Hay muchas formas de describir el live action de la película Cómo entrenar a tu dragón; pero, si tuviera que elegir, diría que es adorablemente predecible. Para quienes vieron la versión animada en 2010, esta nueva entrega no representa una sorpresa: es, sin lugar a dudas, una réplica. Eso no quiere decir que esté mal. De hecho, coincido con quienes celebran la calidad de su ejecución, que logra dejar una buena impresión, aunque no descubra nada nuevo.