El mundo de la moda conoce muy bien a Donatella Versace, una diseñadora y empresaria italiana que fue cómplice de su hermano Gianni Versace, pero que además se sumergió en el mundo de las drogas y de las cirugías tras su asesinato en 1997 en Miami Beach.

Donatella Versace: ¿Pieles? No quiero matar animales para hacer moda

Hoy en día, la rubia de ojos claros que creció al sur de Italia y que en algún momento estudió literatura, tiene 68 años y es la vicepresidenta del grupo Versace.

Durante la década de los 80, mientras ayudaba a su hermano a construir su emporio, se convirtió en un fenómeno brillante, aunque esto cambió muchos años después. La empresaria fue catalogada como la reina de los excesos, pues desde muy joven se entregó a las fiestas y también a las drogas.

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“A Gianni no le gustaba, yo salía toda la noche. Una vez, en un bar de Nueva York, había una mesa llena de cocaína y todo el mundo esnifaba abiertamente en la pista de baile”, contó en una oportunidad a Vogue y así lo cita hoy La Nación.

Con la muerte de su hermano mayor Gianni Versace, vino el descontrol para Donatella. Su inestabilidad la puso bajo la mira de la prensa y pronto se convirtió en objeto de críticas.

“Nada volvió a ser divertido, sólo había dolor, inseguridad y pérdida. Empezaron los problemas con mi familia, el final de mi matrimonio con Paul, el tener que dirigir una compañía a pesar de no estar preparada”, recordó a Vogue.

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En el 2004, finalmente sucumbió ante la cocaína, razón por la que terminó internada en una clínica de rehabilitación. De ahí en adelante su regreso al mundo de la moda fue triunfal.

Por un momento, las adicciones arroparon a Donatella y luego se sumergió en el mundo de las cirugías plásticas. En una época fue señalada de recurrir con frecuencia a la ayuda del bótox para entablar la lucha contra las arrugas propias de su edad.

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Esa misma pasión por las cirugías la orilló a una transformación casi por completo, llevándola a lucir labios voluminosos y una piel más bronceada de lo que es originalmente, recuerda el medio argentino.

Es así como Infobae también recuerda algunos de los procesos a los que se sometió a lo largo de su vida en busca de mejorar su apariencia física, aunque con resultados poco favorables a la vista del público.

Desde liftings en las piernas, implantes en el busto y cualquier cantidad de retoques en el rostro, aunado a un estiramiento de piel, se suman en la lista de procedimientos a los que recurrió Donatella Versace pues, según confesó a la revista New York, detesta “las cosas quietas”.

Sus palabras de aquel momento fueron el preámbulo de una transformación de la que es testigo el público a lo largo de los años.

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Aunado a sus cambios, vino el éxito que hizo repuntar la marca Versace y la hizo merecedora de varios premios como el FGI Superstar Award en el 2008 y el 2012, y algunos reconocimientos como “Diseñadora del Año” por la revista Glamour y en los premios GQ Men. (E)

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