció que tenía que enfrentarse a Pacquiao con apenas 11 días de anticipación, Ugás presentó una estrategia perfecta y dio toda una exhibición de boxeo técnico.

Ugás, como había declarado, aprovechó su oportunidad como el reemplazo tardío del estadounidense Errol Spence Jr. por lesión, frustrando a Pacquiao (67-8-2) en lo que podría ser la pelea final de la carrera del senador filipino.

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El veterano púgil cubano lanzó muchos menos golpes que Pacquiao, pero fueron más precisos y efectivos, de la auténtica escuela cubana.

Pacquiao luchó por entrar en el directo efectivo de Ugás, mientras que el caribeño conectó su mano derecha para aumentar el efecto en las rondas posteriores.

Después de una actuación poco impresionante en su regreso del descanso más largo de su cuarto de siglo en el boxeo profesional, Pacquiao dijo que no ha decidido si volverá a pelear.

Tampoco quiso confirmar si participará en la carrera presidencial de Filipinas, como se espera ampliamente. Tiene la intención de hacer un anuncio el próximo mes.

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La victoria fue la culminación de un largo viaje para Ugás, quien desertó de Cuba dos años después de ganar una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

Ugás dejó el boxeo durante dos años a mediados de la última década, pero recuperó su carrera y aprovechó este golpe inesperado de suerte contra uno de los más grandes púgiles de esta época, obteniendo su duodécima victoria en 13 peleas.

“Es un gran competidor, pero vine aquí para demostrar que soy el campeón de la AMB”, declaró Ugás a través de un traductor. “Mucho respeto por él, pero gané esta pelea”.

Ugás tuvo esta oportunidad la semana pasada cuando Spence se vio obligado a abandonar después de descubrir que tenía una retina desgarrada durante un examen físico previo a la pelea.

El púgil cubano había sido fichado en la cartelera, pero aprovechó la oportunidad para ser el centro de atención y el día de pago que había estado fuera de su alcance desde que salió de Cuba en un pequeño bote con destino a México hace 11 años.

T-Mobile Arena parecía estar esencialmente agotado a pesar del cambio de oponente tardío, y la asistencia de 17.438 aficionados estaba a favor de su héroe filipino.

Incluso después de un largo descanso en las últimas etapas de su carrera, Pacquiao sigue siendo un protagonista seguro y una estrella rentable en un deporte que carece de ambos en sus niveles más altos.

La sorprendente victoria de Ugás le permitirá al púgil cubano tener la posibilidad de firmar peleas importantes que le permitan ganar las bolsas millonarias que antes no pudo lograr. (D)