Corría el 2016 y los resultados electorales en Estados Unidos habían dejado un sabor amargo en Karla Cornejo Villavicencio, quien como inmigrante indocumentada –en ese tiempo– se sintió afectada –como muchos más– por los discursos llenos de xenofobia que provenían de Donald Trump. “Había mucha propaganda sobre los inmigrantes, que los describía como criminales, como animales... lo que yo quería es hacer una representación multidimensional sobre nosotros como personajes complejos, con vidas complejas”, afirma Cornejo en una entrevista con este Diario.

Como escritora sintió la necesidad de mostrar el otro rostro de las personas que viven en el país norteamericano de manera ilegal, alejándolos de las representaciones clichés y caricaturescas. Cornejo, la ecuatoriana que a los 5 años de edad llegó al ‘país del tío Sam’ de forma clandestina, se armó de valor y olvidó por un instante a los héroes, a las personas destacadas y salió a las calles para escuchar a las personas comunes para desarrollar su libro The Undocumented Americans (Los estadounidenses indocumentados).

“Fue importante para mí contar las historias, contar mi historia, junto con la historia del personaje. Quizás la sociedad americana piense que somos muy diferentes, pero en sí los inmigrantes tenemos muchas similitudes... tenemos traumas similares, pesadillas similares, el ser inmigrantes nos une de maneras similares”, expresa la escritora, desde New Haven, ciudad de EE. UU. donde reside actualmente.

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Es así como Cornejo, originaria de Latacunga, plasma en su obra prima narrativas personales de trabajadores de limpieza en Nueva York, lo difícil que es acceder a la atención médica siendo ilegal y más. Para lo que cambió los nombres de sus entrevistados, con el fin de proteger sus identidades, y los fusionó con un personaje de ficción, una adolescente indocumentada que cuenta la relación con su padre. “Son historias lentas, son historias comunes y corrientes y yo soy una mujer común y corriente, y eso creo que ha tocado el corazón de mis lectores porque les recuerda a sus tíos, a sus abuelos, y eso es algo especial...”, dice Cornejo.Portada de libro The Undocumented Americans, de la escritora Karla Cornejo. Foto cortesía.

Llegar a ellos y lograr que abrieran sus corazones fue una labor de empatía, comprensión y sinceridad, en la que los hizo sentir como en familia. "Me contacté con organizaciones que ayudan a inmigrantes... fui honesta con ellos, me presenté, les dije quién soy, cuál eran mis intenciones y les dije que quería escribir un libro que era diferente a cualquier libro que haya sido escrito antes por inmigrantes.. no les hablé como niños, sino de manera condescendiente, les expliqué lo que quería hacer con el proyecto..."

La escritora lo define como libro con mucha dignidad y orgullo. "He escuchado comentarios de inmigrantes asiáticos, de hijos de inmigrantes que se sienten representados con el libro, antes no habían encontrado un libro que hable de los inmigrantes con este tipo de honestidad y vulnerabilidad... el pueblo es el que descubrió el libro y dijo es lo que estaba esperando".

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Hace unas semanas la ecuatoriana recibió el permiso de trabajo y la residencia permanente por parte de DACA. Sin embargo, defiende sus raíces, su historia. “Soy muy orgullosa de ser inmigrante, aunque tenga mi residencia ahora, siempre me identificaré como inmigrante, crecí en una comunidad inmigrante, mi identidad primordial será de inmigrantes... mi español es de hija de inmigrantes...”, señala.

Hasta el momento el libro de Cornejo ha recibido una serie de reconocimientos. Fue seleccionado por los editores del The New York Times Book Review como una de las 100 obras de ficción, poesía y no ficción más destacadas del año 2020; la revista Time lo nombró uno de los diez mejores libros de no ficción de 2020 y como uno de los 100 libros de lectura obligatoria de 2020; además fue finalista al National Book Awards (Premio Nacional del Libro), convirtiéndose en la primera escritora indocumentada en llegar hasta esta etapa de este premio.

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Estos reconocimientos los traduce como un logro para la misma comunidad de latinos e inmigrantes. "Me siento emocionada... para la comunidad inmigrante como para la comunidad latina es un logro verse reconocidos en un libro donde no son caricaturas, sino seres humanos complejos".

'No quiero que mi carrera sea escribir sobre inmigración'

Uno de los aspectos que menciona Cornejo es que los hijos de los inmigrantes cargan con los sueños de los sus padres. "Es una vida interior muy específica que exploro en este libro", afirma la autora.

Dice que crecer como indocumentado en Estados Unidos es más que difícil, traumático. "El crecer en este país, en una familia de inmigrantes, por varias razones fue algo muy dramático para mí y el escribir sobre esto y vivir esta vida es mucho para mí", sostiene.

Está consciente del respeto que ha ganado como escritora al tratar el tema, sin embargo lo toma como una motivación para abordar otros tipos de temáticas. "No quiero que mi carrera sea escribir sobre inmigración porque eso no es algo saludable para mí", señala.

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'Yo tengo una conexión emocional ecuatoriana'

Karla Cornejo dice tener pocas memorias de Ecuador, algo entendible para alguien que dejó su tierra siendo una niña de cinco años. Sin embargo, mantiene una relación especial con su gastronomía.

"Yo tengo una conexión emocional ecuatoriana, cuando yo me enfermo y no puedo comer nada, al menos que sea comida ecuatoriana... Lo único que mi estómago no rechaza cuando estoy débil o enferma, es la comida ecuatoriana", confiesa la escritora.

En estos momentos, un restaurante ecuatoriano que queda cerca de su casa es su salvación. Aquí degusta platillos típicos como la guatita, caldo de bola, fritada y encebollado. Su plato favorito es el ceviche rojo de su mamá, el encebollado de Nelson (el dueño del restaurante) y el ceviche de pescado de su papá, afirma.

Además comenta que cada que debe escribir algo triste recurre a la música de Julio Jaramillo. "Tengo memoria de mi papá escuchando los pasillos"

Su condición de indocumentada -en la que estaba- no le ha permitido conocer su patria, pero espera hacerlo. "Me gustaría ir con mi hermano menor. Me gustaría ir a conocer al Ecuador, como el lugar que nos pertenece también, quiero conocer las playas, la Amazonía, su biodiversidad, quiero ver las montañas", suspira.

Agradece su templanza y carácter a su madre, quien siempre la apoyó en su deseo de ser escritora -algo que se presentó en su vida desde pequeña-. "Ella me inculcó la confianza de soñar lo imposible".

"Íbamos a las bibliotecas y sacábamos las montañas de libros", recuerda.

Ahora tiene 31 años, es una de las primeras indocumentadas graduadas de la Universidad de Harvard. Ha escrito sobre inmigración, música, belleza y enfermedades mentales para The New York Times, The Atlantic, The New Republic, Glamour, Elle, Vogue, entre otros.

Su libro The Undocumented Americans se encuentra a la venta en Amazon, en su versión en inglés. Prevé publicarlo en español también, algo que se encuentra en negociaciones. (I)