Quedarte “llanta baja” mientras vas manejando no solo puede causar que te quedes varado en la carretera a medio camino, sino que suceda un accidente por el mal estado de tus neumáticos. La principal forma de evitar este problema es reconociendo cuáles son los daños que pueden sufrir las llantas de tu vehículo y tomando medidas para asegurar su buen estado.

Hay varios daños que pueden ocurrirles a las llantas, empezando por el desgaste, que las vuelve demasiado lisas y más propensas a resbalar por la calzada. Es peor aún cuando la banda de rodadura se desgasta de manera desigual, lo que puede ser causado por una mala alineación de los ejes, una mala calibración o una presión de inflado inadecuada de los neumáticos.

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La pérdida de presión de aire, ocasionada por una válvula defectuosa o un pinchazo en la calle, también provoca que se desgaste la llanta de manera desigual. Otro daño que afecta a las llantas son las separaciones de cuerdas o protuberancias en la banda de rodadura, que pueden hacer que la llanta se deforme, recomienda el equipo de Automundial.

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Cuándo es el momento de cambiar la llanta

Presta atención a las siguientes señales para saber cuándo es momento de reparar o cambiar tu llanta:

  • Hay cortes o pinchazos visibles.
  • La llanta produce vibración o ruido.
  • Pérdida de tracción al manejar.
  • Visible deformación de la llanta
  • La llanta está demasiado lisa.
  • Se vuelve difícil maniobrar el vehículo.

Cómo saber cuándo es el momento de cambiar las llantas

Así puedes evitar quedarte ‘llanta baja’:

  • Revisar las llantas periódicamente.
  • Inflar las llantas y asegurarte de que tengan una buena presión de aire.
  • Usar los neumáticos indicados para el tipo de vehículo.
  • Realizar un alineamiento y balanceo regular del vehículo.
  • Evitar condiciones climáticas extremas y caminos en mal estado.
  • Rotar periódicamente los neumáticos. (I)