Instagram y TikTok fueron sus plataformas iniciales. Las redescubrieron durante el confinamiento, mientras las horas en casa se hacían interminables y pararse frente a la cámara del celular representaba una distracción sana y divertida. Parodias de situaciones cotidianas, bailes con canciones en tendencia y colaboraciones con otros personajes, ya sean artistas nacionales o nuevos talentos o influencers, han logrado que sus nombres comiencen a sonar con fuerza en el ámbito local y que aparezcan entre las sugerencias de las redes haciendo imposible no saber de ellas.

Paula Lituma, Viviana Salame y Gigi Mieles son tres actrices centeniales en formación que convirtieron sus plataformas digitales en espacios de experimentación y ensayo, una especie de laboratorio previo a sus ingresos a los escenarios formales y tradicionales, el teatro y la televisión, donde ya han tenido sus primeras experiencias profesionales. Sus aspiraciones siguen creciendo, como el número de sus seguidores en cada una de sus cuentas digitales y aunque las tres nacieron en Ecuador, sus metas están previstas para traspasar las fronteras nacionales.

Viviana y una carrera que empezó como sueño

“Desde que tenía 14 años yo quería ser actriz. Yo veía las series de Disney y me veía en la televisión, pero son sueños de niña, creo que todos soñamos lo mismo. Yo tenía ese bichito desde entonces y mientras iba creciendo yo me ponía a cantar en la ducha, me creía Hannah Montana, tenía hasta la peluca, hacía shows en mi casa, y en mi último año de colegio yo no me veía trabajando en oficinas y me decidí a ser actriz. Mi inspiración vino por mi primo Fernando García, yo iba a ver sus obras de teatro, él tiene un repertorio largo. Conocerlo como primo y luego verlo en escena como otro personaje fue woow”, menciona Viviana, de 22 años.

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Su decisión contó con el respaldo de sus padres. Actualmente cursa el octavo semestre de la carrera de Creación teatral de la Universidad de las Artes y aunque su sueño siempre ha sido convertirse en actriz, las redes sociales para ella sirvieron de terapia para perder el miedo a la exposición pública.

“En la pandemia me descargué la aplicación, me descargué todo y empecé a hacer videos para mí. Yo no tenía seguidores entonces y los subía para mí, pero cuando subí uno con audios guayacos, de repente comenzó a subir en likes y reproducciones y desde ahí comencé a confiar en mí, por la respuesta del público y de los comentarios”, explica. Y añade: “Antes de esto me daba miedo hacer castings, me daba miedo el rechazo y no lo hacía”.

Conseguir seguidores en sus redes sirvió también para que las propuestas laborales aparecieran. Cuando logró que 300.000 personas se interesaran en su contenido (actualmente en TikTok registra 407,2 k) diversas marcas comerciales la llamaban para que sea su imagen y hace poco, por citar una, fue parte del elenco principal de la serie Pandemials, producida por Rompekbezas, que se transmitió por el canal de YouTube de TÍATV. En esta producción compartió con Diego Chiang, Rafaella Pimentel, Ricardo Valero, Joyner Rojas y Josua González.

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“Antes de la universidad solo me dedicaba a hacer comerciales para televisión, pero en el tema de actuación me daba miedo, no hacía casting porque me daba miedo escucharme. Ahora he aprendido a socializar, a entablar una conversación, esa vergüenza que sentía me hacía alejarme del resto. Me tengo más confianza”, refiere.

Sus redes sociales tienen la finalidad de exponer sus diversos talentos. Por ello, siempre revisa con detalle cada uno de los posteos que comparte. “He aprendido que las redes son igual muy peligrosas y hay que tener mucho cuidado porque para mí son como mi portafolio, mi imagen. Mi contenido es family friendly, yo pienso dos veces antes de subir algo, porque la gente puede malinterpretar todo”, comenta.

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“Yo veía a Joselyn Gallardo mientras estaba en Colombia. Admiro el talento y la técnica que ella tiene al actuar. Soy alguien que no se conforma con nada, quiero experimentar, quiero hacer televisión, cine, teatro, todo, al punto que la gente se canse de mí”, Viviana Salame.

Salame ya se ha vinculado al teatro local. Ahora comparte escenario con su primo, al que creció admirando por su profesión. Tienen un stand up comedy en Casa República (el 29 de octubre). Es una obra escrita y dirigida por Fernando García que habla justamente sobre la familia y sus distintos integrantes.

Paula, la artista de la familia

Pudo estudiar cualquier carrera, pero sus ojos brillantes mientras veía series y películas no mentían. Las profesiones convencionales no le atraían y convencer a sus padres que en su futuro se visualizaba actuando fue aún más difícil. “Mi mamá siempre ha sido muy abierta, me apoya mucho, ella me dijo: decide bien tú. Mi papá, en cambio, me llevó con un amigo que también es actor, Pepe Sánchez, para ver una obra de él y me contara sobre la profesión. Él me entrenó, me ayudó mucho, ahí se dio cuenta de que esto era lo que yo quería”, relata Paula, de 22 años.

