A finales de los años 70, en la ciudad de Guayaquil, la agrupación folclórica Chumichasqui, cuya traducción desde el idioma kichwa significa ‘mensajeros del camino’. De la mano de Arturo Montesdeoca (quien permanece como integrante hasta la actualidad), José Holguín, Gabriel Cabrera y Carlos Crespo.

Disponible en plataformas de distribución digital desde el 3 de mayo, 42 años está compuesto de cuatro canciones inéditas (Bella flor, Recuerdos de estudiante, La llamadita y Linda guambrita), con una duración aproximada de 16 minutos, se nota claramente la esencia del folclor y los ritmos ecuatorianos. Encuentro esto gratificante, ya que en ocasiones pensamos que nuestras raíces han sido olvidadas; sin embargo, a veces es solo cuestión de indagar más allá de lo que encontramos con mayor facilidad.

La base instrumental del EP me parece excelente; los vientos a cargo de Zenón Pillco Cuno (zampoña) e Israel León (quena), quienes también se encargan de la primera voz y la percusión, respectivamente, están llenos de una profundidad y un sentimiento que llega sin obstáculos al oyente. Otra de las voces la lleva Nathalie Echeverría, quien también toca el bombo andino, elemento que es fundamental en esta clase de música. Edson Condo y uno de los ya mencionados fundadores, Arturo Montesdeoca, tienen las guitarras a su haber, mientras que Víctor Hugo Moreira (bajo), Marcos Teneda (batería) y Emilio Ruiz (piano) completan la presente alineación de esta excelente propuesta que se preocupa de mantener vigente los ritmos autóctonos del Ecuador.

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Algo más que destacar es la intención de Chumichasqui por modernizar el contenido de su música, hablando en sus letras (tomando como ejemplo la canción La llamadita) sobre temas cotidianos propios de esta época, como lo son las redes sociales y los celulares. Siempre es bueno refrescar y actualizar los proyectos acorde con el público y al momento.

En tiempos en los que el arte ha evolucionado de tantas maneras, abordando un sinfín de tópicos y alumbrando infinitas cantidades de nuevos artistas gracias a la era del internet, es supremamente necesario volver a nuestros orígenes de vez en cuando. Nunca hay que olvidar de dónde venimos. (O)