Su propósito es crear un ambiente más oscuro para las historias de suspenso que acompañan. Pero con el tiempo las bandas sonoras de las películas y series de terror se han convertido en monstruos con vida propia, acechando con sus notas de intriga, tensión y pavor a generaciones de asustadizos.

Para otros, el chirrido de los violines en la escena de la ducha de Psycho, o la orquesta entrecortada del inminente ataque del gran tiburón blanco en Jaws son piezas de arte que deben celebrarse, a pesar de asustarnos.

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Por eso, con Halloween a la vuelta de la esquina, recordamos una selección de las mejores composiciones de series y películas de terror de todos los tiempos. Y si no lo crees, escucha estas melodías solo y aislado en un cuarto oscuro y nos cuentas.

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The Omen / La profecía (Jerry Goldsmith, 1976)

El tema principal de este éxito de taquilla, Ave Satani (Viva Satán), fue la partitura ganadora del premio de la Academia en 1977 y la única estatuilla para Jerry Goldsmith (fallecido en el 2004) quien había sido nominado para el Oscar a la Mejor Banda Sonora Original ocho veces antes con cero victorias. Los cánticos gregorianos y corales son la columna vertebral de esta oscura banda sonora que se convirtió en el referente del satanismo para la cultura pop.

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The Exorcist / El Exorcista (Mike Oldfield, 1973)

El director esta película, William Friedkin, quería una banda sonora minimalista. Así surgió la melodía de piano bautizada Tubular Bells de Mike Oldfield, para la apertura de este filme que se convirtió en una de las bandas sonoras de películas de terror más icónicas del cine y un gran éxito por derecho propio para el músico de rock progresivo. Oldfield luego bromeó: “Soy el padrino de la música de películas de miedo”.

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The shining / El resplandor (Wendy Carlos y Rachel Elkind, 1980)

El director Stanley Kubrick creó un paisaje sonoro escalofriante, usando piezas de las pioneras de la música electrónica Carlos y Elkind, quienes hicieron el tema principal de este filme, basándose en Dream of a Witches’ Sabbath, la sinfonía que hizo famoso al francés Hector Berlioz, y en el tradicional réquiem Dies Irae, un famoso himno latino del siglo XIII. Todo esto, con los ritmos estridentes y los coros siseantes de una selección de piezas de concierto preexistentes, las cuales proporcionaron al Hotel Overlook y a sus habitantes con un ambiente apropiadamente desquiciado.

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A nightmare en Elm Street / Pesadilla en la calle Elm (Charles Bernstein, 1984)

El compositor Charles Bernstein utiliza una orquestación sintetizada con un efecto absolutamente escalofriante. Con melodías que suenan casi como canciones de cuna, pero con una consonancia aterradoramente estridente, la partitura de A Nightmare On Elm Street seguramente sigue desencadenando pesadillas.

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Candyman (Philip Glass, 1992)

Es gracias a esta película, o por su culpa, que las melodías de cuna, en ciertos ritmos, nos ponen la piel de gallina. Philip Glass se sintió atraído por componer la partitura de este título pensando que sería una adaptación artística e independiente de un cuento de Clive Barker sobre una leyenda urbana. Aunque se dice que Glass no estuvo satisfecho con el resultado final de la puesta en escena, su partitura funciona por sus propios méritos como un conjunto de música inquietante.

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Are you afraid of the dark / Le temes a la oscuridad (Jeffrey Zahn, 1990-2000)

El compositor Jeff Zahn dice que el tema le llegó mientras esperaba en el aeropuerto de Montreal. Grabó la pista en el estudio de su casa usando sintetizadores estándar como Roland 880 con otro músico de Montreal, Jeff Fisher. Las personas que crecieron en la era recordarán las imágenes de botes abandonados y columpios arrastrados por el viento al escuchar esta melodía.

The Twilight Zone / La dimensión desconocida (Marius Constant, 1959-1964)

La melodía disonante de cuatro notas de The Twilight Zone tocada con una guitarra eléctrica ha resistido la prueba del tiempo. 60 años después, todavía es reconocible al instante y configura con éxito las historias espeluznantes y misteriosas que se avecinan. La canción de Constant encaja perfectamente con la serie de antología de ciencia ficción.

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The X-Files / Archivos X (Mark Snow, 1993 – 2002)

La melodía de Archivos X es casi sinónimo de mirar hacia el cielo en busca de actividad extraterrestre. Pero la pieza inconfundible fue en realidad el producto de un feliz accidente. Snow estaba jugando con ideas para la serie de investigación sobrenatural cuando apoyó el codo en el teclado y activó un efecto de retardo electrónico que inspiró el ahora famoso arpegio (cuando se ejecutan los tonos en sucesión rápida, generalmente del más grave al más agudo) de cuatro notas.

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Unsolved Mysteries / Misterios sin resolver (Gary Malkin y Michael Boyd, 1996)

Si bien el nuevo reboot de Misterios sin resolver en Netflix es similar a la versión anterior, una diferencia clave es que no hay anfitrión. Y aunque los fanáticos extrañan al presentador Robert Stack desde hace mucho tiempo, hay un aspecto del programa que no se pudo eliminar: el tema musical espeluznante. Malkin le dijo al LA Times que “solía recibir cartas todo el tiempo de los padres que decían: ‘¿Podrían cambiar el tema musical? Nuestros hijos están aterrorizados con eso’”. Los compositores comenzaron con el ostinato en un piano, que es un ritmo musical que se repite continuamente, también hacen uso de una combinación de tonos que crea una sensación de tensión. Y un dato curioso: el tema se llama El Intervalo del Diablo.

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Stranger Things (Kyle Dixon & Michael Stein, 2016)

La música de Stranger Things se convirtió en un clásico moderno instantáneo en el momento en que los espectadores sintonizaron la temporada 1 en 2016. La partitura nostálgica de los 80 recurre a sus predecesores alimentados por sintetizadores como Halloween de John Carpenter, e incluye muchas canciones populares de la época. Sin embargo, el inquietante y palpitante tema de apertura marca el camino para una nueva generación de películas y programas de televisión espeluznantes.

Halloween (John Carpenter, 1978)

En 1978, cuando el emergente “maestro del horror” John Carpenter hizo Halloween, la película slasher que revolucionó el género durante la siguiente década, tenía 30 años. No solo coescribió el guion y dirigió a los actores, sino que escribió una melodía de piano traqueteante para el tema principal del filme, una de las partituras más escalofriantes del género de terror. Se inspiró en la espeluznante música de Suspiria de Goblin y la partitura expresionista de Psycho de Bernard Herrmann.

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Jaws (John Williams, 1975)

El suspenso y el terror de la historia del tiburón devorador de hombres, Jaws, se refuerza de manera simple pero efectiva con solo un par de notas bien elegidas. El extraordinario compositor de cine John Williams opta por notas alternas separadas por un semitono, interpretadas por la tuba. El mismo Williams lo resumió bien cuando describió la música como “moliendo, como lo haría un tiburón. Instintivo, implacable, imparable…”

Psycho / Psicosis (Bernard Herrmann, 1960)

No hay sonido más fundamental para una película de terror que las cuerdas chirriantes en la escena de la ducha en Psycho (Psicosis). El compositor Bernard Herrmann había registrado créditos cinematográficos no menos formidables en Ciudadano Kane y Ultimátum a la Tierra, pero fue su trabajo con Alfred Hitchcock el más resonante. Esas cuerdas, tocadas a la fuerza y sonando en una frecuencia extraña, han asustado a la humanidad desde entonces.