En estos días de altas temperaturas en el Ecuador, conviene recordar el empleo del sustantivo «calor», cuyo género oscila entre el femenino y el masculino.

En la Nueva gramática de la lengua española (NGLE) se indica que el uso de «calor» como femenino no es propio del español estándar, pero se registra en la lengua popular del español europeo meridional, en el Río de la Plata y en ciertas regiones del área andina. Incluso se puntualiza que en Andalucía, España, se prefiere el femenino (la calor, las calores).

En el Diccionario de la lengua española, «calor» tiene género masculino en todas sus acepciones; pero también se menciona que se usa en femenino en Andalucía y algunos lugares de América.

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La Real Academia Española, en su portal lingüístico de dudas rápidas, explica que «en la lengua general culta, calor se usa en masculino (el calor). No obstante, hay zonas de España y de América donde está extendido su uso en femenino (la calor). De hecho, hay hablantes para los que el femenino posee un significado propio de ‘calor extremo’».

¿En qué quedamos? ¿Va en masculino o en femenino?

La forma en masculino (el calor) es la que tiene prestigio. Pero si usted prefiere el femenino, no se sonroje cuando diga «la calor»; pues este nombre consta en la NGLE con género ambiguo. La elección del masculino o del femenino depende de factores geográficos, asuntos estilísticos o del nivel de conocimientos gramaticales que tenga el hablante. Decida usted, estimado lector. (F)

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FUENTES: Diccionario de la lengua española (versión electrónica), Nueva gramática de la lengua española (2009), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española; Portal lingüístico de la Real Academia Española: https://www.rae.es/portal-linguistico/dudas-rapidas.