Todo será revelado en el escenario. Miss Funnyverse se llama el monólogo que Giovanna Andrade estrenará en el Teatro Sánchez Aguilar para relatar los motivos que la llevaron a renunciar a un título internacional. Giovanna asegura que ser candidata del certamen de belleza Mrs. Globe, una competencia en la que pueden participar mujeres casadas y que se realizó en diciembre del 2019 en China, cumplió su sueño de infancia de participar en un Miss Ecuador.

La ecuatoriana resultó elegida como virreina, pero después renunció al título. “Yo escribí el esqueleto de la obra, es mi historia de vida, y (la dramaturga) Martha Márquez lo convierte en una obra de teatro maravillosa”, indica ella sobre esta puesta en escena que abordará con humor cómo tal decisión responde a la defensa de sus valores y sus principios.

“Cuando quedo de virreina y llego al último día, porque tenía un contrato firmado, me choqué con una realidad que ya conocía. Yo vi y me dije: ‘Yo no represento esto’. Lo que ocurrió lo digo en Miss Funnyverse. La historia, el hilo conductor es China y por qué decido sacarme esa corona; explico y cuento todo lo que pasó en el certamen. Es como una catarsis de mi vida personal, profesional”, asegura.

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Así que resultará una excusa para hablar sin restricciones sobre todo aquello que hace dos años generó controversia. También es una gran oportunidad para celebrar los 18 años de una carrera actoral repleta de drama y comedia.

Giovanna Andrade cumple 18 años de carrera en la actuación. Foto: Carlos Barros / El Universo. Foto: El Universo

Por sus ojos negros

En ese tiempo, a sus manos han llegado papeles protagónicos, secundarios, personajes de televisión, de teatro, de cine, dentro y fuera del país.

Todo se inició en el 2003, en los talleres de actuación que recibía de Mariela Alcalá y Maribel Solines. Y Yo vendo unos ojos negros, telenovela de Ecuavisa, fue su primer gran paso. Un reto que asumió luego de graduarse del colegio, viajar a Inglaterra y hacer teatro callejero. “Todo comenzó con talleres actorales; fueron superintensos, porque éramos un grupo joven de actores nuevos. En esa producción se inició también Marcela Ruete, Juan Carlos Román, Priscila Negrón, Roberto Manrique, también tuvo un personaje María Elisa Camargo; éramos un grupo grande”, dice.

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Giovanna Andrade presenta el monólogo 'Miss Funnyverse'. Foto: Jorge Itúrburu. Foto: El Universo

Este protagónico, su primer trabajo profesional, era un personaje que había sido propuesto para otro rostro del canal del cerro, revela. “La protagonista no era yo, era la Flaca Guerrero, que además estaba en su top. Yo era una niña que bajaba al estudio Borges, vivía en los talleres en la mañana, y bajaba a la tarde, donde se hacían los castings. Yo me quedaba sentada a ver los castings de todos. Nosotros en los talleres nos preparábamos con los textos que salían de la novela, todos hacíamos todos los personajes. Yo tenía un papel secundario en la producción”, explica.

Su oportunidad llegó el día que le tocó ensayo a la actriz Toty Rodríguez. “La Flaca no alcanzaba a llegar por un tema del canal mismo y me ofrecí a darle el pie a Toty para la escena porque me sabía el texto. Veiky Valdez me vio, yo siempre fui muy hippie y mi look siempre fue ese zambo grandote, de falda larga, muy de selva. Pasó un mes, llega Rodolfo Hoppe, el director de la novela, él no estaba en los castings, revisaba el video del casting de Toty y él se queda enamorado de mi perfil para la protagonista. Él le dijo: ‘ella es la protagonista. Yo quiero a esta niña de protagonista’”, cuenta.

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Giovanna afirma que se enteró que Guerrero iba a ser la protagonista muchos años después de que se estrenara la telenovela

Giovanna Andrade y Khotán Fernández protagonizaron la telenovela Yo vendo unos ojos negros, en el 2004.

