Invitado como jurado para calificar los monigotes de año viejo, Aladino irrumpió en el set del matinal De casa en casa (TC Televisión) este 28 de diciembre para una de sus emisiones especiales para despedir el 2022. Y su invitación fue memorable, en más de un sentido.

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Antes de su participación, el cantante guayaquileño más conocido como el Mago de la rockola se tomó el escenario del programa para realizar una de sus simpáticas actuaciones musicales de su autoría. En esta ocasión escogió su popular tema Triste Navidad, que interpretó a modo de playback y el cual fue amenizado por los ocurridos bailes de los conductores del show: Michela Pincay, Mariaca Valdés, Jorge Heredia, Wendy Rosillo y Renier Izquierdo.

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En el estribillo hablado de la canción, que ocurre aproximadamente a los 45 segundos de haber iniciado, el cantautor se desplomó lentamente en el escenario, mientras se ponía la mano derecha en el pecho.

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A continuación, Renier, Wendy, Michela y Jorge se acercaron preocupados al artista; en tanto que Mariaca decidió alejarse tras cámaras visiblemente afectada por lo que acababa de ocurrir. El incidente siguió registrándose en vivo, pero su música se detuvo a la vez que los animadores exigían ayuda a la producción.

A los 15 o 20 segundos, que parecieron eternos para los presentadores, Aladino se reincorporó sonriendo y al mismo tiempo tronaron las risas del staff y del intérprete ante esta cruel broma por el Día de los Inocentes.

“¡Yo me lo imaginé, me lo imaginé!”, expresó bastante relajado Heredia, mientras sonaba de fondo la melodía Yakety Sax, más conocida como el tema de Benny Hill para denotar el tono cómico del asunto. Al parecer Wendy no lo tomó con mucha gracia, pues en el momento que se despejó la broma se mostró seria y perturbada; Michela, por su parte, parecía indecisa sobre su reacción, alternando su mirada entre las cámaras y su compañera, lo cierto es que se veía muy nerviosa.

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“No es chistoso”, recalcó Rosillo quien durante la broma fue efusiva en pedir agua para el cantante o que llamen a emergencias.

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Renier sonrió momentáneamente, al parecer, superando el susto televisivo. Sin embargo, adoptó un rictus severo cuando Aladino se puso de pie. Finalmente el maestro besó las manos de las conductoras en señal de disculpas.

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Mariaca y Reniere prefirieron mantenerse tras cámaras en tanto se disipaban los ánimos por la inocentada de la mañana. (E)