Por Annabell Verdezoto | periodista

Coincido con la escritora Isabel Allende en que “a veces lo difícil no es huir, sino volver”. Y es que ¿quién, por diversas situaciones, no ha salido de un lugar, ya sea ciudad, trabajo, etc.? Y más aún, lo difícil que es volver a esos sitios donde hubo un tiempo en que se fue feliz.

En su libro Largo pétalo de mar, Allende logra hilar a la perfección la historia de la guerra en España, la de Chile con la dictadura militar, contada a través de dos personajes icónicos: Víctor y Roser.

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Una pareja que, en medio de la desolación, el dolor, el destierro, logra amar profundamente. Ese amor que logra superar la adversidad, la pérdida de sus primeros amores y cuya historia final concluye con la muerte de Roser.

Allende detalla de una forma tan sutil y enternecedora el final del romance de aquella pareja que es imposible no llorar ante la imagen de Víctor solo, abrazando a su amada. También de los recuerdos en que ambos fueron felices y las veces en que, así como llegaron a ese país, tuvieron que irse y luego agarrar fuerzas para volver. (O)