“Tengo un guion listo y el rodaje estaba previsto para el verano pasado en París, pero la pandemia lo ha cambiado todo. Volveremos cuando sea posible. Lo único que puedo decir es que es una película que se mueve en la misma línea que Match Point (2005)”, dijo el prolífico cineasta Woody Allen a propósito de Rifkin’s Festival, película de estreno en cines de Ecuador.

Se trata de la más reciente producción del director estadounidense que se conecta con otras épocas de su filmografía. El prolífico realizador comenzó a dirigir en 1969 y desde entonces no ha parado hasta el 2020, cuando tuvo su estreno en España esta película; todos los años ha estrenado al menos un largometraje. Las excepciones fueron 1970, 1974, 1976, 1981 y finalmente 2018. ¿El motivo? La acusación de abuso que resurgió -a pesar de que décadas atrás había sido exonerado- y que hizo que el estudio que había producido Un día lluvioso en Nueva York (A Rainy Day in New York, 2018), Amazon, se guardara la película por la controversia.

Protagonizada por Elena Anaya, Louis Garrel, Gina Gershon, Sergi López, Wallace Shawn y Christoph Waltz, en Rifkin’s Festival hace su conocido despliegue de conflictos de pareja y enredos sentimentales. La película sigue a un profesor de cine jubilado que acompaña a su esposa publicista al Festival de Cine de San Sebastián en España. Él no va por las películas, sino porque le preocupa que la fascinación de ella por su joven cliente director de cine pueda ser más que profesional. Además, el esposo espera que el cambio de escenario le proporcione un respiro en su lucha por escribir una primera novela que esté a la altura de sus estándares increíblemente exigentes.

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Mort Rifkin, que alguna vez fue un feliz profesor de cine, especializado en Ingmar Bergman y la Nouvelle Vague de Francia, ahora es un novelista en apuros. Sus miedos al fracaso, agravados por la cuestión de cómo reaccionar ante el coqueteo de su esposa Sue con su nuevo novio, se manifiestan en los sueños de Mort, que se convierten en parodias personalizadas de las películas que ama. En fin, cuando la pareja viaja a San Sebastián para asistir a un festival de cine, descubre que los problemas de su matrimonio salen a flote.

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El filme está ambientado en un idílico pueblo español junto al mar y Allen ha vuelto a colaborar con el director de fotografía Vittorio Storaro, la que es su cuarta película juntos. “Cada vez que quería cambiar de director de fotografía, Vittorio estaba ocupado. Finalmente hace unos años cuando traté de buscarlo era gratis. Así que lo llamé y nos conocimos. Hemos hecho varias películas juntos desde entonces y siempre que tengo la oportunidad le ofrezco trabajar conmigo. Si no tiene nada más que hacer, acepta”, dijo el año pasado el cineasta de 86 años.

Pero la sátira de Allen no se toma demasiado en serio el tema de esta película. Él ridiculiza la escena de los festivales, se burla de los autores modernos como revolucionarios pretenciosos del séptimo arte y defiende la forma clásica de cine que tanto ama, las películas europeas en particular. Es aquí donde entran en escena sus “sueños de celuloide”, que tienen como protagonista al propio Rifkin (claramente el doble de Allen) y que son reconocibles recreaciones de películas de François Truffaut, Federico Fellini, Ingmar Bergman, Jean-Luc Godard y Luis Buñuel. “Ellos son los que han hecho crecer el cine americano. Elegí San Sebastián porque es menos conocida que otras y las localizaciones son espléndidas. Pero yo no creo en las competiciones, ¿quién decide si Truffaut es mejor que Fellini? Es demasiado subjetivo. Los concursos no tienen sentido. Pero los festivales, conocer gente apasionada por el cine y debatir sobre él, son magníficas experiencias”, dijo Allen al New York Times.

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Con un aura de nostalgia, Rifkin’s Festival no es una película sobre el Festival de Cine de San Sebastián, sino sobre el festival que cada espectador puede crear en su mente a partir de los recuerdos de sus películas favoritas, obras que le suceden al protagonista de esta comedia.

Anaya y Allen

Anaya (Lucía y el sexo, Hable con ella, La piel que habito), que interpreta a una psiquiatra en Rifkin’s Festival, se refirió en 2020 al hecho de haber trabajado con Allen: “A mí me hundió varios días. Le respeto, volvería a trabajar sin duda con él. Me parece un excelente director, un maestro y un mito del cine, un genio. Pero el primer día llegó y me dijo ‘It’s awful (es horrible), no me creo nada de lo que estás haciendo, eres la actriz peor de la historia del cine’”, dijo la actriz española a Late Motiv, un programa de entrevistas en español presentado por Andreu Buenafuente.

Pero Anaya dejó en claro la brillantez del cineasta estadounidense: “Quiero matizar una cosa: siempre tenía razón. Sus comentarios tenían razón”. “Son secuencias muy largas y por algunas partes pasas de puntillas y siempre me pillaba. Es un excelente director...”.