Una pista de despegue en el final de etapa. El Tour de Francia llegará el miércoles al altipuerto de Peyragudes, en la región de Altos Pirineos, en la que será la cuarta y última dificultad montañosa de la 17ª etapa.

El recorrido cuenta con 129,7 kilómetros entre la salida en Saint-Gaudens y la llegada en el altipuerto de Peyragudes-Balestas, un enclave en el que se rodaron hace un cuarto de siglo escenas de una película de James Bond, El mañana nunca muere.

Según avisa el director de carrera, Thierry Gouvenou, “luego de medio centenar de kilómetros en llano, se suceden las subidas y los descensos sin tiempos muertos hasta la meta”.

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Aspin (1.ª categoría), un “clásico” pirenaico, y la Hourquette d’Ancizan (2.ª categoría), un descubrimiento más reciente, preceden al Col de Val Louron-Azet (1.ª categoría), propicio a los ataques.

La ascensión final, de 8 kilómetros al 7,8 %, concluye con una rampa aún más dura (16 %), donde Romain Bardet se mostró el más fuerte en la anterior llegada, por delante del colombiano Rigoberto Urán.

Pero, en 2017, la subida final era sensiblemente más corta (2,4 kilómetros) para alcanzar una altitud de 1.580 metros.

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La salida desde Saint-Gaudens está prevista a las 11:15 GMT (06:15 de Ecuador), y la llegada en Peyragudes hacia las 10:00, horario calculado con el pelotón en movimiento a unos 36 km/h de media. (D)