La historia de amor de Lila Morillo y José Luis Rodríguez “El Puma” está llena de polémica. Pero, apartando las intrigas y los desacuerdos de una separación tan escandalosa, fueron una de las parejas más querida de Latinoamérica, y los primeros años de su matrimonio correspondieron a una entrega apasionada y a un hogar lleno de felicidad.

Siendo toda una diva de la música de su país, la intérprete de “El Cocotero” era la artista mejor vendedora de discos en Venezuela, con más de 80 producciones grabadas. El nombre de la vivaz cantante era reconocido también como actriz en Latinoamérica y Europa.

Y de esa manera, siendo una estrella que gozaba de gran fama, conoció al hombre que se convirtió en su esposo en el set del canal Radio Caracas Televisión (RCTV). El guapo y talentoso hombre era uno de los vocalistas de la orquesta de Billo’s Frometa que poco a pono se dio a conocer con su potente voz.

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“No me cansaré de decir que tropezamos en el umbral de la puerta trasera de RCTV”, dijo en ese entonces la “Maracucha de Oro”, al referirse al momento en que conoció a su esposo.

En 1966, contrajeron matrimonio civil y desde ese momento la artista puso todo su empeño para impulsar la carrera de solista de su esposo, quien se había iniciado como cantante de orquesta.

José Luis Rodríguez “El Puma” se deshizo de Lila Morillo al ganar fama

José Luis Rodríguez “El Puma” y Lila Morillo pronto se convirtieron en la pareja del momento y los flashes los acaparaban en todos los eventos. Fruto de su amor nacieron sus dos hijas, y completaron la familia famosa, protagonistas de portadas de revistas y de programas de televisión de su país.

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“Tienes todo el talento para triunfar solo José Luis”, era la frase que le repetía la carismática y enamorada mujer a su atractivo esposo, convencida de que tenía todo para llevar su carrera al estrellato.

A decir del blogs EsVenezolanoEs, el padre de Liliana y Lilibeth solo ganaba 3 mil bolívares mensuales para la década de los 60, por lo que la integrante de los Morillo se avergonzaba del precario salario que devengaba con la famosa banda del dominicano.

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Decidida a lograr que triunfara como solista, comenzó a hacer valer sus influencias. “Y se lo metió por los ojos a los ejecutivos de la Cadena Venezolana de Televisión e hizo que brillara en Venezuela”, indica el autor del mencionado blogs.

Así lo ayudó a transformarse para que saliera a relucir en el que se convertiría, “El Puma”, aclamado en toda Latinoamérica.

“Lo acompañó a la clínica a operarse de la nariz y a borrar de su rostro algunos lunares. La señora Rodríguez encendía el televisor orgullosa de que su compañero interpretara “Los amores de María Merced”, la telenovela que ella protagonizaba en el tope de la sintonía”, menciona el autor del blogs.

Los años de infidelidades de “El Puma”

Lila pasó a ser más que su esposa, una mentora, la protectora de su vida sentimental y de su carrera profesional. En ese entonces, fue hasta la artífice de que el cantante obtuviera su primer vehículo, un convertible último modelo para esos años.

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La fama llegó al ser un solista con temas que pegaban en el ranking musical y pronto la canción de “El Pavo Real” con sus movimientos de cadera, le abrió las puertas de nuevos mercado, entre ellos Europa y los Estados Unidos.

Con el pasar de los años, los rumores de infidelidad comenzaron a ser parte de los titulares, pero la esposa abnegada y madre de dos hijas, se negaba a creer que José Luis la engañara. Sin embargo, la prensa asociaba el nombre de la actriz Pierina España y de Rina Ottolina, a las aventuras del intérprete venezolano.

Luego, en una entrevista el venezolano dijo “estoy arrepentido” y reconoció sus tantos amoríos, confesión que les permitió volver a ser felices en una reconciliación que los medios celebraron, hablando de que eran unas de las parejas consolidadas del espectáculo venezolano.

La “colorida” Lila estorbaba en la fama de José Luis

En 1974, José Luis escalaba la cúspide de la fama con éxitos como “Dueño de Nada”, “Culpable soy yo” y “Por si volvieras”. Y finalmente llegaba la internacionalización de la mano de Toty Maselly, el hombre que lo aconsejó de que comprara una mansión en Miami, donde se mudó con su familia.

Bautizada como “La Jaula de Oro” como quedó musicalizada en el tema de Lila Morillo, fue el detonante de que pronto la familia se destruyera. A decir de la maracucha, el empresario convenció a Rodríguez de que la “colorida” Lila Morillo no encajaba en el futuro que le esperaba al cantante de “Pavo Real”.

En 1986, la gran historia de amor entre la famosa pareja llegó a su fin. Y ni la propia Lila Morillo se espera que su vida sentimental terminase así, pues nunca pensó que su matrimonio se acabaría.

Ambos firmaron su divorcio en un tribunal de Caracas, y pese a ser un acto tan privado, aceptaron que ese momento fuera televisado a todo el país.

Luego, Lila revelaría que su exesposo se había quedado con los bienes que compartían en el exterior, y solo le entregó 13 millones de dólares, además de algunos bienes que tenían en Venezuela, pero al mismo tiempo lo acusó de quedarse con todo el dinero que había en los bancos y esa fortuna no la dividió.

En el medio del escándalo de su ruptura, aún Lila no pasaba la página, cuando “El Puma” presentaba a su nuevo amor, Carolina Pérez, la modelo que conoció y se enamoró en Miami. Sin transcurrir los nueve meses, la feliz pareja se dejaron ver como los felices padres de Génesis Rodríguez.

De allí en adelante, la polémica y los dimes y diretes reinaron por décadas de pleitos entre las Morillo y el cantante venezolano, al punto que hoy desconoce a sus hijas mayores.

La “Reina de El Cocotero” en sus confesiones reveló que la fama de suexposo fue una de las causas de su divorcio, aunado a la traición que sufrió después de promover su carrera, cuando era un desconocido en su país natal. (E)

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