“El Beso”, la obra maestra de Gustav Klimt, ha sido troceado. Exactamente en 10.000 fragmentos digitales únicos y exclusivos, llamados “tóquenes no fungibles” (NFT), que la Galería Belvedere de Viena pone a la venta en una oferta entre el arte, las finanzas y el coleccionismo.

Con este proyecto, el principal museo del mundo en lo que a Klimt se refiere se estrena en el creciente mundo de los NFT, un evasivo concepto que puede definirse como un certificado de propiedad de un producto digital único, protegido contra la copia y que puede revenderse.

Puzzle de 10.000 piezas

El Belvedere ha creado una copia en alta resolución de "El Beso" y la ha dividido en un puzzle de 10.000 cuadrículas únicas que se van a poner a la venta por separado, a un precio de 1.850 euros (2.087 dólares) cada una.

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Los compradores, afirma el museo, serán propietarios de "una pieza en edición limitada de una obra maestra digitalizada".

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"Los NFT de 'El Beso' se han creado como objetos de coleccionista. Creemos que esta oferta es interesante tanto para los amantes del arte como para los coleccionistas de NFT, y queremos atraer a un amplio abanico de interesados", explica a Efe Irene Jäger, de la oficina de prensa del Belvedere.

Pero más allá del arte y del coleccionismo, los NFT, creados con la tecnología de cadena de bloques (blockchain) que se usa también en las criptomonedas, son también un activo financiero.

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La propia directora de la Galería Belvedere, Stella Rollig, asegura que la transformación de reproducciones digitales en piezas originales virtuales "abre nuevas formas de participación que, en términos financieros, deben tomarse en serio, pero que también pueden verse de forma lúdica".

Facturación millonaria

Si la Belvedere vende los 10.000 NFT de “El Beso”, facturará 18,5 millones de euros (20,8 millones dólares). Con el actual precio de una entrada normal para adultos, igualar esa cifra requería recibir a 1,16 millones de visitantes.

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En todo el año 2019, este museo, el segundo más frecuentado de Austria, tuvo 1,7 millones de visitas.

"Especialmente en tiempos de crisis, pero no sólo, los museos tienen que seguir encontrando nuevas fuentes de ingresos para cumplir su misión" señala Jäger ante la pregunta de si esta iniciativa busca compensar la caída de visitantes sufrida los dos últimos años debido a la pandemia.

Los interesados puede solicitar un NFT en la página thekiss.art y a partir del día 9 recibirán el permiso para adquirir los NFT "acuñados", el proceso por el que los tóquenes pasan a formar parte de la cadena de bloques, lo que garantiza su autenticidad y los protege contra la copia.

¿Regalo de enamorados?

El museo Belvedere ha lanzado esta iniciativa bajo el lema “Una declaración de amor digital” y hará coincidir el lanzamiento de los NFT con el 14 de febrero, Día de los Enamorados, una fecha a partir de la que se puede añadir un mensaje personalizado a los tóquenes.

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Pero no todo el mundo se muestra tan entusiasmado con la idea de que este regalo digital, por mucho beso que sea, tenga mucha carga romántica.

"Yo soy muy romántica, y creo que es lo menos romántico que puede existir, un beso digital. Que lo puedes ver en una pantalla pequeña o grande, pero nada comparable a esa ternura", dice señalando la obra original de Klimt a sus espaldas Marta Zamora Troncoso, una graduada en Filosofía de 22 años que está de visita en Viena.

"Lo veo como una manera más de especular y de sacar dinero de donde sea", afirma.

Para ella, nada puede compararse con la experiencia de ver el cuadro en directo.

Con ella está de acuerdo Robert, un estadounidense de 21 años que afirma que no estaría dispuesto a pagar dinero por este producto, aunque sí entiende que haya quien lo haga, e insiste en la experiencia insustituible de disfrutar de “El Beso” en directo.

“Puedes ver los detalles precisos con tus propios ojos, algo que creo no tienes en una pantalla”, asegura. (E)