Varias veces en el pasado hemos comparado los precios de Ecuador frente a otros países, ya sea de restaurantes, licores o productos alimenticios. Las cifras, puras y duras, no ameritan mucha explicación. Son lo que son. Observándolas, es fácil colegir que el poder de compra del ciudadano común se ha reducido en los últimos veinte años de forma constante. Ecuador se ha convertido en un país sumamente caro, de tal suerte que es más barato hacer supermercado en Miami, Houston o Milwaukee, que en Guayaquil, lo cual podría frustrar aún más cuando se considera que el ingreso per cápita en las ciudades antes mencionadas es al menos diez veces mayor que el nuestro.

En el cuadro anterior observamos una comparación de precios de varias categorías de productos en percha, tomados del supermercado más económico de nuestro país, frente a uno de las grandes cadenas norteamericanas.

La comparación no es necesariamente justa, puesto que la calidad de los productos, sobre todo en las categorías de cárnicos y quesos del país extranjero, es en su mayoría muy superior a los aquí encontrados. Aun así, en promedio, los precios en las perchas norteamericanas son entre 20 y 100 % más económicos que en Ecuador. Altos costos de producción, impuestos por encima de países vecinos, un mercado muy poco profundo, entro otros problemas, hacen que Ecuador siga siendo un país donde alimentarse no solamente es caro, sino que su relación precio calidad sea una de las peores de la región.