Los talibanes han asegurado de manera insistente que las mujeres en Afganistán podrán continuar con sus estilos de vida, y volver a las escuelas o a sus empleos con los límites que establece el islam, pero algunas trabajadoras, sobre todo periodistas, denuncian que en la práctica esto no se cumple.

Quería volver a trabajar, pero lamentablemente (los talibanes) no me dejaron. Me dijeron que el régimen ha cambiado y no se puede trabajar”, aseguró la presentadora de televisión Shabnam Dawran en un video ampliamente difundido.

Los talibanes también son recordados, entre otras acciones, por imponer un riguroso régimen en el que solo se permitía a las mujeres salir de casa en compañía de un hombre de la familia o la imposición del uso del burka, una situación que fue mejorando con la caída del régimen insurgente en 2001 y que ahora muchos temen que se repita

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En todo caso, pese a las limitaciones, algunas periodistas como Clarissa Ward, reportera de la cadena CNN, se las han ingeniado para seguir con sus labores en las tensas calles de Kabul, la capital del país, donde decenas de personas se han acercado a las inmediaciones del aeropuerto para intentar salir del país.

Ward, durante un recorrido por las calles aledañas a la terminal aérea, fue obligada a cubrirse el rostro cuando intentaba obtener las declaraciones de personas que apoyan la causa talibán. Bajo una túnica negra, la comunicadora siguió con su trabajo y mantuvo la calma pese a los disparos que se escuchaban. Mientras tanto, varios hombres que aseguraban trabajaron para los estadounidenses se le acercaron para pedirle consejo sobre cómo entrar al aeropuerto.

Durante su reporte, la periodista y su equipo fueron increpados por talibanes armados con fusiles de asalto AK-47, aunque luego los dejaron tranquilos al indicarles que tienen permiso para hacer el reporte. Debido al ambiente tenso, el grupo de CNN decidió abandonar el sitio.

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Las cosas han cambiado mucho desde la llegada de los talibanes. La Federación Internacional de Periodistas (FIJ) indicó que “el pánico y el miedo” reinan entre los periodistas afganos, en particular las mujeres.

Jeremy Dear, secretario general adjunto de la FIJ, aseguró haber recibido “centenares de demandas de ayuda” para “evacuaciones o asistencia destinada a quienes se desplazaron de una provincia afgana a otra para huir de las amenazas”.

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La mayoría de los periodistas que intentan huir de Afganistán son mujeres, ya que no pueden trabajar. Ward, por su lado, indicó que antes de la llegada de los talibanes utilizaba un pañuelo en la cabeza que no le cubría el cabello por completo, pero ahora tiene que estar totalmente cubierta cuando sale a la calle.

Durante el reporte para CNN, la periodista de 41 años -acostumbrada a este tipo de situaciones-, reconoció que lo que está pasando ese país es un caos.

“Parezco tranquila, pero eso no significa que esté tranquila”, dijo Ward a la revista Esquire. “No me entra el pánico porque no puedes entrar en pánico en esas situaciones. Si eres alguien que entra en pánico, entonces probablemente deberías estar haciendo un trabajo diferente, porque te meterá en más problemas... Así es como me enfrento al miedo: me quedo callada y muy concentrada“, agregó.

La corresponsal internacional en jefe de CNN se graduó en la universidad de Yale; en el pasado trabajó para Fox News, ABC News y CBS. Su pasión por el mundo de la información, sobre todo de los conflictos, nació tras los atentados del 11 de septiembre de 2001; así, ha informado desde el frente en Siria, Irak y Georgia durante la incursión rusa.

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Llegó a Afganistán hace casi un mes y desde entonces ha trabajado 19 horas al día. A su arribo su objetivo era cubrir los avances de los talibanes y filmar algunos segmentos reflexivos a medida que se acercaba el vigésimo aniversario de los ataques del 11/S. Sus planes cambiaron esta semana. (I)