Tras 12 años de matrimonio, Alejandro Sanz y Raquel Perera, quienes tienen dos hijos, decidieron separar su vidas y, aunque al parecer todo había terminado en los mejores términos, en los últimos meses parecería que es otra la situación.

“Somos una familia y siempre lo seremos [...] nuestra familia está por encima de cualquier cosa... es diversa y bella, como la vida y así permanecerá. El mundo cambia, nosotros también, siempre amorosamente”, fue el mensaje que dio la pareja el años pasado cuando anunciaron su divorcio.

A inicios del 2020, el cantante español eliminó a Perera de sus empresas, en las que ella laboró en diversos cargos, y además pidió definitivamente el divorcio, señala una publicación de Infobae.

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Esto desencadenó que Perera actuara: le exigió a un juez de Miami que congele las cuentas del cantante, por temor a que “dilapide” su patrimonio y no quede nada para sus hijos, tal y como puede leerse en la demanda interpuesta en los juzgados de Florida. Y, por ahora, se ha salido en parte con la suya, según publicó el diario El País.

En abril, la situación empeoró cuando el cantante presentó una demanda de divorcio en los juzgados de Pozuelo de Alarcón, en Madrid. Su separación ya llevaba más de medio año en marcha y ahora vive en Madrid con su nueva pareja, con quien además, ha pasado la cuarentena, la artista cubana Rachel Valdés.

Perera, por su parte, respondió con otra demanda en mayo, pero en Miami, que es donde la pareja vivió y donde residen sus hijos.

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El juicio tendría que haberse realizado a principios de junio, pero se retrasó por la pandemia de coronavirus, que estos días afecta significativamente al estado de Florida, señaló el medio mexicano Ventaneando, que ha tenido acceso a la demanda.

Las solicitudes de Raquel Perera

En este documento se detallan todas las exigencias que Perera le hace a Sanz. Pide una pensión para sus hijos, además de dinero para gastos escolares, viajes, tutorías, campamentos, seguros médicos o dentales, etc. Solicita un pago retroactivo desde julio de 2019, considerando que el intérprete no ha cancelado lo suficiente durante este año. Eso implicaría unos 45 000 dólares al mes.

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Otra de sus peticiones es un seguro de vida del que sea la única beneficiaria. También solicita una pensión para ella, por su dedicación y su “contribución y ayuda al éxito profesional, al reorganizar sus compañías y con su sacrificio personal” y que sea acorde con el nivel de vida que ha tenido durante esta década.

A esto se suman otras solicitudes, como la repartición equitativa de los bienes obtenidos durante la década juntos, argumentando que, durante el tiempo que duró primero su noviazgo y luego su matrimonio, dejó de lado su vida personal para contribuir a la economía familiar, criar a sus hijos y hacer que las empresas del músico prosperaran; de hecho, afirma que fue presidenta durante años de Gazul Producciones, principal compañía de Sanz, sin tener un sueldo.

Señaló también que desde su separación en julio de 2019, Sanz solo ha visto a sus hijos en Miami en cinco ocasiones.

Pero al darse cuenta de que el juicio puede tomar aún varios meses, a finales de junio Perera volvió a presentar otra demanda ante la corte de Miami. En ella, le exigió al juez que congele los bienes de Sanz, en lo que ha venido a llamar “protección legal temporal”. Pide que él no pueda sacar el dinero de sus cuentas, porque existe la posibilidad de que malgaste todo lo que ha logrado durante estos años y que por tanto no queden bienes para sus hijos. en el documento añadió que afirma que Sanz le canceló las tarjetas de crédito y no puede realizar pagos.

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Aunque todavía no se ha llegado a una conclusión final, el juez ya ha dado un primer paso y efectivamente, congeló de forma inmediata las cuentas del músico en Estados Unidos, excepto una, para que Perera siga pagando con ella los gastos que necesite.

Al momento se espera una respuesta del artista, que será un escalón más en este, al parecer, largo y complejo proceso judicial. (E)