Su nombre artístico llama mucho la atención pero la razón detrás de este no es la que se creería mas bien es un simple juego de palabras. Nuria Zapata Fiedler es una creadora en todo el sentido de la palabra. Desde temprana edad supo que su vida estaría ligada al mundo de las artes en el cual se ha transformado y evolucionado, descubriendo nuevas facetas con su curiosidad experimental para luego llegar a nuevas pasiones.

Cuando se graduó del colegio estudió artes plásticas, carrera en la que se desenvolvió durante la década de sus 20, pero la vida tenía otros planes para ella, descubrir la música. Sí, formó parte del coro del colegio y reconocía que su voz tenía un potencial pero nunca se atrevió a hacer algo con ello hasta que una guitarra llegó a sus manos y la convirtió en La Zorra Zapata.

Sueltas en plaza y depredadoras de hombres, así describe Nuria la palabra “zorra”, aunque no es esto necesariamente lo que ella representa con este seudónimo. “Creo que en el camino me he dado cuenta que quizás hay un poco de eso en el nombre pero la verdad que la primera vez que lo propuse más lo pensé para ser la “Z Z”, yo tenía esa imagen de las dos zetas y me pareció que zorra entraba bien en el espacio que necesitaba”, le confiesa a Diario El Universo.

Publicidad

Lleva cuatro años dentro de la industria como artista peruana emergente. En el 2019 empezó a tocar en vivo pero su primera canción oficial, Increíble, salió en noviembre de ese año y desde entonces ha estado produciendo más y más música.

Ella compone y escribe; su proceso creativo para lograr sus letras se lo toma como una conversación: “A veces escribo pensando en alguien, otras veces escribo canciones para el resto de la humanidad hablando de problemas existenciales básicos que todos tenemos (muerte, amor y desamor). También creo que me canto a mí; hay una conversación con mi yo del pasado, del presente y del futuro en mis canciones”, revela.

En el pasado dice haber sido una niña soñadora con la cabeza en las nubes lo cual la volvió muy solitaria, algo que disfruta pues se siente cómoda siendo su única compañía. “La Nuria del pasado es la más herida, ahora me siento mucho más estable, mucho más tranquila, con otros objetivos”, recalca.

Publicidad

Para el futuro espera ser una Nuria con libertad abosluta, estar en su estado más ligero y permisivo. Pero en el presente se enfoca en lo que es, una artista ganando territorio. En febrero, la compositora dio una gira por el Ecuador y tuvo la oportunidad de visitar Guayaquil, Quito y Cuenca.

“Ha sido un encuentro inesperado y muy mágico, es muy loco como las canciones te llevan a personas que te llevan a lugares y en Ecuador se siguen abriendo puertas, sigo conociendo gente y fue una gira maravillosa. Nunca me voy a olvidar de esa semana en Ecuador”, expresa la cantante.

Publicidad

Gracias a la relación de amistad que mantiene con su colega, el ecuatoriano Mauro Samaniego, fue que tuvo la oportunidad de visitar el país que le regala oyentes fieles a su lista de reproducción. Juntos cantan el tema Acantilados, misma obra musical que expusieron en esa visita. “Siento que la gente de Ecuador está disponible emocionalmente para la música de otros países”, confiesa.

Nuria señala que ella se acercó al músico ecuatoriano en sus redes sociales para un proyecto y desde entonces despegó una amistad que no solo la trajo a conocer el país sino que lo llevará a él hasta Lima próximamente. “Fue inmediata la conexión con Mauro, fue como si éramos amigos de hace muchos años”, cuenta entre risas.

Intensa, creativa y sensible, así le gustaría que la conozca su público ecuatoriano. Su diario vivir está rodeado de música, indica, pues cuando no está sobre un escenario está escribiendo nuevas canciones, en clases de canto, o aprendiendo nuevos ritmos. Entre sus proyectos nuevos asegura que pronto lanzará un EP de tres canciones, a base de un nuevo instrumento que ha estado explorando. (E)


Publicidad