Hace algunos años visité el Boom Boom Room, imponente bar restaurante ubicado en el último piso del Standard Hotel, en Nueva York. La experiencia fue tan grata que al rato lo visité nuevamente. ¿Qué lo hizo tan interesante? Creo que su ubicación en uno de los sitios más vibrantes de aquella ciudad, es una razón. Sin duda su vista, con vidrios de piso a techo, pero también su decoración, el menú de licores, la calidad de atención y la vibra que esto provocaba en los asistentes, son otras.

En definitiva, todos los aspectos necesarios para componer una experiencia. Salvando las distancias, similar impresión dejó mi visita al Negroni, bar restaurante recientemente abierto en el penúltimo piso del edificio The Point. Una vista de más de 180 grados nos permite apreciar la ciudad desde un privilegiado piso 34, mientras que un gran bar tradicional, plano y vertical, toma la posición central del lugar frente a una exquisita decoración de estilo clásico y elegante por el mobiliario y su disposición, pero con colores y toques contemporáneos.

Las cuentas no serán módicas. Debe prepararse para gastar $ 40 a $ 50 por persona en una comida con entrada y plato fuerte sin licor, o un monto superior si va al bar para una noche de copas larga.

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Hay una extensa carta de cocteles de autor, muy bien logrados y balanceados. Probamos uno de piña macerada en vodka por ocho días. Otro interesante, el Smoked Julep, maderado con toques mentolados, Bourbon, jugo de limón quemado y madera de cerezo; o una de las especialidades de la casa, el espreso negroni, con ron Zacapa, Campari, Vermut rojo y café. Excelentes todos.

Iniciamos la cena con un piqueo muy ecuatoriano, patarashca, que consiste en diversas carnes y mariscos salpimentados, con yuca, al carbón, servidos envueltos en hoja de plátano, plato en el que el pulpo es rey al estar cocido al término perfecto y dejar en el retro gusto el sabor que le da el carbón.

Los Nigiris de scallops y salmón trufados son buenas entradas, por $ 12 y $ 9 las tres unidades, destacaron por la calidad del marisco.

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El Steak Negroni a $ 24, es un corte de lomo fino al carbón, acompañado con rissoni trufado y parmesano, y papas rústicas en salsa de blue cheese. El corte estuvo bien y la salsa de blue cheese excelente. Lo mejor de la mesa fue la entraña. Fantástica textura, grasa intersticial y término. Estupenda. Negroni tiene una buena parilla.

Resumiendo, aunque mi conocimiento del menú es limitado por haber ido una sola vez, probando cinco o seis platos, mi impresión es que un buen manejo y control de cocina le da al comensal la seguridad de obtener buena gastronomía con cualquier elección. Sin embargo, Negroni es más que su carta, es una experiencia. Si quiere hacer una comida rápida y tiene una hora o menos, busque otro sitio. Con un alto nivel de inversión, este es un lugar para disfrutar. (O)