La también estudiante de Comunicación escénica en la Universidad Casa Grande asegura que un video cómico corriendo supuestamente junto al empresario Álvaro Noboa la destacó en TikTok, donde ya registra 461, 5k de seguidores. “He aprendido a respetar mi trabajo por redes, aunque la gente no lo vea así, lo malo es que muchos no lo han formalizado como un trabajo. Antes que nada yo soy actriz, es mi carrera y lo que he estudiado”, dice.

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La guayaquileña ya se ha involucrado en producciones locales. Recientemente grabó para la serie Casi 40tonas, de TC Televisión, y en Pop Up Teatro Café es parte de la comedia Santa y Zabel.

No quiere conformarse. Su sueño es estar en Hollywood (antes de llegar a ese punto, quiere trabajar o ser dirigida por el ecuatoriano Alejandro Fajardo) y lograr ser parte del cast de una película con Natalie Portman o Scarlett Johansson. “Si estoy en una película de acción y es Scarlett la que tiene que arrastrarme no me importa, que sea ella por favor”, sostiene entre risas.

“Es difícil porque las redes hacen que muchas personas entren, pero Viviana, Gigi y yo sí hemos estudiado una carrera de actuación, por eso siento que es bueno que tengamos esos trabajos, pero cuando una persona que solo es influencer, sin estudiar entra a trabajar, siento que es injusto porque se le niegan esas oportunidades a otros. Hay que respetar la profesión”, Paula Lituma.

Paula es la alegría personificada. La sonrisa es su carta de presentación y la buena energía que comparte en sus videos es la misma de su vida real. “Mi público me pregunta sobre mi vida, comparto sobre animales también, es como mi diario digital. Yo creo que mis redes son un 100 % lo que soy, solo no muestro todo lo que siento, pero prefiero compartir mis momentos de felicidad”, anota.

Gigi, de Manabí para el mundo

El arte lo lleva en las venas. En su familia hay artistas de diversas ramas. Y si el refrán ‘lo que se hereda no se hurta’ es del todo cierto, Gigi ha demostrado desde niña que su hábitat natural es el escenario. Jugar en casa con sus hermanos la ayudó a desarrollar su imaginación. Era común verla en la sala o en su dormitorio, interpretando personajes, armando shows para su familia.

“De chiquita interpretaba a Pedro el escamoso, hacía el baile de él y me dice Pirulina, por la canción de la telenovela”, recuerda Gigi. Hace cuatro años dejó la comodidad de la casa de sus padres en Santa Ana (Manabí) y se instaló en Guayaquil, con sus hermanos para estudiar actuación en la Universidad Casa Grande. “Yo sabía desde siempre lo que quería, a partir de que llegué, tenía 17 años entonces, no conocía a nadie ni dónde se hacían castings ni nada, pero cualquier oportunidad que salía para trabajar en esto lo asumía”, admite.

En el 2018, Instagram se volvió su escaparate. En esta plataforma posteaba videos sobre frases o situaciones comunes de manabitas o de creencias que se tienen sobre sus costumbres. “Ya tenía un pequeño público y de a poco comencé a moverme también en TikTok, hasta que un día me hice viral con el video que contenía el audio de un influencer mexicano con el que actualmente soy amiga”, añade.

Su primera cuenta en TikTok la perdió, sin embargo ya ha conseguido reunir a 402.8 k de seguidores en su actual perfil. “Me importa, aunque suene un poco cliché, más la calidad que la cantidad, pasa que a veces tienes muchos seguidores y no te ayuda en nada, tener seguidores implica que ellos también sean parte de tu proceso, que te ayuden. Si estás en un público en vivo, el aplauso le da vida a la escena, en redes se necesita interacción y que comenten y gracias a Dios tengo un público que me adora y yo a ellos”, manifiesta la artista de 22 años.

Yo entré al mundo comercial de la actuación como tiktoker, al principio me molestaba un poco, y llegaba un punto en el que me molestaba porque he estudiado cuatro años de mi vida, tengo beca incluso en la universidad, yo soy actriz, soy comunicadora escénica, ser tiktoker es mi hobbie y mi otro trabajo. Hasta que dejé de tomarlo personal, los comentarios vienen de personas que no están haciendo nada en la actualidad y se sienten amenazados por las nuevas generaciones en lugar de ir a aprender de ellos y ver qué se puede fusionar. Tenía esos conflictos al principio, ser tiktoker es un efecto secundario de lo que a mí me gusta”, Gigi Mieles.

En este mes, Gigi es parte de la obra Cleotilde y Matilde, brujas al poder, que se presenta todos los miércoles en el Teatro Sánchez Aguilar. Es protagonizada por Fabo Doja y Ney Calderón; hizo una serie de stand up comedy junto con Álex Vizuete y en microteatro Quito. El próximo año, Quito y Cuenca se convertirán en sus nuevos espacios de trabajo.

Las redes, en su caso, también le han permitido conocer nuevos amigos. Víctor Aráuz, Álex Vizuete, Juan Carlos Román y El Chino Moreira son algunos de los actores con los que deseaba trabajar y con quienes ahora desarrolla contenidos para plataformas digitales. Son una red creativa artística digital.

“Yo soy actriz y donde me pongan a actuar, ya sea en televisión, afuera en el semáforo, lo hago. Me gustaría llegar a México, Colombia, Miami, o en un teatro en Argentina. El teatro es 100 % mi lugar seguro”. (E)