“Eso era top secret de ellos, nadie lo sabía, y yo me enteré hace como diez años, es una anécdota chévere porque entendí que en este mundo no te lo puedes tomar tan personal todo, porque muchas veces no depende solo de tu talento, de tu preparación, dependen de otros factores. Yo recuerdo clarito que cuando me dicen que yo iba a ser la protagonista, me llaman al tercer piso del estudio Borges, y cuando empecé a leer el personaje de María, me daba cuenta de que era muy parecida a mí. Me decía: que loco, este personaje soy yo”, comenta.

Las grabaciones de la telenovela comenzaron luego que Giovanna cumpliera sus 18 años. “Cuando me dieron el papel les dije a mis padres, fue duro, ellos no estaban de acuerdo, decían que este mundo de la televisión iba a ser un mundo muy difícil para mí, y hoy en día, los dos primeros fans de mi vida, son ellos, y me propuse a demostrarles que gracias a los principios y valores que me habían inculcado iba a salir adelante en esto”, recalca la artista de 38 años.

‘Malas’ propuestas

A lo largo de su carrera, algunas de las invitaciones o convocatorias para que se sume a un proyecto, no han sido del todo satisfactorias y profesionales. “Se ha dado socialmente, fuera del espacio de trabajo, cuando conoces a la gente. Cuando estaba en Yo vendo unos ojos negros, nunca contaré quien fue, ni el cargo que tenía, pero fue alguien de un canal. Me citó en el café del Hilton. Yo estaba emocionada porque ya había pasado lo de Ojos negros, y antes a los 18 años, 19, no controlaba mis emociones. Y cuando este viejo me dice lo que me dice, cogí la mesa, la levanté y se la tiré, y empecé a gritar y a gritar y me fui. Yo no volví en años al Hilton de la vergüenza. Y Diego mi esposo, que entonces era mi enamorado quería acompañarme y yo le había dicho que no porque no era profesional. Hoy en día, te lo juro, a los hombres les ha dado un ciclo de locura, que escriben como para probar a ver qué chance hay. Yo leo eso y dejo que Diego se encargue”, confiesa.

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“Yo no juzgo a nadie de las mujeres que han escogido ese camino, porque al final la vida es de cada quien, y cada quien sabe cómo llegar a su meta y punto. Yo preferí toda la vida frentearme e irme a dormir tranquila sabiendo que lo que me gané fue por mi esfuerzo y por eso muchas veces me he quedado comiendo arroz con huevo y cuando no hay para todos, que se lo den a los niños y nos quedamos comiendo arroz con limón, que es delicioso. Todos estos años de carrera los puedo resumir en que la actuación me han hecho mejor ser humano”, Giovanna Andrade, actriz.

Nuevos retos

Después de Yo vendo unos ojos negros siguieron producciones como El Cholito con David Reinoso. A los 19 años se convirtió en madre por primera vez. Llegó Rosa y con ella otros sueños.

“Me fui a Nueva York con Diego, me fui a un instituto de actuación, tuve que dejar a medias mi graduación y me fue a parir a Miami. Ahí estuve viviendo hasta el año de Rosa, pero estudiando con Martha Zavaleta. De ahí mi papi enfermó, gracias a Dios sigue vivo, pero enfermó gravemente y nos pidió ayuda a nosotros. Nos llamó y nos dijo: ‘háganse cargo de las haciendas’. Mi esposo, muy comprometido, dijo: ‘Giova, dejemos esta vida acá' y nos fuimos a Los Ríos. De Miami pasé a vivir a Mocache, al lado del río. Recuerdo que me transportaba en balsa para irme a Quevedo. Yo me desligué tres años para ver a Rosa crecer, para poderla disfrutar. Fueron momentos duros para unirnos a Diego y a mí como pareja”, señala.

