Sam Smith creía que había logrado dominar la fama. Lanzó el primer sencillo de su nuevo álbum, el rítmico Too Good at Goodbyes, y no puso su rostro en el arte del sencillo ni hizo mucha promoción en televisión. Sentía que había reingresado al mundo de las celebridades sin tener que lidiar con el drama usual que conlleva ser famoso.

Pero dos meses después, cuando lanzó el álbum completo, las cosas cambiaron y comenzó a alterarse. “Me molestó mucho porque fue de la noche a la mañana. Tan pronto salió el álbum, todo el mundo me empezó a reconocer de nuevo y eso me asusta”, dijo Smith días después de que su segundo disco, 'The Thrill of It All', saliera al mercado.

Ganó casi todos los premios importantes, desde los Grammy hasta un Globo de Oro, y el músico fue nombrado mejor nuevo artista en los Premios BET. La inevitable respuesta negativa que viene con el éxito masivo también alcanzó a Smith. Algunos criticaron su música por ser demasiado sentimental.

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“Mi discurso en los Oscar, eso fue mi culpa”, dijo Smith, quien ganó el premio a la mejor canción original por Writing’s on the Wall de la película Spectre de James Bond. Además ha sido criticado por no abordar su sexualidad. Pero a pesar de todo el éxito, Smith sigue dudando de sí mismo cada vez que sale a un escenario.(E)