Los juegos mentales, las relaciones extramatrimoniales, los celos y el misterio son algunas de las premisas que envuelven a Deep Water, novela de Patricia Highsmith (1921-1995), cuya versión al cine fue estrenada recientemente en Amazon Prime, bajo la dirección de Adrian Lyne y la actuación estelar de Ben Affleck y Ana de Armas.

Categorizada como una novela de suspenso psicológico, Aguas profundas (su nombre en español) se introduce en la vida de Vic y Melinda Van Allen, una pareja de esposos que vive en un pequeño pueblo. La vida matrimonial entre ellos es solo una fachada, pues no hay ni nunca hubo amor de por medio; su unión solo fue producto de un arreglo económico. Sin embargo, sus vecinos los ven como una pareja estable: Vic se muestra como un hombre encantador, de dinero, culto, comprensivo y buen padre; mientras que Melinda es espontánea, divertida y muy sociable.

Ese no es el único arreglo que determina a esta pareja, pues, para evitar el proceso de divorcio, Vic permite que Melinda frecuente a otros hombres con la condición de que no abandone a su familia. Un día el “esposo perfecto” le hace una broma de mal gusto a uno de los amantes de Melinda, diciéndole que había asesinado a un hombre que se estaba involucrando con su esposa. Esto asusta al amante, quien cree la broma y desaparece.

Publicidad

Tiempo después, otro de los amantes de ella termina ahogado en una piscina. Estos extraños sucesos solo levantan sospechas en Melinda, quien empieza a creer que su marido está involucrado, dejando atrás lo de comprensivo y haciendo de los celos la bomba que hace explotar tantas cosas en la historia.

Era propio de la narrativa de Highsmith escudriñar en el lado oscuro de los humanos y enmascarar como culpables a los personajes menos pensables. Cualquiera puede ser un asesino. En su lógica, los mayores crímenes se encuentran escondidos en los corazones de la vida cotidiana. Otra de sus obras bajo este tinte macabro es Extraños en un tren, su famosa novela llevada al cine en 1951 por Alfred Hitchcock.

De hecho, varias de sus obras han sido adaptadas al formato cinematográfico por más de una ocasión. En el caso de Aguas profundas, la primera versión fílmica fue hecha en 1981 por el director Michel Deville. Luego de dos años fue adaptada como telefilme (en dos partes). Y la actual, que es dirigida por Lyne, quien en su versión ha optado por realizar algunos cambios.

Publicidad

Leí la novela y me encantó. Era la historia de un hombre que estaba harto de que su esposa le fuera infiel, pero en realidad no le interesaba sexualmente, y se refugiaba en su hija y en su obsesión por los caracoles. Eso fue algo que cambié en la película, traté de crear una especie de complicidad entre ellos, como si ella tuviera sus asuntos no solo para ella, sino también para él”, sostuvo en una entrevista a EFE. (I)