El pasado sábado la música nacional independiente se vistió de gala para formar parte de un espectáculo que marcó un momento muy importante para la cultura local. Aunque con un aforo limitado por las normas establecidas en esta época pandémica, el Teatro Sánchez Aguilar (TSA) abrió las puertas de su sala principal para un público que estaba ansioso por volver a experimentar un concierto luego de más de un año en el que las presentaciones de bandas y proyectos locales se han adaptado a la virtualidad o a escenarios más pequeños y con menor capacidad para sus seguidores.

El Festival Otra Música viene trabajando continuamente en abrir espacios a géneros musicales que tienen menor cabida dentro del oído popular, pero que sin embargo incrementan cada vez más su presencia entre un nicho que también va expandiéndose conforme evolucionan las redes sociales, las plataformas de distribución digital y otros factores que han logrado que muchos artistas e intérpretes sean tomados en cuenta. En esta ocasión los escogidos fueron la joven cantante Chloé Silva, Abbacook y Aire del Golfo, quienes se encargaron de animar la noche para alrededor de doscientos asistentes.

Chloé Silva no solamente debutaba en la sala principal del TSA, sino que también brindó su primer espectáculo en el que su ensamble de músicos la acompañaba. La joven artista tiene una voz inconfundible y una personalidad apabullante. Cuenta con seguidores asiduos, quienes corearon temas como Bored, Lonely y que disfrutaron de otros que están próximos a publicarse, como Hit n’ Run. Entre luces tenues y una escenografía minimalista, una Chloé muy emocionada inició una larga jornada musical.

Chloé Silva durante su presentación en el Festival Otra Música.

Abbacook es el proyecto solista de Pancho Feraud, quien en esta ocasión presentó un espectáculo al que una voz en off tituló “Abbacook y su semiorquesta”, ya que lejos de un anterior esquema en el que Feraud usaba secuencias, guitarra y moduladores de voz, en escena contó con una banda de apoyo impecable, con la que interpretaron canciones como Frío y calor y las colaboraciones junto con Chloé Silva y Raúl Soria, líder de la agrupación La Iguana Invisible, además de una verdadera performance en la que destacaba la iluminación. A propósito de esto, a cada espectador le fueron entregadas gafas 3D para gozarla.

Diego Gallardo, vocalista de Aire del Golfo, describió su participación como un sueño hecho realidad. Acompañado de un conjunto musical sublime, fueron quienes más levantaron al público, incluso de manera literal, provocando que se pusieran de pie y bailaran al ritmo del pop tropical de canciones como Mujer pitahaya, Escucha y nuevos temas que formarán parte de su segundo álbum de estudio, titulado Dejar Zumbar II.

El Festival Otra Música contará con una segunda fecha programada para el sábado 14 de agosto. En esta participarán la artista quiteña La Torre, Ricardo Pita y la banda guayaquileña Cometa Sucre.

Pienso Que:

Chloé Silva demuestra tener marcado su camino musical y profesional. Brindó un buen espectáculo, aunque los nervios rondaron el escenario en algunos momentos; sin embargo, esto resta pocos puntos a su actuación.

Abbacook sorprendió a varios con su cambio de estilo y una puesta en escena digna de todos los aplausos; asimismo, su banda brilló con luz propia. Definitivamente las colaboraciones son lo suyo, y lo demostró luciéndose junto con Raúl Soria, Chloé Silva y el artista portovejense Biera, aunque por momentos se vio opacado por sus acompañantes al no tener una voz igual de prolija.

Aire del Golfo se robó el espectáculo y puso a todos a bailar con fusiones que iban desde el folk y el reggae hasta el pop y la música porteña. Sin duda alguna, destacaban sus secciones de vientos y percusión.

La cultura debe reactivarse y para ello necesita más espacios para poder lograrlo. El sector artístico ha sido uno de los más afectados en esta pandemia. Entre todos hay que ayudar a levantarlo. (O)