De esa temporada alejada de las cámaras, la artista viaja con su familia a Uruguay (país originario de su esposo, Diego Azanza), donde permaneció durante casi un año. “Literalmente nos comíamos la camisa con mi esposo porque no había trabajo, era una época muy difícil para Uruguay, yo vendía telefonía celular en una cabina a España, yo lloraba todos los días porque decía: Dios mío se supone que yo soy actriz. Y lloraba. En un momento de esos me llama mi gran amigo Guillermo Ushca y me dice que se iba a hacer la telenovela de El Cholito y que el personaje era para mí. Ahí agarré mis cositas y retornamos para hacer a la niña María Gracia”, agrega.

Después de esta telenovela, Giovanna vendía puerta a puerta telefonía celular ante la falta de nuevos papeles. “Yo tuve que ir a vender telefonía celular y la gente me veía vendiendo y me decía: ‘¿tú no eres la actriz?’, ¿qué haces vendiendo?, yo les decía que no había trabajo y tenía que ganarme la papa. Me convertí en la mejor vendedora de celulares. Yo no podía quedarme solo con el sueldo de mi esposo. Fue muy duro y la propuesta de Perú fue una salvación”, indica.

Después de El Cholito vinieron trabajos en Perú. Ahí fue parte de Los Barriga (Frecuencia Latina), El grupo cinco (América Televisión), trabajé con Carlos Alcántara, entre otras.

“En Perú estuve dos años sin parar, de ahí regreso a Ecuador para la segunda parte de El Cholito, con Mostro de amor (2010). De ahí hice Pareja Feliz (dos temporadas), Retazos de vida, de ahí vino Lucas (su segundo hijo), paré un rato la actuación, pero me la pasé conduciendo programas como Divinas, N’Boga y De mujer a mujer y de ahí me fui a Colombia”, rememora.

Colombia, su segundo hogar

Giovanna y su familia tienen claro que su residencia estará siempre en distintos lugares. Para establecerse debe existir también prosperidad que es sinónimo de trabajo, así como tranquilidad y paz. “Hemos aprendido a ser valientes juntos, unidos donde sea”, afirma.

En Bogotá se han asentado desde hace tres años y medio. La única pausa que se ha tomado fue por la pandemia. Su perseverancia la han vinculado con producciones destacadas a nivel internacional. Entre ellas, La ley del corazón 2, El final del paraíso (disponible en Netflix), Manuel de galanes (Sony México en Claro TV), A 2,50 la cuba libre (teatro), Las Manuelas, con Alejandra Borrero (teatro).

Recientemente filmó la serie Un cuarto para las tres. En esta comparte con María Cecilia Botero, Carolina Cuervo, Diego Ángel. “Yo me quedé tan feliz, fueron dos ocasiones que terminé unas escenas y se me vino a la cabeza mi país, sentí como diciendo todo esto lo estoy haciendo en un país ajeno al mío, pero lo hago para ellos, lo pensé cuando sentí esos aplausos. En Colombia tengo dónde enviar castings, tengo para hacer audiciones”, menciona. Esta producción es una muestra de apoyo del Ministerio de Colombia a ciertas series y dramatizados para aportar con la industria audiovisual y cultural y artística del país.

Esta serie se verá a nivel nacional (en Colombia) en todos los canales de dicho país. “Es justamente por el apoyo del Ministerio de Cultura, ese es el aporte, para mí es fantástico porque me verá todo Colombia, este país maravilloso que me va a ver, porque va a llegar a todo un público. La verdad que cuando supe que era de este nivel me encantó. Me sentí muy orgullosa de mi”, expresa.

Ya firmó contrato para su segundo trabajo en Netflix. La ecuatoriana será parte del proyecto Perfil falso, del que aún no puede revelar detalles.

Con deseos de seguir descubriendo nuevos escenarios en México y Los Ángeles, Giovanna, quien de no dedicarse a la actuación hubiera querido ser bailarina (estudió ballet, pero un accidente en cuadrón cambió sus planes), enfatiza que si tuviera que elegir se inclinaría por el teatro. “La televisión me da de comer, el teatro me da vida”. (E)